Uno de los grandes misterios de la ciencia es qué ocurre después de la muerte. No hay ninguna certeza acerca de qué pasa, pero sí que contamos con los testimonios de personas que han estado cerca de morir o clínicamente muertos. Son las llamadas ‘experiencias cercanas a la muerte’.
Una de esas personas es Charlotte Holmes, que cuando tenía 68 años se realizó un chequeo cardíaco de rutina con su cardiólogo en septiembre de 2019. Cuando su presión arterial se disparó a 234 sobre 134, sus médicos le dijeron: “O estás sufriendo un derrame cerebral o estás a punto de sufrir un ataque cardíaco”, recuerda.
El personal médico le informó que tendría que permanecer hospitalizada mientras le controlaban la presión arterial. Su esposo, Danny, permaneció a su lado mientras el personal médico le administraba una vía intravenosa para intentar bajarle la presión arterial. Entonces, vio cómo, de repente, los sanitarios “daban la alarma y comenzaban a atenderla”.
Holmes explica que durante ese tiempo se encontraba “por encima de su cuerpo” observando al equipo médico realizar compresiones torácicas. “Pude verlos, a todas las enfermeras alrededor, pude oler las flores más hermosas que jamás había olido y luego escuché música. Cuando abrí los ojos, supe dónde estaba. Sabía que estaba en el cielo”, dice.
Charlotte descubrió más tarde que su corazón se paró durante 11 minutos. Los médicos afirman que estuvo clínicamente muerta. La mujer recuerda lo que sucedió durante ese periodo.
“Estaba por encima de mi cuerpo. Pude ver a Danny de pie en la esquina. Había retrocedido. Pude verlos, a todas las enfermeras alrededor, y entonces abrí los ojos“, explica.
“Miré a mi alrededor, admirando la belleza. Podía ver los árboles, podía ver la hierba, y todo se mecía con la música, porque todo en el cielo adora a Dios. No puedo expresar cómo era el cielo porque es muchísimo más allá de lo que podemos imaginar, un millón de veces”, dice.
Según Charlotte, los ángeles la guiaron a través de este reino celestial, donde el miedo era inexistente: “No hay miedo. Es como una alegría pura cuando los ángeles toman el control; no hay miedo al volver a casa. Es pura alegría”.
En su viaje, Charlotte Holmes reconoció a familiares fallecidos, incluyendo a sus padres y a su hermana: “No parecían viejos ni enfermos. Ninguno llevaba gafas. Parecían tener unos 30 años, pero las Escrituras dicen que seremos conocidos como nos conocían. Los reconocí, allí, en sus nuevos cuerpos. Estaban maravillosos”.
Lo que Charlotte Holmes vio a continuación la dejó atónita: “Detrás de mis padres había una luz tan brillante que no podía mirarla. Era muy brillante, pero sabía que era mi Padre Celestial.
Entonces, vio a un niño pequeño, lo que le produjo una profunda revelación: “No podía entenderlo y recuerdo haber pensado: ‘¿Quién es?’. Escuché a mi Padre Celestial decirme: ‘Es tu hijo’. Perdí a ese hijo cuando llevaba cinco meses y medio de embarazo. Recuerdo que lo levantaron y le dijeron: ‘Charlotte, es un niño’. Y luego desapareció”.
Luego sostiene que quien ella cree que era Dios le reveló algo que jamás podría borrar de su memoria: “Dios me llevó al infierno. Miré hacia abajo y olía a carne podrida, así olía. Y gritos”.
Fue entonces cuando regresó: “Escuché a mi padre decir: ‘Tienes tiempo para regresar y compartir'”. Describió que entonces sintió que su cuerpo la atraía: “Sentí dolor donde no lo había sentido. Sentí tristeza“.
Charlotte Holmes, de Kansas (EEUU), pasó dos semanas hospitalizada tras el incidente, pero se recuperó por completo. Desde entonces, ha estado relatando su experiencia a quien quiera oírla.
