En los últimos días he paseado sin ninguna prisa por el Santo Domingo más auténtico y placentero, su Zona Colonial, y me ha alegrado ver el trabajo de embellecimiento de calles y aceras, que están siendo adoquinadas, rescatándose así su estilo original, a lo que pronto deberemos agregar más espacios culturales (museos, salas de arte, teatros, centros conmemorativos y exposiciones permanentes), todo lo cual deberá hacer de nuestras ciudad capital un excelente atractivo turístico, como lo son otras capitales de Latinoamérica que no tienen ni podrían tener nuestro abolengo histórico.
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