La alimentación y la salud intestinal pueden influir en la aparición y gravedad de varias enfermedades inflamatorias, incluida la esclerosis múltiple. Recientes investigaciones publicadas en las revistas Gut y Therapeutic Advances in Neurological Disorders han destacado el efecto perjudicial de un alimento específico, especialmente el trigo y sus derivados, en la esclerosis múltiple.
Un equipo de investigadores de la Universidad Johannes Gutenberg en Mainz, Alemania, ha descubierto que una dieta que incluya trigo puede aumentar la gravedad de la esclerosis múltiple (EM). Este efecto se debe a los inhibidores de la enzima amilasa tripsina (ATI, por sus siglas en inglés), proteínas naturalmente presentes en el trigo, que tienen propiedades inflamatorias.
El gluten no es el culpable
Se sabe que ciertas proteínas del trigo pueden provocar reacciones inflamatorias, como la enfermedad celíaca, que afecta aproximadamente al 1% de la población. La enfermedad celíaca es una reacción inflamatoria del intestino delgado al gluten, una proteína del trigo. Lo novedoso es que otras proteínas del trigo también pueden contribuir a la inflamación.
«Existen proteínas del trigo que pueden provocar reacciones inflamatorias. Esto incluye la enfermedad celíaca, que afecta aproximadamente al 1% de la población y es una reacción inflamatoria del intestino delgado al gluten, una proteína del trigo. Lo nuevo es que otras proteínas del trigo pueden contribuir a la inflamación», comentó el Dr. Detlef Schuppan, director del Instituto de Inmunología Translacional del Centro Médico Universitario de Mainz y coautor del estudio publicado en Gut.
Hasta ahora, no había pruebas claras de que una dieta que incluye trigo también pueda influir en las enfermedades inflamatorias del sistema nervioso central. Sin embargo, se ha demostrado tanto en un modelo animal como en un ensayo clínico piloto que las proteínas ATI presentes en el trigo pueden aumentar la gravedad de la esclerosis múltiple. Estas proteínas ATI desempeñan un papel más amplio en la inflamación que las proteínas del gluten.
Resultados confirmados después de tres meses
El estudio inicial realizado en un modelo animal demostró que una dieta que contenía un 25% de trigo empeoraba los síntomas de la esclerosis múltiple en comparación con una dieta idéntica pero sin trigo.
Estos resultados también se confirmaron en un ensayo clínico piloto realizado en 16 personas con esclerosis múltiple. Un grupo siguió una dieta baja en trigo durante tres meses, mientras que otro grupo siguió una dieta que incluía trigo, y luego se invirtieron las dietas durante otros tres meses. Los pacientes informaron de mucho menos dolor cuando seguían una dieta baja en trigo en comparación con una dieta que lo contenía. Además, los análisis de sangre mostraron una menor presencia de células inflamatorias del sistema inmunológico.
Las proteínas ATI, que son difíciles de digerir, están presentes no solo en el trigo, sino también en otros cereales como la cebada y el centeno. Estas proteínas pueden desencadenar reacciones inflamatorias en el intestino, pero su efecto podría ir más allá, activando mecanismos inflamatorios que pueden trasladarse a otras partes del cuerpo, incluyendo el cerebro, a través del sistema circulatorio.
Aunque estos hallazgos son prometedores, se necesita más investigación para entender completamente la relación entre la dieta y la EM y para desarrollar directrices dietéticas eficaces para las personas con esta enfermedad.
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