Cómo combatir la tensión arterial baja en verano

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La llegada del verano trae consigo días más largos, cielos despejados y una invitación a disfrutar del aire libre. Sin embargo, para algunas personas, el calor y el cambio estacional pueden acarrear dificultades de salud, como es el caso de la tensión arterial baja, también conocida como hipotensión.

Entendiendo la tensión baja y sus síntomas

La tensión arterial es una medida de la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias mientras es bombeada por el corazón. Se considera que una persona tiene la tensión baja cuando sus lecturas son consistentemente más bajas que los estándares establecidos de 120/80 mmhg. Aunque la hipotensión no siempre es motivo de alarma, puede ser un indicador de problemas de salud subyacentes y causar síntomas que afectan la calidad de vida.

Los síntomas de la tensión baja incluyen mareos, desmayos, fatiga, náuseas, dificultad para concentrarse y visión borrosa. Estos pueden ser más notorios durante el verano cuando las temperaturas elevadas demandan más de nuestro sistema circulatorio. Entender estos síntomas es el primer paso para combatir la tensión baja en esta estación.

Causas de la tensión baja en verano

El verano puede ser un desafío para quienes sufren de tensión baja debido a factores como el calor extremo, la deshidratación y los cambios en la rutina diaria. El calor provoca la dilatación de los vasos sanguíneos, lo que puede disminuir la presión arterial. Además, con las altas temperaturas, el cuerpo tiende a perder líquidos y electrolitos a través del sudor, lo que a su vez puede agravar la hipotensión.

Otro factor que incide en la tensión baja durante el verano es la deshidratación. Cuando el cuerpo no tiene suficiente agua, el volumen de sangre puede disminuir, causando una caída en la presión arterial. La deshidratación no solo se debe a no beber suficiente líquido, sino también a la ingesta de bebidas diuréticas como el café y el alcohol, que pueden aumentar la pérdida de líquidos.

Las variaciones en las rutinas habituales, como los cambios en la dieta, el consumo de alimentos más ligeros y las actividades al aire libre, también pueden jugar un papel en la tensión baja. Estas variaciones, aunque parezcan menores, pueden alterar el equilibrio del cuerpo y afectar la presión arterial, especialmente en aquellos que ya tienen una predisposición a la hipotensión.

Hidratación y su importancia en la lucha contra la tensión baja

La hidratación es un factor esencial para mantener la tensión arterial en niveles saludables, especialmente durante el verano. Beber suficiente agua ayuda a mantener el volumen de sangre necesario para que el corazón bombee eficientemente. Asimismo, la hidratación adecuada favorece la termorregulación del cuerpo, permitiendo una mejor adaptación a las temperaturas elevadas.

No es solo la cantidad de líquido lo que cuenta, sino también la calidad de lo que se bebe. El agua es la mejor opción para mantenerse hidratado, pero también se pueden incluir bebidas isotónicas que ayuden a reponer los electrolitos perdidos a través del sudor. Estas bebidas son especialmente útiles si se ha estado expuesto al calor por períodos prolongados o después de hacer ejercicio.

foto freepik

Consejos dietéticos para regular la presión arterial durante el verano

La dieta juega un papel importante en la regulación de la presión arterial. Consumir alimentos ricos en nutrientes que promueven la salud cardiovascular es fundamental para quienes buscan combatir la tensión baja en verano. Es recomendable incluir en la dieta alimentos ricos en vitamina B12, folato y hierro, ya que estos contribuyen a la formación de glóbulos rojos y pueden ayudar a prevenir la anemia, una condición asociada con la hipotensión.

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Además, se debe prestar atención al consumo de sal. Si bien una cantidad moderada de sal es necesaria para que el cuerpo funcione correctamente, demasiada sal puede tener el efecto contrario y aumentar la tensión arterial. Por otro lado, para quienes sufren de tensión baja, un ligero aumento en la ingesta de sal, siempre bajo supervisión médica, puede ayudar a elevar la presión arterial a niveles más estables.

Ejercicio y actividad física para mantener los niveles de presión arterial

El ejercicio regular es vital para la salud cardiovascular y puede ayudar a prevenir y controlar la tensión baja. La actividad física promueve la circulación sanguínea y fortalece el corazón, lo que puede contribuir a regular la presión arterial. Sin embargo, durante el verano, es importante tomar precauciones adicionales para evitar el sobrecalentamiento y la deshidratación.

Escoger el momento adecuado para hacer ejercicio es crucial. Las primeras horas de la mañana o las últimas de la tarde, cuando las temperaturas son más bajas, son los mejores momentos para realizar actividades al aire libre. Además, es recomendable optar por ejercicios de baja intensidad o de corta duración para evitar un esfuerzo excesivo en condiciones de calor.

Manejo del estrés y su impacto en la presión arterial

El estrés es un factor conocido que puede afectar la presión arterial. Durante el verano, el calor y los cambios en la rutina pueden incrementar los niveles de estrés, lo que a su vez puede contribuir a la tensión baja. Por lo tanto, es importante encontrar maneras efectivas de manejar el estrés para mantener una presión arterial saludable.

Técnicas de relajación como la meditación, la respiración profunda y el mindfulness pueden ser herramientas útiles para reducir el estrés. Dedicar unos minutos al día a estas prácticas puede tener un efecto positivo en la salud mental y física. Además, es beneficioso establecer un ritmo de vida que permita el equilibrio entre el trabajo, el ocio y el descanso.

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Veronica Pereira
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