Santiago. La imagen de un hombre tomando alcohol, subido en la estatua del prócer Gregorio Luperón durante la celebración del primer domingo de carnaval, ha causado indignación entre los santiaguenses.
En la imagen se observa sacar una botella de ron y vociferar mientras asiste a las presentaciones artísticas en las tarimas que han instalado tanto la alcaldía de Santiago de los Caballeros como el gobierno central.
La estatua de Luperón a caballo y con su espada está ubicada al pie del Monumento a los Héroes de la Restauración.
El general Ramón Azcona Reyes, director del comando Cibao Central de la Policía Nacional, informó que por el ultraje al prócer apresaron a un hombre identificado como Yeudi Santos, residente en el sector Pekín en Santiago.
Al ser detenido, Santos pidió perdón y dijo que cometió la acción debido a que estaba bajo los efectos del alcohol.
Críticas a desorden
En la publicación de la página Santiago Vertical, cientos de personas durante comentarios catalogaron como grave el desorden y ante la falta de respeto a la zona monumental.
En total 561 comentarios, todos en contra del caos que genera los que acuden a las festividades carnavalescas. En algunos casos piden eliminar los desfiles de la zona monumental.
“Dios mío, nuestro monumento no tiene dolientes, la zona monumental está en total decadencia y no desde ahora”, apunta en uno de los comentarios de los ciudadanos.
En el caso de un hombre ,que se identifica como Adonis Solano, plantea que el carnaval es algo completamente innecesario. “Lo he repetido, ya no es carnaval, es la triste realidad del reflejo de la delincuencia en Santiago. Consumo de alcohol, hookah y sustancias controladas”, se queja Mario Almonte, quien labora para la fiscalía de Santiago.
Alcaldía dice trabaja en promoción de la cultura
En una nota emitida el pasado lunes, el ayuntamiento de Santiago de los Caballeros dijo que está tomando en cuenta la importancia de promover la cultura en sus diferentes manifestaciones.
Sin embargo, en ningún momento se refiere al incidente provocado por el individuo ante la falta de autoridades para controlar el desdoren.