El reciente caso en el que Starbucks fue condenado a pagar 50
millones de dólares ha captado la atención de muchos. Un jurado en
California decidió sancionar a la empresa tras un accidente que
dejó graves heridas en un repartidor.
El incidente ocurrió el 8 de febrero de 2020, en un drive-thru
de Starbucks en Los Ángeles. Michael García, un repartidor que
trabajaba para una empresa de servicios, recibió una orden de té
caliente. Según la demanda, la bebida no estaba correctamente
asegurada en su recipiente, lo que resultó en que el líquido
hirviendo se derramara sobre sus piernas, causando quemaduras
graves y permanentes.
Las consecuencias para García fueron devastadoras: sufrió
desfiguraciones en sus muslos y genitales,
necesitó múltiples injertos de piel y enfrentó consecuencias
significativas en su salud mental y calidad de vida. Este caso no
solo afectó su bienestar físico, sino también su capacidad para
trabajar y disfrutar de las actividades cotidianas.
La demanda contra Starbucks
El equipo legal de García presentó una demanda alegando que
Starbucks había incumplido con su deber de cuidado
al no asegurar adecuadamente la tapa de la bebida. Además,
señalaron que la empresa no cumplió con medidas básicas de
seguridad en el manejo de líquidos calientes. Durante el juicio, se
destacó el impacto físico y emocional sufrido por García y se buscó
responsabilizar a la cadena por su negligencia.
Antes del juicio, Starbucks ofreció un acuerdo de 30 millones de
dólares, que García rechazó. Finalmente, el jurado determinó que la
negligencia de Starbucks justificaba una indemnización de 50
millones de dólares, cubriendo el dolor físico, el daño
psicológico, la pérdida de disfrute de la vida y otros sufrimientos
relacionados.

El precedente de la demanda de McDonald’s
Este caso ha sido comparado con el famoso juicio de 1994 contra
McDonald’s, donde una mujer sufrió quemaduras severas por café
caliente y recibió una compensación significativa. Ambas
situaciones apuntan a un problema recurrente en la industria de los
alimentos y bebidas: el manejo seguro de productos a altas
temperaturas.
En el caso de Starbucks, el jurado también tuvo en cuenta el
historial de incidentes similares y la responsabilidad de las
empresas en prevenir estos riesgos. Aunque los clientes y
trabajadores asumen ciertos riesgos al manipular bebidas calientes,
las compañías tienen la obligación de minimizar esos peligros
mediante medidas adecuadas.
Starbucks ya ha anunciado su intención de apelar el
veredicto, alegando que la indemnización es excesiva y
cuestionando la responsabilidad adjudicada por el jurado. La
compañía sostiene que sigue estrictos estándares de seguridad en el
manejo de sus productos y busca reducir los riesgos para
consumidores y empleados.
Sin embargo, si la apelación no prospera, la cifra final que
Starbucks deberá pagar podría superar los 60 millones de dólares
debido a costos legales adicionales y otros gastos relacionados.
Este caso podría servir como un recordatorio poderoso para otras
empresas sobre la importancia de revisar sus políticas y prácticas
de seguridad.
Para consumidores y trabajadores, este veredicto representa una
victoria que subraya la importancia de exigir responsabilidad a las
empresas. Las lecciones de este caso no solo aplican a la industria
del café, sino a cualquier sector que maneje productos que podrían
representar un riesgo si no se manipulan correctamente.