La miel es un producto natural que se ha
utilizado durante siglos por sus propiedades curativas y beneficios
para la salud. Sin embargo, no todos las mieles son
iguales. En el mercado, es común encontrar productos que
se hacen pasar por
miel natural, pero en realidad son siropes
hechos a base de azúcar, glucosa o gelatina. Estos productos falsos
son tratados, calentados y filtrados para evitar la cristalización
y son diluidos con siropes para aumentar su cantidad.
La
cristalización
La verdadera miel natural tiende a
cristalizarse con el tiempo, formando una masa
compacta y homogénea. Este proceso puede llevar de seis meses a un
año, dependiendo de las flores de las que proviene la miel. Por
otro lado, la miel falsa no se cristalizará o solo
lo hará en ciertas áreas. Así que, si al comprar miel encuentras un
producto cristalizado, puedes estar seguro de que es miel
natural.
La
densidad
Cuando se acaba de recolectar, la miel es
líquida y se vierte fácilmente. Sin embargo, la verdadera
miel natural se densifica rápidamente, lo que dificulta su trasvase
de un recipiente a otro. Por otro lado, el falso miel sigue siendo
líquido incluso después de varios meses.
La disolución en agua
La disolución en agua es otro método para distinguir entre la
verdadera miel natural y la falsa. Si viertes una cucharada de miel
en un vaso de agua y la miel se hunde en el fondo
y solo se mezcla después de revolver, entonces es
natural. Si, por el contrario, se disuelve
rápidamente, no es miel.
La reacción al
calentamiento
Cuando calientas la verdadera miel natural, se
carameliza rápidamente. En cambio, la miel falsa primero
se convierte en espuma y luego en caramelo, o incluso puede no
cambiar en absoluto.
El
olor y el sabor
La verdadera miel natural tiene un olor sutil a
flores y su sabor desaparece después de unos minutos en la
boca. Por otro lado, la falsa miel no tiene un olor tan delicado y
su sabor persiste durante más tiempo debido a la presencia de
azúcares y aromas añadidos.
La presencia de
impurezas y el color
La verdadera miel natural puede contener pequeñas
impurezas como partículas de polen, propóleo o cera de
abeja. Estas impurezas son características de un miel
natural y no se encuentran en la miel falsa, que está
hecho a base de siropes. En cuanto al color, este puede variar
según el tipo de miel.
Pruebas
adicionales para detectar el falso miel
Además de las astutas anteriores, existen otras pruebas que
puedes realizar para determinar si la miel que consumes
regularmente es verdadero miel natural. Estas pruebas incluyen:
La prueba
del fuego: se puede aplicar un poco de miel en la cabeza
de un fósforo y encenderlo con otro fósforo. Si el miel se quema
rápidamente, es miel natural. Si no se quema, es falso miel debido
a su alto contenido de agua.
La prueba
de absorción: al verter unas gotas de miel en una
servilleta de papel o en un papel absorbente, el verdadero miel
natural no se absorberá, mientras que el falso miel se absorberá
rápidamente.
La
etiqueta: antes de comprar miel, asegúrate de leer la
lista de ingredientes y buscar la indicación de “100% miel
natural”. También es recomendable optar por productores locales y
preguntar sobre sus métodos de producción para asegurarse de que se
trata de miel natural.
Recuerda que el miel natural es una opción más saludable y
nutritiva en comparación con los productos falsificados.