De diferentes maneras que corresponden a contextos políticos, históricos, sociales y económicos es la celebración en Estados Unidos de la Batalla de Puebla del 5 de mayo de 1862, cuando el general mexicano Ignacio Zaragoza y su ejército de 2,000 hombres derrotó al poderoso ejército francés de Napoleón Bonaparte.
Históricamente, para México significó la resistencia y defensa de su territorio nacional ante la invasión francesa.
Sin embargo, al final los franceses terminaron invadiendo México por segunda ocasión, y el llamado Segundo Imperio de México, fue liderado por Maximiliano de Habsburgo, a quien se le ofreció la corona.
Uno de los objetivos de la intervención francesa en México era contrarrestar la influencia de los Estados Unidos sobre las naciones de Latinoamérica al considerarle como una potencia naciente, que poco a poco iba extendiéndose territorialmente.
La Guerra de Secesión de Estados Unidos (1861-1865) fue la oportunidad esperada por Napoleón III para iniciar su invasión sobre México, una nación que serviría de puente para expandir el dominio francés sobre América Latina.
“Creo que el triunfo del ejército mexicano en 1862 ahora se reinterpreta y se resignifica en los Estados Unidos cuando la gente de origen mexicano se encuentra en este país, cuando se convierte en una minoría racial y cuando ha sufrido una serie de vicisitudes como el racismo, la discriminación de siempre y la segregación en el sur del país que se aplicaba a la gente de origen mexicano”, dijo el catedrático Gaspar Rivera Salgado, director del Centro de Estudios Mexicanos de UCLA.
Los franceses querían expulsar del gobierno al presidente Benito Juárez, “El Benemérito de las Américas” y al gobierno de Veracruz.
Al amanecer del 5 de mayo de 1862, los 2,000 soldados mexicanos se enfrentaron a 6,000 soldados franceses en Puebla, y México logró la victoria sobre el entonces ejército más poderoso del mundo.
Más tarde, el presidente Juárez declaró ese día como feriado nacional, aunque la victoria mexicana no impidió la invasión del país.
Cinco años más tarde, el 19 de junio de 1867, Maximiliano I, el emperador austrohúngaro fue fusilado en el Cerro de las Campanas, en Querétaro, al lado de sus generales conservadores Miguel Miramón y Tomás Mejía.
“El ejército francés era grande y poderoso”, dijo Abraham Ordaz, empleado del restaurante La Noche Buena, en la Placita Olvera.
“Si México no hubiera ganado la guerra, los franceses podrían haber expandido sus dominios hacia Estados Unidos”, agregó el hombre nacido en León, Guanajuato.
La batalla de Puebla también jugó un papel en la Guerra Civil estadounidense. Con los franceses derrotados y abandonando América del Norte, los combatientes de la Confederación del Sur, que eran partidarios de la esclavitud no pudieron utilizar a los franceses como aliados para ganar la guerra.
“Hay que celebrar los triunfos de México, pero creo que el Cinco de Mayo ha tomado un giro mucho menos político, menos histórico, y simplemente se trata de una celebración donde la excusa es tomar cerveza, emborracharse y celebrar de una manera muy a la ligera, sin realmente conocer el contexto histórico”, dijo el profesor Rivera Salgado.
“Ese es el debate -añadió- y en la actualidad hay celebraciones, incluso apoyadas por compañías cerveceras y por negocios, que no tienen nada que ver con esta historia de la lucha de un pueblo por defender su soberanía nacional, o de crear espacios para que la comunidad de origen mexicano conozca su propia historia y cultura”.
“Cubiertos de gloria”
Para Juan José Gutiérrez, director de la Coalición para los Derechos Plenos de los Inmigrantes, el festejo del Cinco de Mayo, en primer lugar, debe ser histórico.
“En un momento crucial para la historia de México y de los Estados Unidos, las armas de México y el pueblo se cubrieron de gloria bajo el manto del general mexicoamericano Ignacio Zaragoza, nacido en San Antonio, Texas”.
Zaragoza comandó a las fuerzas armadas mexicanas, muchas de ellas fuerzas irregulares consistentes de indígenas Zacapoaxtla que, con machetes en mano, entre otras armas más formales, derrotaron al que, en aquel entonces era el ejército más poderoso del mundo.
Gutiérrez lamentó, además, el comercialismo de la celebración del Cinco de Mayo en los Estados Unidos, porque, según él, se borra la perspectiva histórica y se comenta a la ligera y sin mayor contexto, “y se convierte en una orgia comercial para promocionar cervezas y todo tipo de licores”.
Desconocimiento de la historia
En efecto, el desconocimiento sobre el festejo del Cinco de Mayo entre varias personas entrevistadas por La Opinión en la Placita Olvera fue evidente.
“Yo sé que en el Cinco de Mayo pasó algo en México”, dijo Mayra Delgado, quien ayudaba a su madre en la venta de artesanías mexicanas.
“Creo que fue una pelea o la guerra en Texas”, dijo Jesús Cruz, un turista mexicoamericano de origen oaxaqueño que vive en Santa María, en el Valle Central de California.
“Los franceses perdieron la guerra porque no tenían comida y hasta tuvieron que comerse los nopales con todo y espinas”, fue el comentario de Victoria Navarrete, de 87 años, originaria de Guadalajara, Jalisco. “Pero la victoria de México fue algo grande para la historia”.
“Creo que, en el Cinco de Mayo, México peleó contra España. Mi familia celebra nomás con una fiesta y cerveza porque somos mexicanos”, manifestó Gabriella Hernández, estudiante de la secundaria Los Altos High School de Hacienda Heights.
“No se puede perder la tradición; el Cinco de Mayo es una fecha especial para nosotros los mexicanos”, opinó Margarita Pech, una mujer yucateca, encargada de la tienda “Casa Rodríguez”, en la Placita Olvera. “Solo sé que en ese día se ganó una batalla”.
Por su parte,
Jackie Hadnot, un artista afroamericano y tallador de madera, acudió a un puesto de artesanías para comprar dos banderas mexicanas que colocó arriba de un escudo del águila azteca.
“La gente debería conocer sus raíces, su cultura y conocer más de su historia”, dijo el artista. “Yo no vendo mi arte, pero me gustaría que inspire de forma permanente a las generaciones jóvenes, a artistas, escritores y a quienes tienen el deber de conocer su propia historia”.
Lucha libre en Costa Mesa
Con temática de Lucha Libre y bajo el patrocinio de compañías cerveceras y de mezcal y tequila, en la ciudad de Costa Mesa se instalará un ring donde se disputará el cinturón de oro.
Desde la 1:00 p.m. a las 3:00 p.m. el público tendrá la oportunidad de ver en acción en el cuadrilátero del Mercado González a gladiadores de la Lucha Libre como Kiss Jr., Kiss Tercero, Zyra, Reyna Maya Hit-Girl, Diego Valens, Alex Gracia, El Fatal, Super Boy 2, Boa Silva, Sweet Robin, Astarix, Mack Wilkes.
“Pensamos que un evento de esta naturaleza sería algo muy divertido para la gente”, dijo a La Opinión, Joshua González, director de operaciones de la cadena de supermercados Northgate Market.
González añadió que la relación con la Batalla de Puebla “es que, aquí en Estados Unidos mucha gente celebra mucho el Cinco de Mayo, se divierte y sale, y nosotros queríamos compartir algo muy mexicano como la lucha libre; algo que muchos no conocen y pensamos que sería bueno traerle un poco de alegría a nuestra comunidad”.