Tener un hijo es una de las experiencias más transformadoras en la vida de una pareja. Sin embargo, con la llegada del bebé, muchas parejas jóvenes se encuentran enfrentando un desafío inesperado: una disminución significativa en su actividad sexual. Según estudios recientes, los matrimonios tienden a tener menos relaciones íntimas que las personas solteras, con un promedio de 55 encuentros sexuales al año. Y este número probablemente sea aún más bajo para las parejas con hijos pequeños.
¿Qué explica este fenómeno? ¿Acaso es simplemente una consecuencia inevitable del estrés y la fatiga que conlleva la crianza de un bebé? O existe una razón más profunda, enraizada en nuestra propia evolución como especie. En este artículo, exploraremos las causas detrás de la disminución de la actividad sexual después del nacimiento de un hijo, y brindaremos consejos prácticos para que las parejas puedan reconstruir su intimidad.
La explicación evolutiva: un instinto natural
Según los expertos, la verdadera razón por la cual los padres jóvenes tienen menos relaciones sexuales después de la llegada de un bebé se debe a un instinto natural. Como lo explica el terapeuta familiar y marital Paul Hokemeyer, «el arduo esfuerzo físico de llevar un bebé, dar a luz y atender las necesidades absolutas de un recién nacido es agotador tanto física como emocionalmente».
Por lo tanto, desde una perspectiva evolutiva, «tiene perfecto sentido que las parejas quieran evitar las relaciones sexuales durante los primeros seis meses a un año de vida del nuevo bebé. Las relaciones sexuales exponen a la pareja al riesgo de tener otro hijo, lo que desviaría su atención y energía del bebé actual».
De pareja a co-padres
Pero la disminución de la actividad sexual después del nacimiento de un hijo va más allá de simples cuestiones físicas. Como señala el profesor de psicología Matthew D. Johnson, tener un hijo también conlleva un cambio radical en la identidad de los padres. «Las parejas románticas se convierten en co-padres», lo cual implica un cambio en las prioridades.
«Ahora, las necesidades del niño pasan a estar por delante de las propias y de las de la pareja», explica Johnson. Esto se refleja incluso en las conversaciones de la pareja, que giran principalmente en torno al recién nacido, dejando poco espacio para temas más íntimos.
Estrategias para recobrar la intimidad
Si esta transición en la vida sexual les preocupa, los expertos aconsejan a las parejas no desesperarse ni presionarse mutuamente. Como señala Matthew D. Johnson, «la peor cosa que una pareja puede hacer es imponerse más presión, forzándose a tener relaciones sexuales durante los primeros seis meses después del parto».
En su lugar, los nuevos padres deben enfocarse en su propia salud física y emocional. Pueden explorar formas de intimidad alternativas, como abrazos, caricias y masajes, mientras esperan que pasen los primeros meses (o incluso el primer año) más complicados.
Retomando la actividad sexual
Para las parejas que aún no han reanudado las relaciones sexuales cuando el bebé ha crecido, el experto sugiere ser intencionales y diligentes en este proceso. «Al igual que vuelves a montar en bicicleta después de una caída, es importante ser deliberado y cuidadoso para reactivar tu vida sexual. Si no has tenido relaciones sexuales en años, y este es el caso de muchas parejas, apunta a tener una relación sexual por mes. No te preocupes si al principio es mecánico. Asume que lo será. El objetivo es que suceda. Te sorprenderás de la facilidad y rapidez con la que recuperarás un nuevo flujo sexual en tu relación».
La llegada de un hijo representa un momento de profunda transformación para las parejas. Si bien es natural que la vida sexual se vea afectada durante los primeros meses, los expertos coinciden en que este cambio responde a un instinto evolutivo que busca priorizar el cuidado del bebé. Con paciencia, comunicación y estrategias para recobrar la intimidad, las parejas pueden navegar esta transición y reconstruir una vida sexual satisfactoria. El desafío radica en entender las razones detrás de este fenómeno y enfocarse en su propia salud y bienestar como primeros pasos hacia la recuperación de su vínculo íntimo.