En un acto desgarrador de valentía y determinación, la señora Ana Tapia habla ante la cámara para compartir la angustia y el dolor que embargan su corazón.
Su voz, cargada de emoción y firmeza, relata el desgarrador relato de una supuesta mala práctica médica que llevó al trágico fallecimiento de su hija, Erilenny Tavarez Tapia, en el Materno Infantil José Francisco Peña Gómez de la ciudad de Mao, y posteriormente trasladada a la Ciudad de Santiago.
El relato de Ana Tapia es un llamado desesperado a las autoridades para que se lleve a cabo una exhaustiva investigación sobre los hechos que rodearon la atención médica brindada a su hija.
Sus palabras están impregnadas de dolor, indignación y una búsqueda incansable de justicia para Erilenny y para todas las familias que puedan enfrentar situaciones similares en el futuro.
La denuncia de Ana Tapia resalta la importancia de la transparencia y la rendición de cuentas en el sistema de salud, así como la necesidad de garantizar la calidad y seguridad de la atención médica en todas las instancias.
Su valiente testimonio sirve como un recordatorio de la vulnerabilidad de los pacientes y la responsabilidad que recae sobre los profesionales de la salud en el cuidado de sus vidas.
En medio de su dolor, Ana Tapia encuentra la fuerza para alzar su voz en busca de justicia y verdad. Su llamado resuena en la conciencia colectiva, instando a las autoridades a actuar con diligencia y empatía en la búsqueda de respuestas y la garantía de que tragedias como la de Erilenny no se repitan. La comunidad se une en solidaridad con Ana Tapia y su familia en este momento de profundo dolor y lucha por la verdad y la justicia.
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Que su valentía inspire acciones concretas que conduzcan a la verdad y a la prevención de futuros errores médicos.
