El mundo de la moda está de luto por la muerte de la afamada diseñadora Iris Apfel a los 102 años. Aunque era muy reservada con todo lo que tenía que ver con su vida privada y solo daba de qué hablar por su trabajo, hace más de una década esta leyenda del buen gusto abrió las puertas de su apartamento en Manhattan a la revista Architectural Digest, donde dio una cátedra para la decoración de interiores.
Su hogar, que se ubicaba sobre la Park Avenue, fue por muchísimos años la fortaleza que compartió con Carl, su esposo, quien murió el primero de agosto del 2015 a los 101 años.
El inmueble, de acuerdo a lo señalado por la reconocida publicación, contaba con una decoración y distribución que nos transportaba a otros siglos en pleno Siglo XXI.
“Por todas partes hay exquisitas sillas francesas, cómodas genovesas pintadas, antiguos chales de cachemira, santos de Nuevo México y mucho, mucho más. Todo fue adquirido, dice Apfel, ‘una pieza aquí, una pieza allá’, durante los numerosos viajes de compras a Europa que realizó a lo largo de los años”, informó Architectural Digest.
Gracias a ese recorrido pudimos saber que su apartamento contaba con tres recámaras, vestíbulo, cocina, comedor, sala de estar, sala principal, entre otras habitaciones.
Más allá de llamar la atención por su distribución y su tamaño, su hogar lo hacía por su decoración, tal y como sucedía con su sala, donde contaba con elementos del Siglo XVII y XVIII. Ahí tenía una silla siciliana forrada con tela tapiz de Old World Weavers, mientras que los herrajes de sus puertas eran de P. E. Guerin.
Su decoración provenía, principalmente de Italia, Francia e Inglaterra, tal y como sucedió con la primera pintura que compró y que era un cuadro de la infanta Margarita. Lo adquirió en una tienda de antigüedades en la ciudad de Florencia y como ese muchísimos detalles más nos remontaban a otro país y época.
No cabe la menor duda, tras ver su casa por dentro, que fuera una de las diseñadoras consentidas de la Casa Blanca para las diversas transformaciones que le realizaban, pues no había nadie con tan buen gusto y sentido que ella.
Conocida por su estilo único y su amor por la creatividad, Iris Apfel murió en su ciudad natal, Palm Beach en Florida, dejando atrás un legado de décadas de arduo trabajo. Compartió su filosofía de vida en su centenario de nacimiento en 2021, que fue su mayor alegría.
En los últimos años, Iris Apfel seguía trabajando. Tenía una gran capacidad para reinventarse continuamente a través de colaboraciones con marcas como H&M y Ciáte London.
Su amor por los colores y los diseños irreverentes y macros son evidentes en todas sus creaciones. Durante años aportó alegría y vitalidad al mundo de la moda en diferentes marcas.
Iris Apfel también popularizó sus lentes de gran tamaño, pero nunca buscó la fama por estas piezas. También por sus pulseras y restos de accesorios gigantes.
Para ella fue otra expresión de su pasión por la moda y la individualidad. Su interés por la diversión y la creatividad ha inspirado a generaciones de diseñadores y amantes de la moda.
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