El alcalde de Newark, en Nueva Jersey, Ras Baraka, reiteró el viernes que una redada realizada el jueves por agentes de inmigración, sin una orden judicial, ha sembrado el temor en la comunidad.
Baraka advirtió a la Administración del presidente Donald Trump que las autoridades locales no tienen temor de la amenaza de tomar acción contra cualquier funcionario que se oponga a la aplicación de su política migratoria.
Baraka realizó una conferencia de prensa junto a activistas proinmigrantes y legisladores estatales y congresistas para repudiar la redada, realizada en un restaurante de esa ciudad, donde arrestaron a tres inmigrantes indocumentados pero también detuvieron a ciudadanos estadounidenses, entre ellos a un veterano militar.
Los agentes de inmigración, que llegaron al local antes del mediodía, entraron armados por la parte posterior del restaurante y tomaron huellas digitales y fotos a los detenidos así como de sus carnés de identidad.
“Una persona mostró su identificación de veterano militar y, de todos modos, fue interrogado”, afirmó Baraka. Y aseguró además que tras conversar con quienes estaban en el negocio, comprobaron que los agentes no mostraron una orden judicial “y no han presentado ninguna todavía”.
El demócrata afirmó que la acción de los agentes de inmigración, que sigue las directrices del nuevo mandato de Trump, de deportaciones masivas y otras acciones en contra de la migración irregular, erosiona la Constitución, lo que lo convierte en un problema “de todos”.
En su regreso a la Casa Blanca, Trump ha prometido deportaciones masivas y ha ordenado la puesta en marcha de varias medidas antiinmigrantes a través de órdenes ejecutivas.
“Ninguna de estas personas era violadora, asesina o criminal (…) Hay mucha gente que ya está aterrorizada”, indicó.
El alcalde de Newark afirmó en una declaración que la redada en la ciudad es una velación de la Cuarta Enmienda: “Hoy, agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) allanaron un establecimiento local en la ciudad de Newark, deteniendo a residentes indocumentados y ciudadanos, sin presentar una orden judicial. Uno de los detenidos es un veterano militar de Estados Unidos que sufrió la indignidad de que se cuestionara la legitimidad de su documentación militar. Este acto atroz viola claramente la Cuarta Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que garantiza “el derecho de las personas a estar seguras en sus personas, casas, papeles y efectos, contra registros e incautaciones irrazonables…”
“Newark no se quedará de brazos cruzados mientras se aterroriza ilegalmente a la gente. Realizaré una conferencia de prensa en alianza con socios listos y dispuestos a defender y proteger los derechos civiles y humanos. Próximamente se darán más detalles”, afirmó Baraka en su declaración.
Por su parte, Amy Torres, directora ejecutiva de la Alianza de Nueva Jersey para la Justicia de los Inmigrantes (NJAIJ), explicó que de acuerdo con testigos, los agentes de ICE estaban fuertemente armados. “Bloqueaban las entradas y salidas, trepaban por las rampas y derribaban las puertas de los baños para asegurarse de que no hubiera nadie escondido”, indicó.
Los comentarios de Baraka se produjeron un día después de que los arrestos de ICE aumentaran el jueves, lo que indica que la ofensiva migratoria del presidente Donald Trump y sus promesas de llevar a cabo “el programa de deportación más grande en la historia de Estados Unidos” ya están ocurriendo.
A los agentes de inmigración se les permite ingresar a las áreas públicas de una empresa, incluso en estados santuario como Nueva Jersey, pero requieren una orden judicial válida o el permiso del propietario para acceder a áreas no públicas.
Las ciudades y los estados santuario tienen políticas locales que limitan su cooperación con las autoridades de inmigración para fines de cumplimiento de la ley.
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