La Justicia chilena decretó este sábado prisión preventiva para un bombero y un exbrigadista de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) acusados de presuntamente haber provocado el megaincendio que en febrero pasado asoló Valparaíso y terminó con 137 fallecidos y miles de viviendas destruidas.
El Juzgado de Garantía de Valparaíso resolvió adoptar la medida cautelar por considerarlos a ambos imputados como “un peligro para la sociedad”, además de establecer un plazo de seis meses para el desarrollo de la investigación penal.
En particular, los dos detenidos fueron formalizados por el delito de incendio con resultado de muerte.
Según informaron las autoridades durante la noche del viernes, el funcionario de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) es sindicado como el autor intelectual del siniestro, en tanto el bombero es apuntado como autor material de los focos que en total dejaron más de 16.000 damnificados.
Ambos fueron detenidos durante la jornada de ayer por la Policía de Investigaciones (PDI), cuyas indagaciones arrojaron luz sobre la dinámica de los hechos.
“Logramos reconstruir exactamente cuáles fueron sus comportamientos y sus actividades en los momentos previos durante y posterior al inicio del fuego (…) y con colaboración de nuestro personal perito del laboratorio de criminalística central logramos hallar el dispositivo que inició estos focos”, explicó el comisario de la Brigada de Delitos Contra Salud Pública de la PDI, Iván Navarro.
Chile vivió a principios de febrero la ola de incendios más mortífera de su historia y que se convirtió en la peor tragedia desde el terremoto de 2010.
El fuego empezó el 2 de febrero en la mañana en cuatro focos simultáneos en el Parque Natural del Lago Peñuelas y se propagó rápidamente debido a las fuertes rachas de viento y las temperaturas extremas de la última semana a los cerros que rodean la ciudad de Viña del Mar y también saltaron a las localidades de Quilpué y Villa Alemana, todas ubicadas en la región de Valparaíso.
La alta densidad poblacional en terrenos de difícil acceso, sumada a la prolongada sequía en Chile, dificultaron las tareas de extinción.