MÉXICO.- La candidata de la coalición Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez, sube y baja en actos públicos donde da prioridad a la crítica al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, un discurso con el cual recorre el país con un presupuesto de unos 26 millones de dólares, lo que en pesos mexicanos significan 450 millones para su campaña de oposición.
Un día apuesta al mensaje de miedo por la inseguridad, otro llama a defender las instituciones como el Instituto Nacional Electoral, menospreciado por el presidente; una semana acusa a políticos de corrupción como al exgobernador de Oaxaca Alejandro Murat, antes aliado; otra apuesta por el voto de castigo en un discurso camaleónico, según el lugar donde se encuentre.
Pero lejos de su presentación en público, la mujer que unió a los partidos de oposición Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y Revolución Democrática (PRD), tiene una plataforma política que muestra dos facetas:
La que pretende dar continuidad a políticas que funcionaron antes de que la izquierda llegara al poder, pero también las que funcionaron en la actual administración así como algunos planes inéditos e innovadores.
LOS BRILLOS
La plataforma de Xóchitl Gálvez expone propuestas novedosas y soluciones puntuales en caminos tan diversos como el legal, político o el social.
Por ejemplo, dice que buscaría legislar a favor de un nuevo modelo que permita perseguir y castigar el “narcoterrorismo”, es decir, todos aquellos ataques en contra de la población que no tienen fines políticos, sino que los realizan grupos criminales del narcotráfico, trata de personas, tráfico de migrantes y armas, entre otros delitos.
“Necesitamos instrumentos investigativos especializados en los que se puedan aplicar los instrumentos de asistencia y cooperación internacional, excluyendo las implicaciones que conlleva el fenómeno de terrorismo ideológico”, detalla.
En el área política, proyecta impulsar reformas para frenar el “chapulineo”, la práctica de saltar de un partido a otro sin respeto a las ideologías sino como un medio para hacerse del poder. Para evitarlo propone una restricción de cambios de afiliación partidaria, periodos de inelegibilidad y más regulaciones sobre la reelección.
A la par, busca crear una base de datos nacional de corrupción que concentre información de patrones de conducta, identificarlos y tomar medidas preventivas con base en ello.
En la economía, destaca el papel del municipio con miras a distribuir la riqueza del nearshoring, o sea, el traslado de las empresas estadounidenses de Asia a México, una política del gobierno de Estados Unidos que ha empoderado el peso de este país.
Por otro lado, habla de perfeccionar la atención a dos extremos sociales que han sido clave para el actual gobierno federal: los jóvenes y los adultos mayores. Para ello, piensa en un Sistema Nacional de Cuidados que no solo implica una red de cuidadoras, sino darles dignidad por su propia valía.
Si gana las elecciones, dice, las generaciones más recientes tendrían un programa de inclusión en los tres niveles de gobierno a través de un servicio profesional de carrera “para que sus voces y perspectivas impacten en la planificación de programas y políticas públicas” y rejuvenecer así la visión de gobernanza.
Confía en que los próximos líderes serán cada vez más inteligentes en el sentido emocional porque buscaría implementar políticas públicas que garanticen la salud mental desde la educación estatal sin excluir la iniciativa privada a través de incentivos fiscales.
Del otro lado de la moneda, combatiría el “edadismo” que es la discriminación por razón de edad hacia las personas adultas mayores en todas sus formas y empezaría por reclacificar a la tercera edad para distinguir entre personas adultas mayores (60-75); personas adultas en edad avanzada (75-90) y adultos decanos (90 y más).
Édgar Ortiz, analista del Sistema Nacional de Investigadores asegura que el género es un aliado para las políticas de inclusión. “Las condiciones de adversidad en las que se han formado las mujeres las hace más empáticas a problemáticas sociales, más sensibles respecto a las necesidades de la población”
LAS SOMBRAS
Analistas políticos coinciden que el principal problema de la Plataforma de Gálvez es la falta de precisión en algunos temas.
“Más allá de ese auge que tuvo su figura, las expectativas de las primeras semanas como la persona que aglutinará el voto opositor, en realidad vemos que su plataforma política no está clara, no sabemos qué representa”, observó el analista política Fernando D`Worak.
Aunque su plan de gobierno es mucho más detallado que el de su rival Claudia Sheinbaum (casi 170 hojas frente a 58), mucho de éste, es una especie de catálogo de buenas intenciones sin detalles sobre cómo se realizarán.
Generalidades tales como fortalecer la democracia, los derechos humanos, la rendición de cuentas; combatir la revictimización; reformar el sistema de justicia penal; empleo sin discriminación; combatir la incorporación de menores en el crimen organizado o alcanzar la meta de “Pobreza Cero en Adultos Mayores para 2030.
No da pistas de qué caminos seguiría para la anhelada autonomía judicial ni mucho menos cómo transparentaría a los partidos políticos, atacaría la violencia política, combatiría el robo al transporte público o tendría una mayor protección a las víctimas del delito.
CONTINUIDAD Y REGRESIÓN
Convertir a la Guardia Nacional, hoy militarizada en civil, crear la Policía Nacional de Investigación y retirar a las Fuerzas Armadas de las labores de seguridad pública, es la principal apuesta del bloque opositor encabezada por Xóchitl Gálvez.
La propuesta responde a una demanda civil en la que no se han puesto de acuerdo los últimos gobernantes, desde Felipe Calderón, el panista que sacó a las calles al Ejército en contra de narcotraficantes a Enrique Peña, que los mantuvo y AMLO, quien prometió en campaña “regresarlos a los cuarteles y luego no hizo más que darles más poder.
Pero eso no es todo. La candidata de oposición busca también eliminar la polémica figura del arraigo y la prisión preventiva oficiosa que permite detener a presuntos delincuentes de manera indefinida y contraria a las recomendaciones internacionales.
En otro orden, quiere dejar atrás las políticas de austeridad por considerar que han consolidado una burocracia obsoleta, eliminar el tope a las deducciones de las personas físicas, reducir la dependencia de la exportación de crudo, permitir nuevamente la deducción sin límites de impuestos y volver a dar estímulos a los creadores de arte y cultura, políticas que eliminó el actual mandatario.
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