Un vuelo de Delta Air Lines que cubría la ruta entre Madrid y Nueva York fue desviado de forma imprevista el pasado domingo 6 de julio, luego de que uno de sus motores presentara una falla en pleno vuelo sobre el océano Atlántico. La aeronave, un Airbus A330-300 con matrícula N805NW, debió aterrizar de manera no programada en la isla Terceira, en el archipiélago de las Azores, Portugal.
El vuelo 127 despegó desde el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas a las 12:34 p. m., transportando a bordo a 282 pasajeros y 13 tripulantes. Cerca de cuatro horas después del despegue, la tripulación detectó un problema en el motor derecho, mientras la aeronave se encontraba sobrevolando el Atlántico. Ante esta situación, decidieron redirigir el vuelo hacia la base aérea de Lajes, una instalación compartida por autoridades civiles y militares en territorio portugués.
Algunos de los pasajeros informaron que escucharon un sonido metálico fuerte, acompañado por un olor a quemado que se propagó en la cabina, lo que generó preocupación entre los presentes. A pesar de ello, el personal a bordo logró conservar la calma entre los ocupantes.
El aterrizaje en Terceira ocurrió a las 15:55 hora local y se completó sin contratiempos. La evacuación del avión se realizó por medio de escaleras móviles, sin que se reportaran personas lesionadas. Los viajeros fueron luego trasladados a alojamientos en hoteles de la zona.
Debido al evento, la estadía en la isla se extendió por casi 29 horas, mientras la aerolínea coordinaba el envío de una aeronave de reemplazo desde el aeropuerto JFK de Nueva York. El nuevo avión aterrizó en la isla a las 2:00 a. m. del lunes 7 de julio, permitiendo que los pasajeros reanudaran su trayecto hacia destino final con un retraso de más de 31 horas respecto al horario original.
A través de un comunicado, Delta informó que “la tripulación siguió los procedimientos estándar” y destacó que la seguridad continúa siendo su prioridad principal. También anunciaron que establecerán contacto directo con las personas afectadas para brindar compensaciones por los inconvenientes derivados de la interrupción del servicio.
La ubicación remota del aterrizaje ha sido un elemento destacado del incidente, dado que Terceira cuenta con infraestructura limitada para manejar vuelos internacionales de gran escala. El Airbus A330-300, fabricado en 2009, permanece en la base aérea de Lajes bajo revisión técnica mientras se investigan las causas del fallo. Por el momento, no se considera una causa externa como origen del problema.
El secretario de Transporte de EE. UU., Sean Duffy, señaló tras el hecho que “la aviación sigue siendo el medio de transporte más seguro del país”, y mencionó que su oficina está trabajando para aumentar la inversión en sistemas de control aéreo y tecnología orientada a la seguridad, ante el crecimiento de eventos similares en la industria.