Viena, 1 jun (EFE).- Ante miles de seguidores congregados en el centro de Budapest, el primer ministro de Hungría, el ultranacionalista y prorruso Viktor Orbán, acusó este sábado a la UE de “frenesí bélico” y pidió el voto para su partido, el Fidesz, con el fin de poder hacer un “exorcismo” en Bruselas.
Hay que ganar las próximas elecciones europeas para que “los burócratas de Bruselas salgan de sus despachos a toda prisa”, dijo Orbán a la multitud, en la céntrica isla Margarita, situada en el río Danubio, que atraviesa la capital magiar.
Más de diez mil personas, según los medios locales, se congregaron allí tras participar en una llamada ‘marcha por la paz’, convocada en apoyo al gobernante y conservador Fidesz de cara a las elecciones al Parlamento Europeo de la próxima semana.
El Fidesz, que abandonó el Partido Popular Europeo (PPE) en 2021, justo antes de ser expulsado de esa familia por su deriva antidemocrática, es el favorito a ganar los comicios con entre el 39 y el 46 % de los votos, según los sondeos.
Tras el voto, la formación espera poder integrarse en el grupo ‘Conservadores y Reformistas Europeos’.
Considerado el líder más cercano al Kremlin entre los Veintisiete y aislado en el club comunitario debido a sus posturas contrarias a las sanciones a Rusia y a las ayudas a Ucrania, Orbán se presenta como el único que busca la paz.
“Somos el único Gobierno pro-paz de la UE”, reiteró el político de 61 años en el mitin, tras afirmar que “Europa se prepara para la guerra y cada día se anuncia otra etapa en el camino al infierno: más dinero para Ucrania, más unidades europeas para Ucrania”.
“Ha llegado la hora del exorcismo”, añadió el mandatario, que lleva 14 años en el poder repitiendo narrativas de conspiración según las cuales el magnate y filántropo estadounidense de origen húngaro George Soros movería todos los hilos en Bruselas con el presunto fin de acabar con la cultura cristiana europea.
Así las cosas, este sábado, Orbán reiteró su confianza en un auge de la extrema derecha en Europa para frenar a un supuesto “bando de guerra” que, impulsado por Soros, buscaría arrastrar a Occidente a una guerra contra Rusia para sustituir por migrantes extracomunitarios a los millones de europeos que caerían muertos en la contienda.
Además, acusó a “la izquierda” de ser adicta a un “frenesí bélico” que es “como una droga”.
“O ganamos nosotros o ganan ellos, no hay una tercera vía, sólo una tercera guerra mundial. Mostremos a Soros dónde vive el dios de los húngaros”, prosiguió.
Y preguntó: “¿Queremos dar sangre húngara por Ucrania? No queremos. No iremos a la guerra y no moriremos por otros en suelo extranjero. Esta es la justicia de los húngaros y ahora nos toca a nosotros (…) convertir la justicia de los húngaros en la justicia de Europa”.
Orbán aseguró saber “cómo mantenerse al margen de estas cosas”
“Nos hemos salvado a nosotros mismos y a nuestros hijos de la migración y de los activistas de género”, dijo el líder ultra aludiendo, con evidente orgullo, a su política intolerante hacia la inmigración y sus polémicas leyes homófobas y discriminatorias hacia la comunidad LGTBI+.