Alejandra Rodríguez lleva más de 20 años ganándose la vida como vendedora ambulante en el área de Hollywood, pero los últimos meses han sido extremadamente difíciles porque le han llovido las multas por parte de los inspectores del Departamento Streets LA de la ciudad de Los Ángeles.
“Antes no los daban personalmente, ahora no los mandan a la casa”, dice Alejandra, vendedora de aguas frescas, frutas y hot dogs.
Aunque en California, las ventas ambulantes se despenalizaron, de acuerdo a Alejandra, en Los Ángeles, las autoridades han encontrado la manera de seguir prohibiéndolas.
“Con tantos tickets nos sentimos hostigados, acorralados, nerviosos”, dice la vendedora, quien añade que han tenido que proporcionar a los empleados del Streets LA, la información personal de dónde viven, porque si no la dan, los amenazan con quitarles su carrito.
“Ya junté como 48 tickets que me han dado, y creo que son hasta más. Es muy frustrante porque para quienes vendemos comida como hot dogs, no hay carritos autorizados”.
El constante acoso de Streets LA mantiene preocupados a los vendedores ambulantes que expenden comida en las banquetas de Los Ángeles.
“Antes de que se descriminalizaran las ventas ambulantes en California, nos arrestaban y muchos vendedores hasta fueron deportados; ahora tenemos una ley y no nos arrestan, pero de todos modos no nos dejan vender, nos persiguen, nos acosan y se llevan dándonos multas”.
La ley que legalizó las ventas ambulantes en California, la SB 946 fue promulgada en septiembre de 2018.
Los Angeles adoptó su ordenanza conteniendo las reglas y lineamientos para la ciudad en noviembre del 2018.
El 2019 fue un año transitorio en tanto la ciudad desarrollaba la infraestructura de la ordenanza, dice Sergio Jiménez, organizador comunitario líder de la organización Street Vendor Campaign; en tanto que primer permiso para un vendedor ambulante fue dado en 2020, y la ordenanza municipal se implementó ese mismo año.
“Debido a los múltiples errores establecidos por la Ciudad de Los Ángeles al emitir la ordenanza local para regular las ventas, como establecer imposiciones y excluir siete áreas en las que no podían vender los vendedores, es que demandaron en el 2022″, recordó Jiménez.
La demanda fue contra la Ciudad de Los Ángeles por violar la ley estatal de 2018 que legaliza las ventas callejeras en California al establecer una ordenanza que prohibía trabajar en las aceras de los destinos turísticos más populares.
Algunos de los puntos también en contra era contra las prohibiciones de no establecerse a 500 pies de las atracciones turísticas populares y lugares deportivos y de conciertos, ya que según dijeron impactaban la seguridad de los peatones, turistas y vendedores debido al hacinamiento en las aceras, lo que resulta en que los peatones caminaran.
En la querella, se estableció que esta afirmación concluyente no está respaldada en absoluto por ningún dato, documentación o análisis.
Si bien, a principios de año, lograron que se eliminaran las restricciones para no vender en siete áreas, entre ellas Hollywood, Jiménez considera que ahora se enfrentan al problema de que las multas se han intensificado contra los vendedores ambulantes.
En estos momentos, los líderes de los vendedores ambulantes se encuentran en pláticas con las autoridades de la Ciudad para llegar a un acuerdo que cierre la demanda.
“Mientras tanto, han encontrado una nueva forma de seguir acosando, dándoles miles de multas, en lugar de entrenamiento y educación”, dijo JIménez.
Comenta que ahora a los inspectores les han dado por pasar en sus carros y tomarles fotos desde lejos a los vendedores, y meses después les mandan hasta cinco tickets juntos a sus casas.
“Ni siquiera se bajan de sus carros, y les gusta meter pleito entre los vendedores, porque van y les dicen a los demás que el otro vendedor se queja de ellos”.
Platica que aunque las ventas son ya legales en California, a los empleados de Streets LA no les faltan excusas para multarlos, que porque no tienen los carritos adecuados, que porque están cerca de la curva, que porque no hay distancia entre un vendedor y otro.
Desde hace diez años, Martha Soto vende hot dogs por el bulevar Hollywood, justamente en el barrio de Hollywood de Los Ángeles, dice que ella ha recibido más de 100 multas, que gracias al apoyo de la Street Vendor Campaign ha logrado reducir los montos a pagar.
Pero no se le acaba con los inspectores del departamento Streets LA que no cesa de expedirle tickets. Inclusive, le han llegado multas a su casa, que corresponden a otros vendedores, que se han puesto en su lugar cuando ella no ha podido ir a vender.
“No estoy haciendo nada malo. No tengo la culpa de que no se hayan creado carritos apropiados para nosotros los vendedores de hot dogs. Yo necesito trabajar. Tengo un esposo enfermo con muchas limitaciones para trabajar porque tiene que estar sometiéndose a diálisis, y un hijo que acaba de cumplir 18 años y está estudiando. Yo soy el sustento de mi hogar”.
La Opinión se encuentra a la espera de una reacción del Departamento Streets LA en torno a las quejas de los vendedores ambulantes, y para conocer cuál es la situación.