Un tiroteo durante el servicio religioso en una iglesia mormona en la localidad de Grand Blanc, estado de Míchigan, dejó este domingo al menos cuatro muertos y nueve heridos. El atacante, Thomas Jacob Sanford, de 40 años, embistió la puerta principal con su vehículo, … irrumpió con un rifle de asalto y abrió fuego contra los feligreses antes de provocar un incendio que arrasó el edificio.
Fue abatido por la policía tras un intercambio de disparos. Entre los nueve heridos hay algunos graves. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, como se la conoce de forma oficial, confirmó el tiroteo del domingo en un comunicado en el que señaló que «varias personas resultaron heridas en un trágico acto de violencia».
La institución indicó que está en contacto con las autoridades mientras avanza la investigación y se establece un motivo. Grand Blanc, a las afueras de Flint y a unos 100 kilómetros al norte de Detroit, tiene una población aproximada de 8.000 habitantes.
Según el jefe de Policía, William Renye, el sospechoso murió «tras un intercambio de disparos con los agentes» en la iglesia. En el tiroteo participaron dos oficiales: uno del Departamento de Parques Recursos Naturales y otro del municipio de Grand Blanc.
Las autoridades creen que aún podrían hallarse más víctimas entre los escombros del templo, donde se congregaban cientos de personas, incluidos niños, algunos de los cuales figuran entre los heridos graves.
Un equipo de desarme de explosivos evaluó un objeto sospechoso encontrado en el recinto, por si fuera una bomba improvisada.
Los oficios dominicales mormones duran dos horas e incluyen cantos, oraciones y sermones, a los que asisten tanto adultos como niños desde los 18 meses de edad.
El presidente Donald Trump confirmó que había sido informado de lo que describió como «otro ataque dirigido contra cristianos en Estados Unidos», y anunció en redes que el FBI lidera la investigación junto con las autoridades locales.
La fe mormona es una división del siglo XIX del Cristianismo que cree en un profeta llamado Joseph Smith que fue perseguido por el gobierno federal estadounidense. Tiene unos siete millones de seguidores en EE.UU., y se decanta mayoritariamente por posturas conservadoras y republicanas.
La gobernadora de Míchigan, la demócrata Gretchen Whitmer, lamentó la tragedia y advirtió de que «la violencia en un lugar de culto es inaceptable». La fiscal general, Pam Bondi, y el director del FBI, Kash Patel, también condenaron el ataque y prometieron apoyo federal en las pesquisas, por si fuera un delito de odio.
El suceso se produce apenas un día después de la muerte de Russell M. Nelson, presidente de la iglesia mormona y líder de la comunidad, fallecido a los 101 años. Se le consideraba profeta mormón por los 17 millones de fieles de ese credo de todo el mundo.
Nelson reformó la iglesia para adaptarla a los nuevos tiempos: revirtió la prohibición del bautismo a los hijos de parejas del mismo sexo, aunque mantuvo restricciones para personas transgénero, y defendió el uso de mascarillas y vacunas durante la pandemia.