En California actualmente hay más de 20,000 personas esperando por un trasplante de órgano que les salve la vida y casi la mitad (9,671) son hispanos, aunque, junto con los afroamericanos conforman las minorías que menos se registran para convertirse en donadores.
En el 24 aniversario de la caminata anual de One Legacy, en las instalaciones de la Universidad Azusa Pacific, cientos de familias, hombres, mujeres y niños que han sido parte del proceso de donar órganos o que han sido receptores, participaron en una caminata de 3.5 millas, alrededor de la institución universitaria. One Legacy se fundó hace 34 años.
“Cuando las familias no responden ni se registran, quizás piensan que nunca van a necesitar la donación de un órgano”, dijo a La Opinión, Jim Martin, director ejecutivo de Donate Life California.
“Es importante que las comunidades de color sepan que son quienes están más propensas a sufrir de enfermedades como hipertensión y diabetes, y en un futuro podrían necesitar de un trasplante”, añadió.
En efecto, el órgano que más necesitan quienes hoy en día se encuentran en la lista de espera, es el riñón. Entre los hispanos, son 8,660 personas en California esperando por ese órgano.
Y, considerando que menos del uno por ciento de las personas que fallecen tienen la posibilidad de donar sus órganos, es importante que la comunidad latina diga sí a la donación y se registren como donantes visitando onelegacy.org/register.
Recuerdan la generosidad de Jacky
Jacky Guerra, una chica latina que falleció a los 23 años estaba inscrita como donante. Ella perdió la vida el 10 de abril de 2017 cuando el automóvil en que viajaba chocó con otro, cuyo conductor manejaba ebrio.
“A mi hija le gustaban las hamburguesas, los chocolates y maquillarse hasta quedar muy bonita”, dijo Asela Guerra, la madre de Jacky, mientras instalaba una carpa adornada con girasoles.
“Cuando me dijeron que ella estaba en el hospital nunca vi que su cuerpo tuviera una reacción”, dijo. Diez días después del accidente, Jacky fue desconectada.
Aunque Asela Guerra desconoce cuántas vidas pudo salvar Jacky, donó la válvula del corazón, piel y la córnea de sus ojos.
Aumenta la demanda de donantes
Si bien se conoce que cada donante puede salvar ocho vidas y mejorar la vida de 75 más, entre la población latina se requiere que miles de personas se inscriban como donadores.
Según la Administración federal de Recursos y Servicios de Salud (HRSA), el número de donantes de órganos hispanos en Estados Unidos ha aumentado en los últimos años, pero ese crecimiento ha sido lento.
Aunque los órganos no son compatibles por raza y origen étnico, sigue existiendo una brecha significativa entre los donantes y los candidatos a trasplantes entre los hispanos.
Desde el 1 de enero de 1988 al 31 de marzo de este año, en California, hay 47,859 personas que se han recuperado, después de una donación de órganos; un total de 27,994 ya fallecieron y hay 19,865 donadores vivientes, de acuerdo con datos de la Red de Obtención de Trasplante de Órganos (OPTN).
Segunda oportunidad de vida
“Gracias al regalo de vida que han dado las personas que hicieron la donación estas casi 48,000 personas gozan de una segunda oportunidad de vida”, dijo Tania Llavaneras, portavoz de OneLegacy. “Son personas que estaban al borde la muerte, y gracias al trasplante que recibieron ya pueden seguir sus vidas, continuar sus estudios y realizar sus proyectos”.
En 2021, médicos expertos de One Legacy se efectuaron 1,688 trasplantes; 1,628 en 2022 y 1,840 en 2023, provenientes de 721 donantes.
Elisa González, tía de Clint Rivera un joven que se suicidó cuando tenía 15 años, contó que el adolescente estaba deprimido porque un conductor borracho mató a su novia. Del cuerpo de Clint se efectuó la donación de tejido.
Otro familiar de Elisa, Cuitláhuac Rivera, de 42 años, quien falleció en 2018 después de que se fue a dormir y nunca más despertó, se convirtió en un donador de corneas.
“Ayudar como voluntaria en OneLegacy le da sentido a mi vida”, dijo. “Hemos pasado por tanto dolor, que, ahora, ayudando a otras personas para que se conviertan en donadores me motiva”.
Decenas de miles esperan un órgano en EEUU
De la misma forma, cada ocho minutos se añade otra persona a la lista nacional de espera de trasplante.
Datos de la Administración de recursos y Servicios de Salud, en el Departamento de Salud y Servicios Humanos indican que, hasta marzo de 2024 en Estados Unidos había un total de 103,223 hombres, mujeres y niños en espera de un órgano.
De ese total, 89,101 esperan la donación de un riñón, 9,862 un hígado; 832 un páncreas, 2,054 riñón y páncreas; 943 un pulmón y 243, otros órganos.
Con relación a los trasplantes de órganos que se realizaron hasta marzo de este año, las estadísticas muestran que 27,332 personas se beneficiaron con un riñón; 10,660 de un hígado; 102 de un páncreas; 812 tanto de riñón como de un páncreas; 4,545 recibieron un corazón; 3,026 un pulmón y 99 otro tipo de órganos.
Hernán Aispuro, un héroe de la donación
El14 de febrero de 1999, el niño Hernán Aispuro tenía seis años. Su familia había planeado un viaje a Big Pine en las montañas de Big Bear.
El niño estaba preparado con su tabla de esquiar. Su madre estaba cambiando de ropa a su hermana y su padre preparaba el biberón.
Arnold Pérez y su esposa Eva no se dieron cuenta cuando el niño se bajó del auto y se deslizo en la tabla de esquiar. No era nieve a donde llegaron sino hielo.
En la pendiente el menor descendió a gran velocidad y, desafortunadamente sufrió lesiones que le arrancaron la vida, aun cuando fue transportado en helicóptero a un hospital.
“Cayo como a 25 metros en la bajada”, dijo Arnold Pérez, un empleado guatemalteco de serigrafia.
“Mi niño presintió su muerte”, declaró Eva Pérez. “Cuando llegamos al lugar, lloraba y nos decía que se quería regresar a casa…Tenía miedo, aunque pensamos que probablemente era un capricho del niño”.
Aunque han pasado tantos años, entre lágrimas, la señora Eva dice que un corazón de madre nunca sana tras la pérdida de un hijo.
“Es como una pieza de barro que se rompe; lo pegas una vez y otra vez y nunca queda igual”, dijo. “Pero, uno aprende a vivir con el dolor”.
“Cuando miro a mi esposa llorar, yo comparo su dolor como un terremoto, donde la tierra se abre y hay un hoyo profundo a donde la vista no alcanza a ver”, dijo Arnold.
Hernán Aispuro fue donador de corazón, sus dos riñones, el hígado, intestino delgado y páncreas.
Donadores que aún viven:
Blancos no hispanos: 10,212
Afroamericanos 1,266
Hispanos/Latinos: 6,095
Asiáticos: 1,783
Indios Americanos/Nativos de Alaska:59
Isleños del Pacífico: 276
Multirraciales no hispanos: 169
Desconocidos: 5
Total: 19,865
Fuente: Red de Obtención de Trasplante de Órganos (OPTN)