Zoe Stephens es una guía turística británica que, a sus 30 años, se ha recorrido los 19 países de Extremo Oriente y el sudeste asiático. En una charla con el Daily Mail, ha revelado cuáles son los mejores y los peores países para visitar.
Stephens, que tiene 30 años y vive en Taiwán, dice que los tres mejores países asiáticos para visitar son China, Corea y Japón.
“China siempre será mi país favorito para viajar. Tiene una historia muy rica y me encanta su gente y su cultura. Incluso con varias vidas, no se puede visitar todo lo que China tiene para ofrecer: esquí y montañas en el norte, islas paradisíacas y surf en el sur, ciudades enormes en el este, praderas en el oeste… y todo lo que hay entre medio”, dice.
Zoe, estudiante de doctorado en Ciencias Políticas, elogia la falta de turistas y los “increíbles paisajes”, la “infraestructura favorable para los viajes” y el “excelente” transporte público del país.
“En China, si tomas un tren para salir de la ciudad, probablemente serás el único extranjero que haya por allí, nadie hablará inglés y podrás vivir experiencias de viaje auténticas y reales”, sostiene.
En cuanto a Corea del Sur, elogia el barrio de Hongdae en Seúl, señalando que tiene una “energía increíble”.
“Es uno de mis lugares favoritos del mundo. Es un lugar al que acuden muchos jóvenes para beber y divertirse, pero también está lleno de gente que toca y baila, mostrando su talento. Podría caminar por Hongdae durante horas”, dice.
Por último, está Japón, que es “algo especial”. “Es un país increíble y uno de los favoritos de los viajeros. Pero además de su increíble comida y sus ciudades, las montañas y el campo japoneses son algo especial”, agrega.
“Uno de mis mejores viajes fue caminar por uno de los senderos de peregrinación: no había otros turistas a la vista, los alrededores eran hermosos y el alojamiento era rural y tradicional. Aquí se viven las experiencias más auténticas”, dice.
Las mejores gastronomías
En cuanto a la comida, Zoe Stephens elogia la gastronomía de Tailandia, Corea y Japón, pero cuando se trata de comer fuera, China encabeza su clasificación de países debido a la “diversidad” de su gastronomía.
“Es como si nos decidiéramos a probar la comida picante de Sichuan, la dulce de Guangdong, la sabrosa del noreste, los fideos de Xi’an, la carne de Mongolia Interior, los dumplings de Pekín… Y, en cada restaurante y estilo, ¡hay muchísimo para elegir!”, explica.
Sobre el carácter de los lugareños, Zoe Stephens dice: “Los habitantes de la mayoría de los países del este de Asia son bastante amables, pero en cuanto a la recepción de los turistas, tal vez Taiwán y Japón sean los más acogedores. ¡Todo es sonrisas y cortesía!”.
“Son también los países más seguros. Puedes dejar tu portátil y tu cartera en la mesa de la cafetería, ir de compras a la tienda de al lado y volver… y tus cosas seguirán allí, intactas”, asegura.
Curiosamente, tiene buena opinión sobre Corea del Norte, donde trabajó como guía: “Han pasado casi cinco años desde la última vez que visité el país. Solía ir al menos una vez al mes y lo extraño mucho. Espero que, dado que las fronteras se abrirán en diciembre, pueda visitarlo lo antes posible”, dice.
“Lo mejor de Corea del Norte es su gente. Son increíblemente acogedores y muy divertidos. Además, hay mucho que ver, desde cafés locales hasta museos y desde hermosos paisajes hasta mercados”, sostiene.
No recomendado
Pero, ¿cuál es el peor país de Asia para visitar? “Singapur, no tengo nada en contra. Me gusta Singapur, pero en comparación con el resto de Asia oriental, hay mucho más que hacer en otros lugares”, dice.
En cuanto al carácter menos amistoso, lo tiene claro: “No creo que los malayos sean antipáticos, quizá sea parte de su cultura, pero la actitud de cualquiera que trabaje en el sector de servicios te hace sentir como si les hubieras hecho algo muy malo”.
“Incluso cuando llegas al aeropuerto y pasas por la aduana… el funcionario actúa como si revisar tu pasaporte fuera una gran molestia. Al principio, pensé que todos debían haber tenido un día realmente malo. Luego me di cuenta de que así es como se hacen las cosas. ¡No me lo tomé como algo personal!”, dice.