Una mujer brasileña de 31 años, Jaqueline Gmack, experimentó un efecto secundario inesperadamente grave después de tomar un solo comprimido de ibuprofeno para aliviar sus dolores menstruales. Poco después de ingerir el medicamento, comenzó a experimentar una serie de síntomas alarmantes que la llevaron a un coma inducido de 17 días. Su historia sirve como una advertencia sobre los riesgos asociados con el uso no controlado de antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como el ibuprofeno.
El Inicio de una pesadilla
Jaqueline relata que todo comenzó con una leve picazón en el ojo, 48 horas después de tomar el comprimido de ibuprofeno. Al día siguiente, se despertó con ampollas de sangre en el interior de la boca y rápidamente acudió al hospital. Allí, su estado de salud se deterioró rápidamente, con su rostro cubierto por ampollas. Finalmente, el equipo médico decidió inducirla en un coma artificial para estabilizarla.
El síndrome de Stevens-Johnson
Los médicos pronto identificaron que Jaqueline estaba sufriendo del síndrome de Stevens-Johnson, una reacción grave y poco común a ciertos medicamentos. Según la Academia Nacional de Medicina, este síndrome se trata de una «toxicodermia grave inducida por un medicamento en el 85% de los casos».
Los investigadores explican que el síndrome de Stevens-Johnson ocurre cuando el sistema inmunitario reacciona de manera excesiva a un desencadenante, como un medicamento, lo que provoca altos niveles de inflamación y una fuerte reacción autoinmune.
17 Días en coma
Fue solo 17 días después que Jaqueline finalmente abrió los ojos, sin saber que había estado a punto de perder la vida. «Es como si me hubiera quemado por dentro», describió la joven en su cuenta de Instagram. «Al despertar, noté que todo mi cuerpo estaba vendado, mi vista estaba completamente borrosa y tenía un tubo en la garganta, pero no sentía dolor. Fue en ese momento que empecé a darme cuenta de lo grave de mi situación».
Secuelas duraderas
Aunque Jaqueline logró sobrevivir, quedó con numerosas secuelas, especialmente en el rostro y los ojos. Desde su primera operación, ha tenido que someterse a más de 24 intervenciones, incluyendo injertos de córnea, de membrana amniótica y de células madre.
Los riesgos del ibuprofeno
El ibuprofeno es un medicamento comúnmente utilizado para aliviar dolores, fiebre e inflamaciones. Sin embargo, la Agencia Nacional de Seguridad de Medicamentos (ANSM) advierte que puede enmascarar los signos y síntomas de una infección, como el dolor y la fiebre, retrasando así un tratamiento adecuado y aumentando el riesgo de complicaciones.
Existen también varias contraindicaciones para el uso de AINE, como alergias, embarazo avanzado, enfermedades hepáticas o cardíacas. Por ello, se recomienda consultar a un profesional de la salud antes de tomar cualquier antiinflamatorio.
Al compartir su experiencia en redes sociales, Jaqueline espera concientizar a la gente sobre los peligros potenciales del uso no controlado de medicamentos como el ibuprofeno. Su historia sirve como un recordatorio de que incluso los medicamentos de venta libre pueden conllevar riesgos graves si no se toman con la debida precaución.
La importancia de la supervisión médica
Este caso pone de manifiesto la importancia de consultar a un profesional de la salud antes de tomar cualquier medicamento, incluso aquellos que parecen inofensivos. La automedicación, especialmente con AINE, puede tener consecuencias devastadoras, como demostró la experiencia de Jaqueline.