El primo de un chico de 18 años que falleció este sábado en Nápoles por un tiro a la cabeza fue detenido en la noche de este sábado tras confesar que se le disparó la pistola con la que estaban jugando. Este caso ha puesto la atención sobre la facilidad para conseguir un arma entre los más jóvenes en esta ciudad del sur de Italia, que ha vivido en los últimos meses varios episodios de violencia.
Tras la confesión, la fiscalía dicto la orden de detención contra Renato Caiafa, de 19 años, el joven que, la noche del viernes al sábado, mientras manejaba un arma, disparó a su primo Arcangelo Correra, de 18 años, en una céntrica calle de Nápoles. La víctima murió horas después en le hospital, informaron los medios italianos.
El joven, que acudió espontáneamente a la comisaría para explicar el incidente, está acusado de detención de arma ilegal y denunciado por el delito de homicidio. Este nuevo episodio ha puesto de manifiesto la facilidad de los jóvenes de Nápoles de hacerse con un arma tras varios episodios de violencia.
El pasado 27 de octubre, otro joven de 20 años fue alcanzado en la nuca en Chiaiano mientras iba en el coche aunque pudo salvar su vida. Días después, en San Sebastián del Vesuvio, fue asesinado Santo Romano, de 19 años, por otro joven de 17 años, que había salido de la cárcel en mayo y que le disparó tres veces tras originarse una pelea entre dos grupos, al parecer, por haberle ensuciado una zapatilla por un pisotón accidental.
El homicidio de Romano llegó solo una semana después de que dos menores de 14 y 17 años asesinaran también a tiros a otro chico de 15 en el centro de la ciudad. “Es demasiado fácil encontrar un arma. Un zapato, un scooter, una plaza de aparcamiento y otros motivos inútiles: nos encontramos ante una desconcertante banalidad del mal en los grupos más jóvenes”, subrayó el comisario de policía de Nápoles, Maurizio Agricola, en declaraciones en el diario La Repubblica.
Por su parte, Agricola cree que la Camorra, la mafia napolitana, ha podido influir en lo ocurrido, sobre todo por la facilidad para conseguir armas. “Si andas armado, si disparas por lo más mínimo, está claro que hay una mentalidad camorrista y una metodología de acción criminal camorrista”, añadió.