Se cumplen 80 años del final de la Segunda Guerra Mundial. Más allá de lo obvio, ¿qué grandes lecciones ha aprendido Europa?
Lo que la historia nos ha enseñado es que nunca debemos olvidar. Han pasado 80 años, pero la historia no ha terminado. Por desgracia, la guerra ha vuelto a Europa, esta vez en forma de guerra en Ucrania. El pueblo ucraniano lucha no solo por su tierra y su soberanía, sino también por su libertad y su democracia, y también por las nuestras. Igual que hicieron las generaciones anteriores de europeos. Por eso debemos recordar siempre que la paz y la democracia no pueden darse por sentadas. Hay que defenderlas todos los días.

¿Es la UE de hoy lo que soñaron los padres fundadores después del conflicto?La Unión Europea de hoy es un poderoso reflejo del sueño compartido por visionarios como Schuman, Adenauer, Spaak y De Gasperi. Tras la devastación de la guerra, imaginaron un continente unido por la paz, la prosperidad y la democracia y una Europa en la que las naciones cooperaran, no compitieran; en la que el diálogo sustituyera a la división.

Y eso sigue vivo hoy en día, entiendoSí. Hoy, a pesar de los retos a los que nos enfrentamos, esa visión sigue viva. La UE ha logrado el periodo de paz más largo de nuestra historia, un mercado único que potencia nuestras economías y una unión de valores que defiende los derechos humanos y el Estado de Derecho. Es el mejor lugar del mundo para vivir, donde los jóvenes pueden estudiar, trabajar y vivir más allá de las fronteras; donde los ciudadanos disfrutan de una sólida protección social, acceso a una asistencia sanitaria de categoría mundial y uno de los niveles de vida más altos del planeta. Por eso hoy más gente que nunca reconoce las ventajas y oportunidades de formar parte de la UE. El Parlamento Europeo siempre apoyará a quienes promueven y protegen la paz.

También se cumplen 75 años de la Declaración Schuman. ¿Qué sigue siendo lo más relevante en una época marcada también por la inestabilidad geopolítica?Hace 75 años, Robert Schuman estableció una visión: un continente unido en paz, solidaridad y prosperidad compartida. Esta visión es ahora una realidad. Lo hemos logrado cooperando, trabajando juntos y permaneciendo unidos en tiempos difíciles, como la pandemia de Covid y la invasión de Ucrania. Es vital que permanezcamos unidos si queremos ser más poderosos en ámbitos como la energía, la defensa y la sanidad. Ante los retos actuales, esta visión no podría ser más pertinente. Promover y defender estos valores fundamentales sigue siendo la mejor receta para seguir fortaleciendo Europa y mejorar la vida cotidiana de todos sus ciudadanos.

¿Qué mensaje envía a los jóvenes europeos que ven aquellos tiempos tan lejanos?
Esta semana hemos conmemorado en el Parlamento Europeo, en Estrasburgo, el final de la Segunda Guerra Mundial, junto a hombres que vivieron aquella guerra. Fue un honor compartir con ellos este momento tan importante. Su presencia en Estrasburgo sirvió de crudo recordatorio de que aquellos terribles tiempos no están tan lejanos. Hoy, el regreso de la guerra a nuestro continente ha hecho tambalear esa certeza.

Lo que estamos viendo ahora, especialmente tras la guerra de Rusia contra Ucrania, es una renovada conciencia entre los jóvenes de lo que realmente está en juego. Según nuestra última encuesta sobre la juventud en el Parlamento Europeo, la paz vuelve a ser el valor número uno que los jóvenes europeos asocian con la Unión Europea. Esto lo dice todo. Demuestra que esta generación comprende que las libertades de las que disfrutamos -libre circulación, democracia, seguridad, oportunidades- no son automáticas. Hay que defenderlas, cuidarlas y no darlas nunca por sentadas. Seguiré apelando a los jóvenes para que crean que defender la UE y sus valores merece la pena y es necesario. Es la mejor manera de asegurar el futuro de las generaciones actuales y futuras.