Queridos lectores:

En realidad, Lando Norris no tiene motivos para quejarse. Después de seis de los 24 Grandes Premios de la temporada 2025 de Fórmula 1, ocupa la segunda posición en el campeonato de pilotos, a sólo 16 puntos del primer puesto. Las cosas parecían muy diferentes hace un año. Entonces, el piloto de McLaren F1 era cuarto en el campeonato y estaba a 53 puntos. Así que todo va bien, ¿verdad?

Pues no. Porque la clasificación provisional del mundial de F1 2025 tiene dos matices. En primer lugar, Norris ganó en Miami hace un año, pero no esta vez. Y en segundo lugar, el líder del campeonato del mundo ahora no es Max Verstappen, sino Oscar Piastri. Su propio compañero de equipo.

En las últimas semanas se ha hablado mucho de Norris y de su autocrítica, a veces pública, que algunos en el paddock catalogan de debilidad mental. Y la carrera del domingo probablemente no ayudó para que los haters de Norris reconsideraran su juicio sobre el inglés de 25 años.

Análisis: ¿Atacó Norris sin valor en el GP de Miami?

En dos situaciones, perdió en batallas hombre a hombre. En primer lugar, en la salida, donde ya había medio adelantado a Verstappen, pero luego se vio empujado y cayó hasta la sexta posición. Una situación que por mi parte no veo tan crítica: Verstappen había derrapado, Norris tuvo que salirse de la pista y como consecuencia perdió terreno. Si se hubiera quedado dentro, su carrera habría terminado.

La segunda situación fue diferente. En la vuelta 15, una vuelta después de que Piastri hubiera llevado magistralmente a Verstappen a cometer un error en las curvas 1/2, Norris intentó hacer la misma maniobra que su compañero de equipo. Y falló. “¿Qué debería haber hecho?”, preguntó Sascha Roos en el comentario en directo en Sky. Y Ralf Schumacher respondió: “Sí, ¡hacerlo!”.

En defensa de Norris, hay que señalar: Piastri pudo haberlo tenido un poco más fácil que él de antemano, porque Verstappen cometió un error saliendo de la curva 1, lo que abrió la puerta en la curva 2. Cuando Norris llamó a la puerta una vuelta más tarde, Verstappen no cometió tal error.

Pero después de estudiar la perspectiva onboard varias veces, creo que Ralf Schumacher tiene razón: Norris podría haber pasado. Verstappen probablemente habría contraatacado y podría haber habido un toque. Pero la impresión que queda es que Norris no tiene narices de sacar los codos contra Verstappen en esos duelos.

Tal vez esta mentalidad se remonte a una entrevista que Norris concedió a The Guardian en abril. Haría cualquier cosa para convertirse en campeón del mundo, dijo entonces. Pero, continuó diciendo “como buen tipo” no se comportaría “como un gilipollas” sólo para simular un instinto asesino a sus competidores y al público.

Después de Miami, la pregunta está justificada: ¿Es precisamente esta falta de instinto asesino lo que hace que al final sea Piastri y no Norris quien pueda ganar el mundial con McLaren? En abril, Norris admitió abiertamente: “Probablemente no tengo tanto instinto asesino como la mayoría de los demás pilotos o campeones del mundo porque, sencillamente, crecí de forma diferente”.

Deportista justo: posición devuelta voluntariamente

Eso le honra como persona y como personalidad. Norris parece realmente un buen tipo, alguien que tiene bondad en su corazón. Esto también fue evidente cuando más tarde atacó a Verstappen por segunda vez en Miami, ya tenía su morro delante, pero tuvo que irse por fuera de la pista.

“Eso fue difícil de ver. Creo que estaba completamente delante, pero no sé si estaba fuera de la pista o no”, dijo Norris por radio – y levantó el pie del acelerador antes de la curva 17 sin ninguna instrucción desde fuera para devolverle la posición a Verstappen. “Hiciste lo correcto”, le dijo por radio su ingeniero de carrera Will Joseph. “¡Recuperaremos la posición!”.

Una vuelta después, la maniobra de adelantamiento por fin funcionó: con exceso de velocidad por el interior, puerta cerrada, sin concesiones… ¡así es como se puede adelantar a un Verstappen! Tarde, pero aún así… Aunque claro, Piastri ya le había sacado 8.7 segundos en ese momento.

Norris lo dio todo a partir de ahí, fue el hombre más rápido en la pista e hizo que su ingeniero de carrera le explicara por la radio de boxes en qué curvas podía recortar unas centésimas para quizás poner a Piastri bajo presión después de todo. Al final, la diferencia fue de 4.6 segundos. No fue hasta cuatro o cinco vueltas antes del final cuando se dio cuenta de que eso no iba a funcionar y se conformó con el segundo puesto.

“Simply lovely”: la desapercibida radio en boxes de Norris al final

“El ritmo era realmente fuerte. Es una pena que no den puntos al coche más rápido”, dijo Joseph por radio durante la última vuelta. “Me has impresionado este fin de semana, compañero. Estamos progresando. Podemos hacerlo”. Norris respondió: “Todo bien, todo bien. La misma historia, ¡pero qué coche! El coche era simplemente encantador (simply lovely)”.

Ese “simplemente encantador” es el eslogan de Verstappen, que incluso vende camisetas con el lema en su tienda de fans. Desde luego, no es una frase que se le haya ocurrido a Norris por casualidad. Verstappen es a la vez su amigo y su némesis, y parece haberle causado una impresión duradera.

Si Norris se proclama campeón del mundo a final de año y lo consigue siendo un “buen tipo”, sinceramente me quitaría el sombrero ante él. En la historia de la Fórmula 1, apenas ha habido un gran campeón que no haya recurrido en algún momento al método del “cabronazo” (y ese fue probablemente Keke Rosberg). Ayrton Senna, Michael Schumacher, Fernando Alonso o incluso el propio Verstappen: todos tienen alguna marca en su historial.

Respeto el hecho de que Norris quiera ser campeón del mundo a su manera sin ser un “gilipollas”. El problema es que alguien del calibre de Verstappen explota eso sin piedad.

En el vuelo de vuelta de Miami a Europa, Norris tiene tiempo suficiente para pensar realmente en sí mismo. Y tal vez cambie de opinión después de todo. Porque me temo que la realidad es: a Verstappen solo se le puede vencer con sus propias armas. Y esas no son las armas de un buen tipo.

Piastri, obviamente, ya lo ha entendido. Norris no (¿todavía?).

Atentamente

Christian Nimmervoll

Cadillac presentó el inicio de su andadura en la Fórmula 1, de cara a 2026, con un evento que calificó de “centro cultural del fin de semana del Gran Premio de Miami”. Queen se transformó en un centro neurálgico del automovilismo y la cultura, donde los asiduos al paddock se codearon con lo más granado de la vida nocturna de Miami.

Una cosa es segura: toda la velada tuvo un marcado carácter estadounidense. Es algo que se ha echado de menos en la Fórmula 1 a pesar de la reciente historia de amor de Estados Unidos con el campeonato.

La lista de invitados de la velada reflejaba claramente los esfuerzos del equipo por captar un nuevo público: había docenas de periodistas británicos, atónitos ante el espectáculo, además de personalidades de realities. Mick Schumacher también hizo una aparición sorpresa en Queen, mientras que Sophia Bush, ex alumna de One Tree Hill, disfrutó de una vista privilegiada desde su mesa en el centro del club. Incluso un miembro del personal de un equipo rival estuvo allí, recabando información. 

Una ausencia notable fue la de Sergio Pérez, en un momento en el que los rumores apuntan a que el ex piloto sería elegido como parte de la nueva alineación de Cadillac. Los aficionados corearon su nombre en el exterior y rogaron a la escudería que le contratara, pero pronto quedó claro que este evento en particular tenía menos que ver con algo sustancial y más con… vibraciones. 

Sergio Pérez, Red Bull Racing

Foto de: Red Bull Content Pool

Terry Cruz subió al escenario para presentar a Dan Towriss, mientras contaba una historia sobre el papel que General Motors y Cadillac jugaron en su vida. El actor nacido en Michigan bromeó diciendo que él no existiría si no fuera porque GM reunió a su familia. 

Tras las breves palabras del ejecutivo, los invitados murmuraron sobre lo que les esperaba en la velada: ¿tal vez la presentación de un coche? Pues no. El equipo proyectó un vago vídeo sobre la identidad visual de Cadillac de cara al futuro, y tal y como está, se parece parcialmente a una página de inicio de Pinterest.

En la pantalla aparecieron imágenes anodinas de mujeres vestidas con ropa de Cadillac, intercaladas con imágenes igualmente vagas de un coche de Fórmula 1. Hubo varios destellos de color naranja (cuidado con McLaren) e imágenes genéricas en blanco y negro de mujeres vestidas a la moda. 

La noche terminó con la actuación de Janelle Monae, después de haber actuado antes. ¿Hubo algún tipo de relación entre la cantautora y Cadillac? No. Pero no hay nada más americano que contar con celebridades que ayuden a deslumbrar a la comunidad automovilística mientras se prepara para la nueva era de 2026.