Amnistía Internacional ha denunciado que Hamás está reprimiendo con violencia cualquier manifestación en su contra, ¿la población gazatí está cansada del gobierno de Hamás?No es la primera vez que hemos documentado este tipo de represión. Incluso antes del genocidio de Israel, Amnistía Internacional ya venía documentando casos y había denunciado en numerosas ocasiones la represión del derecho de reunión pacífica y contra cualquier expresión de disidencia por parte de las autoridades de Hamás. Lo que ocurre ahora es que desde finales de marzo empezamos a ver movilizaciones de personas por las destruidas calles de Gaza, sobre todo en el norte, que protestan no solo contra el genocidio de Israel, sino también contra las políticas de Hamás y contra el tremendo fracaso que ha habido en las negociaciones para un alto el fuego. Lamentablemente, esas manifestaciones pacíficas han sido reprimidas con violencia para silenciar las voces críticas. Hemos entrevistado a víctimas y a testigos de detenciones arbitrarias en las que se han dado casos de malos tratos, largos interrogatorios sin seguir procedimientos formales e, incluso, torturas.

¿Hay una parte de la población gazatí que culpa a Hamás por haber provocado a Israel con sus ataques del 7 de octubre de 2023?Bueno, no estaríamos en posición de decir eso porque los casos que hemos documentado han sido de protestas contra el genocidio de Israel y, dentro de esas manifestaciones, algunas personas han levantado la voz contra las autoridades de Gaza. Es una población sometida a crímenes atroces, a la hambruna como arma de guerra, una población que está harta de desplazamientos forzosos y que sabe que sus autoridades han fracasado totalmente en las negociaciones de alto al fuego y por su falta de intervención para generar condiciones seguras de movilización. De todas formas, es difícil conocer el sentimiento de una población sometida a una ocupación militar y a un bloqueo por parte de Israel, que no permite el acceso a Gaza a organizaciones que monitorean los derechos humanos, como Amnistía Internacional.

El gobierno de Netanyahu ha dicho que si le entregan a todos los rehenes israelís, se acaba la guerra, ¿Hamás debería dar ese paso?Efectivamente, el gobierno de Netanyahu ha dicho que el retorno de los rehenes es su prioridad, pero no es lo que estamos viendo y las propias familias de los secuestrados lo han denunciado. De hecho, las únicas ocasiones en las que se ha liberado de manera segura a rehenes ha sido precisamente durante las pausas, cuando ha habido un alto al fuego, así que lo primero que tendría que hacer Israel es parar su genocidio. En lugar de eso, ha roto el último alto el fuego de manera unilateral y eso pone en altísimo riesgo a los rehenes que siguen en Gaza. Sabemos que 53 personas continúan secuestradas y que, lamentablemente, solo una parte de ellas siguen vivas porque el resto ya habrían muerto. Pero esta información siempre es muy limitada por el cierre total de la información y el veto a la entrada de periodistas independientes internacionales. Sabemos que ha habido violaciones y abusos contra rehenes, pero ni siquiera la Cruz Roja Internacional puede tener acceso a estas personas para proveerles atención médica. 

¿Qué está ocurriendo ahora con el reparto de ayuda humanitaria en Gaza? Ha habido numerosas víctimas en los alrededores de los centros de distribución de alimentos.En la frontera de Rafah están parados desde hace tres meses centenares de camiones cargados de alimentos, medicamentos e insumos necesarios para la población de Gaza, pero Israel no les ha permitido la entrada. Ha impuesto un bloqueo total, que ha provocado una crisis dentro de la propia crisis, una hambruna catastrófica y graves problemas de salud. Con el apoyo de la administración Trump, Israel ha decidido ahora tomar el control de la distribución de esa ayuda humanitaria a través de la llamada Gaza Humanitarian Foundation (GHF), que la semana pasada comenzó a hacer una distribución, particularmente en el norte de la Franja, pero que ha sido muy limitada e insuficiente para cubrir las necesidades de la población. A diferencia de las organizaciones humanitarias que tienen prohibida la entrada, la GHF no tiene redes ni logística ni la infraestructura necesaria para repartir toda esa ayuda, lo que ha desencadenado un caos absoluto. Ha habido mucho descontrol y se ha reportado el asesinato de personas que intentaban acceder a esa ayuda humanitaria.

¿Israel ha disparado contra civiles que hacían cola para recibir alimentos, como denuncia Hamás?Sabemos que ha habido ataques armados en estos centros de ayuda y lo sabemos gracias a la valentía de los médicos tanto internacionales como palestinos que siguen atendiendo a la población y que han recibido a personas heridas por armas de fuego. Es difícil saber con exactitud qué ha ocurrido debido a la ausencia de periodistas independientes internacionales, así que la información que vamos recibiendo solo la podemos verificar a través del personal médico que recibe a los heridos.

¿Quién está dentro de la Gaza Humanitarian Foundation (GHF)? ¿Su personal forma parte del ejército israelí?Se tiene muy poca información. Se sabe que son contratistas que han sido contratados por Israel con el apoyo de la administración del presidente Trump y que en muchos casos son personal armado. No podemos verificar si pertenecen al ejército de Israel, pero sí que van armados. En cualquier caso, no es una fundación que existiese antes, sino que ha sido creada para esta coyuntura.

¿Las acusaciones de Israel de que Hamás intenta apropiarse o controlar la ayuda humanitaria tienen algún fundamento?No hay ninguna veracidad en esas acusaciones y nunca han presentado ninguna evidencia que lo demuestre. Lo que sí tenemos son testimonios de personas que trabajan para organizaciones humanitarias, que se encuentran en Gaza y que pueden verificar que no ha habido ningún control por parte de Hamás.

¿Qué solución al conflicto propone Amnistía Internacional?Tiene que haber un alto al fuego sostenido que ponga fin a este genocidio, ese es el primer paso para poder darle un respiro a la población palestina. También hay que permitir la entrada de ayuda humanitaria suficiente para atender la enorme catástrofe que está sufriendo la población civil y, sin lugar a dudas, la comunidad internacional tiene que asumir su responsabilidad e incrementar la presión contra Israel para poner fin a este genocidio. Hay muchos países que siguen transfiriendo armamento a Israel y es necesario que haya un embargo total de armas porque son utilizadas para la comisión de un genocidio. A partir de ahí, se tienen que encontrar soluciones para una paz duradera, que incluyan la rendición de cuentas ante la justicia para todas las víctimas, para las palestinas y para las víctimas israelís del 7 de octubre. Los responsables deben rendir cuentas, de lo contrario no se puede pensar en una solución duradera.

¿Hamás debe desaparecer para que prospere una paz duradera?Eso tendría que ser una decisión del pueblo palestino, pero Hamás no existe en Cisjordania y también hay una ocupación militar y un sistema de apartheid que tiene sometida a la población palestina a una opresión absoluta. Eso nos da una indicación de que Hamás no es el único problema. 

Israel también reclama garantías de seguridad para que no se repita un 7 de octubre, ¿cómo se le pueden ofrecer esas garantías?Garantizar la seguridad de la población israelí es, efectivamente, una obligación del Estado de Israel, pero mientras exista una ocupación militar de todo un pueblo y un sistema de apartheid, pues tampoco se puede garantizar el derecho a la seguridad del pueblo de Israel. Mientras no se resuelva la causa raíz, no habrá seguridad para ninguna de las dos poblaciones.

Amnistía Internacional ya denunció el año pasado en La Haya que Israel estaba cometiendo un genocidio, ¿la presión internacional sobre el gobierno de Netanhayu ha ido creciendo desde entonces?Nosotros publicamos un informe el 5 de diciembre del 2024 en el que determinamos que los crímenes que Israel está cometiendo en Gaza constituyen un acto de genocidio y recopilamos evidencias que prueban la intención de destruir a la población palestina por parte de las autoridades de Israel. Hoy día, meses después de la presentación del informe, vemos un consenso generalizado, no solo de otras organizaciones humanitarias, sino también de personas académicas e, incluso, de expertos israelís en el holocausto, que así lo consideran. En las últimas semanas también hemos visto un cambio significativo en la postura de algunos estados aliados de Israel, como Francia o Reino Unido, que han levantado la voz contra lo que está ocurriendo. Han tenido que pasar 20 meses para que estos gobiernos abran los ojos, pero bienvenido sea porque tenemos a un Estado de Israel que está totalmente fuera de control. Creo que estamos en un momento coyuntural importante y espero que este cambio narrativo de los gobiernos europeos se transforme en medidas concretas para poner a fin a este genocidio que vemos en vivo por televisión y las redes sociales.

Israel también pone en duda las cifras de más de 50.000 víctimas en Gaza porque provienen de Hamás, ¿Amnistía Internacional las da por buenas?Sí, efectivamente son cifras proporcionadas por el Ministerio de Salud de Hamás, pero que han sido verificadas por organismos de Naciones Unidas como la UNRWA o el Alto Comisionado de Derechos Humanos y que nosotros también manejamos como válidas. Incluso el número total de víctimas puede ser aún mayor porque esos análisis independientes determinan que muchas personas continúan bajo los escombros de una Gaza totalmente destruida. De momento, a día de hoy sabemos que 56.000 personas han sido asesinadas, entre ellas casi 17.000 niños y niñas, y un alto porcentaje de mujeres.