La jornada del viernes en Interlagos no fue lo que Max Verstappen y Red Bull habían imaginado. El piloto holandés reconoció el jueves que, bajo su opinión, el fin de semana de México no había ido bien y que, a partir de ahora, todo tiene que ser “perfecto” para seguir teniendo opciones de ganar el título.

Sin embargo, el viernes esa perfección no existió en Sao Paulo y Red Bull lo pasó especialmente mal.

Verstappen concluyó la única sesión de entrenamientos del fin de semana en 17ª posición, aunque hay que señalar que abortó su vuelta rápida con blandos. Durante la clasificación al sprint, las sensaciones seguían sin ser buenas. Cuando el vigente campeón del mundo cruzó la línea de meta al final de la SQ2, dijo por la radio: “Es como si el coche estuviera totalmente roto. No hay forma de conducirlo”.

En la ronda definitiva, tuvo que conformarse con la sexta posición de salida para la carrera al sprint y, lógicamente, esto deja a Verstappen cualquier cosa menos satisfecho.

“Fue una porquería. El coche no corría en lo absoluto”, reveló a en declaraciones a Viaplay. “Tenía muchas vibraciones en el coche y rebotaba en todas direcciones. Además, no tenía agarre en las curvas lentas. El coche no gira, no tengo tracción, así que sí, ahí es cuando se va todo”.

Con el compuesto más duro, las sensaciones del tetracampeón del mundo fueron ligeramente mejores, pero después la clasificación al sprint resultó ser una prueba: “Con esos neumáticos duros noté menos esos problemas, porque por supuesto en un momento dado das algunas vueltas seguidas. Pero con el juego de neumáticos blandos [en los entrenamientos] ya no iba bien. Y toda la clasificación al sprint también lo fue”.

Con esto en mente, la lluvia -que se prevé para el sábado- todavía parece ser la única salvación de Verstappen, aunque, cuando se le pregunta, revela: “Bueno, más allá de eso esperaba tener un monoplaza mejor. Por cómo está todo ahora, la lluvia tampoco será agradable“.

Max Verstappen, Red Bull Racing, Fernando Alonso, Aston Martin Racing

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Fernando Alonso fue una de las grandes sorpresas en el primer día de acción en el Gran Premio de Brasil, ya que se mostró muy competitivo en la Práctica y lideró la SQ2 en la clasificación shootout, en la que finalmente terminó quinto, sólo por detrás de los McLaren y los Mercedes, y por delante de Max Verstappen y su compañero Lance Stroll.

Nada más acabar la sesión clasificatoria y con una evidente satisfacción, el piloto asturiano de Fórmula 1 reconoció que se sintió cómodo desde la primera y única sesión de entrenamientos, algo que obviamente facilita las cosas.

“Nos hemos sentido bien con el coche desde los libres 1. Parece que hemos empezado el fin de semana en la ventana operativa del coche, porque hemos sido cuartos en los libres. Y si empiezas con el pie derecho, todo es más fácil. Así que a ver mañana”, dijo.

De cara a la carrera al sprint de mañana, donde sólo puntuarán los ocho primeros, Alonso no se atreve a predecir si podrá mantenerse en la zona de puntos y todavía menos en la quinta posición, ya que la previsión meteorológica apunta a lluvias fuertes y tormentas que podrían afectar al desarrollo de la carrera al sprint.

“No sé, quizás sobre seco sería más fácil mantener la posición. Pero esperamos un sábado sobre mojado y cualquier cosa podrá suceder en esas condiciones”, explicó.

Según el piloto español de Aston Martin, su quinto puesto y el séptimo de su compañero es una gran noticia para el equipo y un impulso para seguir trabajando y mejorando.

“Sin duda, hoy es un buen empujón para todo el mundo. No nos estamos rindiendo y seguiremos intentándolo todos los días”, concluyó.

Si bien el equipo de Silverstone ya no lucha por grandes objetivos, la sexta posición en el campeonato de constructores todavía está en juego, por lo que cualquier punto que Alonso y Stroll puedan sumar será importante de cara al mundial y este sábado tienen una muy buena oportunidad.

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Carlos Sainz vivió en Interlagos una de esas sesiones que un piloto preferiría borrar del calendario. En la clasificación sprint del Gran Premio de Brasil, el madrileño se quedó fuera a las primeras de cambio, último en la SQ1, sin siquiera poder completar una vuelta limpia.

Una mezcla de tráfico, mala sincronización y ejecución desastrosa por parte de Williams le condenaron antes de empezar.

“No hemos hecho una buena quali”, resumía Sainz con gesto serio al bajarse del coche. “La primera tanda ha sido complicada con tráfico, no hemos conseguido temperaturas de los neumáticos, y en la segunda tanda nos hemos complicado la vida aún más, ni siquiera hemos conseguido hacer dos vueltas”.

La frustración era evidente. En la radio, nada más terminar, ya lo había dicho todo con una frase que dolía tanto como resumía la situación: “La peor ejecución posible que podíamos hacer”. Y razón no le faltaba.

En una sesión tan corta como la sprint quali, donde todo se decide en pocos minutos, el español salió siempre en los momentos equivocados, atrapado en grupos de coches o sin margen para preparar sus neumáticos. Cuando por fin tuvo aire limpio, un bloqueo en la primera curva tiró por tierra su último intento.

El resultado: vigésimo, último, y sin saber realmente qué tenía entre manos. “Salgo de la quali sin saber cuál era el rendimiento o el límite del coche, porque no hemos hecho ni dos vueltas”, lamentó.

“Físicamente no estoy al 100%”

Y eso que las sensaciones el viernes habían sido todo lo contrario. En los Libres 1, Sainz se había colado en el top 10, dejando entrever que el Williams podía tener ritmo para más. Pero la realidad del sábado fue muy distinta. “Basado en los Libres 1 he demostrado que podía haber hecho una buena vuelta, una vuelta rápida hoy, pero nos hemos metido en una posición en la que no hemos podido completar una vuelta rápida, así que imposible saber qué podríamos haber hecho” reconoció resignado.

A todo ello se sumaba el desgaste físico. Sainz llegó tocado a Brasil, ausentándose incluso del Media Day del jueves por indisposición, y aunque se subió al coche para los entrenamientos, admitió no estar al cien por cien. “Físicamente no he estado al 100%“, confesó. Y en un circuito tan exigente como Interlagos, con curvas enlazadas y cambios de ritmo constantes, cualquier debilidad se paga cara.

El madrileño saldrá último en una carrera sprint que podría disputarse en condiciones cambiantes, con previsión de lluvia durante la mañana. Un pequeño rayo de esperanza, quizá, en un sábado que no ha podido empezar peor. Porque si algo caracteriza a Sainz es su capacidad para aprovechar el caos. Pero para hacerlo, primero necesita una oportunidad. Y en Brasil, simplemente, no la tuvo.

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