Fin de semana para olvidar en Interlagos. Carlos Sainz se marcha de Brasil con la sensación de haber peleado contra todo: contra un virus que le dejó fuera del jueves de prensa, contra un Williams que nunca se adaptó al trazado, contra un pit stop eterno… y, para rematar, contra un Lewis Hamilton que le “estranguló” en la primera vuelta. Resultado: un 13º con sabor a frustración, aunque con la vista ya puesta en Las Vegas, donde espera que el coche vuelva a respirar.
“No, no ha sido nuestro fin de semana, ni de Williams ni el mío”, resumía el madrileño, sin rodeos. “Hoy, la verdad, que en las vueltas a parrilla el coche iba bastante mejor y tenía esperanzas. Después no salía muy buena también, creo que nos hemos puesto en la lucha por los puntos, pero a la que se ha caído el trozo de alerón delantero que he tenido con el toque con Hamilton… el coche ha perdido mucha carga delantera y se iba muchísimo de delante”.
El incidente con el británico, que apenas se vio en televisión, dejó al Williams herido desde el primer giro. “Nada, yo iba por dentro, creo que él me ha intentado pasar por fuera en la 1 y me ha ido cerrando, cerrando, cerrando, me ha estrangulado y me ha tocado el alerón delantero. Me imagino que él se habrá quedado sin opciones”, explicaba Sainz, que se lo tomó con deportividad, pero sin ocultar cierta resignación.
A partir de ahí, todo fue cuesta arriba. “Si a eso le sumas un pit stop lento, pues al final empiezas a sumar segundos a la carrera y cuando hemos acabado dos o tres segundos fuera de los puntos, pues ahí se nos ha ido la carrera”, lamentaba. Porque sí, el ritmo estaba lejos de ser brillante, pero el madrileño volvió a quedarse a tiro de los puntos, rozándolos con los dedos antes de que la suma de contratiempos los borrara del horizonte.
“Tenemos que entender lo que nos pasa en estos circuitos”
La autocrítica también tuvo su espacio. “Como equipo tenemos que entender bien por qué este tipo de circuitos nos va tan mal a nuestro coche. Intentar encontrar luego en el túnel de viento qué es lo que realmente pasa, porque está claro que a la que vamos a circuitos de curva larga, lenta, el coche le cuesta muchísimo”, reconocía. Williams se ha encontrado con un muro en Brasil: un trazado técnico, de curvas enlazadas, que evidenció una de las mayores debilidades del FW47.
Pero no todo son malas noticias. El madrileño, que el sábado todavía no se sentía bien físicamente, pudo al menos acabar el domingo recuperado: “Hoy es el primer día que me siento al 100% y, de hecho, el coche también se comportó mucho mejor hoy”, aseguraba, dejando atrás los problemas de salud que le lastraron desde el jueves.
Ahora, Sainz ya mira hacia el brillo del neón de Las Vegas. Un circuito que, sobre el papel, debería devolver a Williams a una zona más cómoda. “Será exactamente lo contrario —dijo, con una media sonrisa—. Ahí iremos bien y espero tener un buen fin de semana”.
Porque después de Interlagos, todo lo que venga solo puede ir a mejor.
¿Dónde está la ciudad colombiana de Armero? Esa es la pregunta que se hace cualquier persona que visita por primera vez el lugar y busca señales de su existencia mientras avanza por el precioso y ardiente valle que se extiende desde las faldas … de la Cordillera Central hacia el río Magdalena. Es una pregunta que te salta apenas ves el letrero que marca el inicio del municipio.
Pero, ¿dónde está la ciudad imaginada? Se insinúa por entre los inmensos árboles y la enmarañada vegetación que 40 años después se empeñan en darle vida a la tragedia. Armero se ubica, administrativamente hablando, en la vecina población de Guayabal, que en noviembre de 1985 era apenas una inspección de policía, pero por la tragedia del volcán Nevado del Ruiz quedó elevada a cabecera municipal del departamento de Tolima, ubicado en la zona central andina del país.
Emocionalmente, Armero está en muchas partes y colinda siempre con sentimientos fuertes y profundos que conmueven a los colombianos y que se expresan de muchas formas. Así ha sucedido con la reciente ‘performance’ de El colegio del cuerpo, que acompañado por fotos de Ruvén Afanador, se presentó en los fondos de la Trilladora Gualí, en Honda. Allí, cuarenta años después de la erupción del Nevado del Ruiz, que arrastró casi 25.000 vidas, se recrearon el color y el dolor de esta tragedia, incluido el adiós de una niña cubierta de espuma.
La tumba de Omayra
Uno de los puntos cardinales de este recorrido por Armero es precisamente la tumba de Omayra Sánchez. Con apenas 13 años, murió el 16 de noviembre de 1985, tres días después de la avalancha, atrapada entre escombros, lodo, gangrena e hipotermia, y ante la mirada de millones de personas en Colombia y el mundo que siguieron en vivo y en directo su agonía. Esa imagen la convirtió en el símbolo del dolor, la impotencia y rabia de los damnificados.
Hoy su tumba –una de las dos, porque en este país de desencuentros sobrevive una disputa por el punto exacto donde está enterrada Omayra– es un lugar de peregrinaje visitado por curiosos, turistas y devotos que piden el milagro de un hijo o agradecen un favor recibido. La tumba oficial, blanca y rodeada por una malla, está llena de flores sintéticas y luce cuidada.
Unos diez metros más allá, a mano izquierda, está la versión menos pretenciosa, sin rejas ni tanto esmero, una Omayra más de la tierra, con flores desgonzadas y vírgenes ahumadas por las velas, todo esto bajo un techo sencillo del que cuelgan escapularios, jugueticos para niños y cruces.
Sea como sea, cerca de las tumbas, la venta de imágenes de la niña, bisutería, agua y refrescos, rosarios y manillas es ya un milagro permanente en ese espacio donde, dicen, quedaba la casa de Omayra.
Peregrinaje a Armero Arriba, objetos ofrecidos a Omayra como muestra de devoción; debajo, a la izquierda, la tumba oficial, la derecha, la no oficial P. MARTÍNEZ
Los niños perdidos
A diferencia de Omayra, hay cientos de menores de edad que sobrevivieron al lahar (flujo de lodo y escombros volcánicos), pero quedaron atrapados en el desorden y la improvisación en la atención a las víctimas. «Ese tema no se tocó por mucho tiempo», asevera el periodista y director de la Fundación Armando Armero, Francisco González, quien perdió a su padre y a su hermano en la avalancha.
Un tiempo después, de regreso de estudiar Historia en España y con el fin de recuperar la memoria de la ciudad, puso en marcha unos talleres donde las personas podían señalar puntos simbólicos de Armero. Entonces empieza a recibir fotos de niños perdidos y peticiones para ayudar a encontrarlos. Y así lo que ya era un rumor tomó cuerpo: niños entregados para adopción en Europa o acogidos por familias colombianas que jamás lo informaron.
«Me enfoqué en corroborar varias de las historias que me contaban, tirando del hilo que, por ejemplo, me dio una muchacha que aseveraba haber visto viva a su hermanita, y el testimonio de un señor, con una finca en la zona donde se perdió el rastro de la menor y quien, al ver la foto, reconoció a la hija del médico Arteaga y aseveró que había salido sanita, que en su finca la bañaron y vistieron para entregarla a unos socorristas. La madre ya había enviado una carta al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (agencia gubernamental responsable de la defensa de los derechos de los menores) del cual nunca recibió respuesta».
«Al ver la foto, reconoció a la hija del médico Arteaga y aseveró que había salido sanita, que en su finca la bañaron y vistieron para entregarla a unos socorristas»
Francisco González
Director de la Fundación Armando Armero
Lo que siguió fue una cantidad de trabajo para diseñar formatos donde registrar a los menores perdidos, tratar de recomponer historias, guardar fotos, datos de familiares o vecinos, buscar apoyos y golpear inútilmente las puertas de un Estado que no movió un dedo. Así fueron pasando meses dedicados a visitar hospitales y albergues, a pegar carteles y remar contracorriente de lo que decían las autoridades.
Afortunadamente, el encuentro con el genetista Emilio Yunis y el generoso ofrecimiento de que su laboratorio asumiera las pruebas de ADN para archivarlas y cotejarlas eventualmente, fue un salto cuántico. Han pasado años y muchas tomas de ADN de madres y padres que buscan a sus hijos. De los 580 menores identificados en los últimos diez años, solo cinco han sido hallados. Un esfuerzo titánico, del tamaño del Ruíz.
400 barquitos surcarán las aguas del río Gualí con las fotografías de los niños perdidos en la tragedia de Armero
p. martínez
Y si bien Francisco se salvó de la avalancha, la mano larga del Nevado aún no lo suelta. Un día antes de cumplirse 40 años de la tragedia, el 12 de noviembre, en Honda en celebrarán diversos eventos de conmemoración. Uno de ellos consistirá en lanzar sobre las aguas del rio Gualí, también protagonista del desastre, más de 400 barquitos de madera que llevarán en sus velas la foto de un menor desaparecido. Con este acto se busca ponerle rostro y urgencia al posible reencuentro de quienes hoy, en algún lugar del mundo, pueden tener más de 40 años y aún buscan reencontrarse con sus orígenes.
Sobrevivir para contarlo
Mientras tanto, aquí, en Colombia, José Luis Albornoz, testigo en primera persona, comparte con ABC cómo vivió aquel 13 de noviembre de 1985. Estudiante de zootecnia por aquel entonces, Albornoz recuerda que visitaba la hacienda El Puente, una gran finca que se extendía hasta el río Magdalena, abrazada por un costado por el río Lagunilla, y en la cual la producción de maní, arroz, algodón y ganadería había sido el sustento de la familia de su entonces novia –hoy esposa– desde mediados del siglo XIX.
La cita con él es por la tarde. El calor y la humedad se disipan un poco al entrar a la casa de techos muy altos y piso de cemento que recuerda a un tablero de ajedrez con la mezcla de baldosas blancas y terracota que invitan a descalzarse para sentir su frío. Están manchadas, quizá por el paso de los años, pensamos, pero no. José Luis rápidamente explica que, a pesar de llevar más de 30 años limpiándolas, no logran quitar las manchas de azufre que dejó el lahar al atravesar la casa como una espada.
«Tres meses antes el río se cortó. Un derrumbe sobre el cauce del río lo represó con piedras enormes, del tamaño de esta casa. Fue el antecedente», relata hoy, mientras señala que poco más de cuatro mil personas sobrevivieron a la avalancha.
ARMERO, CIUDAD IMAGINADA Arria, panorámica de la ciudad de Armero tras la erupción del volcán Nevado del Ruíz; debajo, vestigios de la ciudad 40 años después de la erupción del volcán Nevado del Ruiz EFE/P. MARÍNEZ
«En la tarde del 13 de noviembre anunciaron por radio que debíamos tapar los depósitos de agua pues caería ceniza. Quedamos todos tranquilos. Ya en la noche, empezamos a oír ruidos sobre el techo y pensamos que estaba lloviendo. Cuando salimos al patio vimos que no era agua, sino arena y no entendíamos qué pasaba», rememora. «Al momentico se fue la luz y comenzó a temblar durísimo; fui a coger mi billetera mientras Ana (su novia) y un amigo corrían al Renault 4, pensando en que si bien el rio Lagunilla quedaba a pocos metros de la casa, tendríamos tiempo para salir de la ciudad hacia Mariquita».
«La avalancha nos agarró, junto con un campero que muy pronto cayó a un hueco y dos adultos se mataron, dejando a dos niños en medio de la oscuridad y el terror»
José Luis Albornoz
Superviviente de la tragedia
José Luis recuerda que cuando fueron a pasar el puente «ya no estaba. Dimos la vuelta hacia el Líbano, pero la avalancha nos agarró, junto con un campero que muy pronto cayó a un hueco y dos adultos se mataron, dejando a dos niños en medio de la oscuridad y el terror. Logramos bajarnos y subirnos a un árbol».
Olas de lodo
El lodo llegaba por olas: la primera no fue tan dura. «Jaime, nuestro amigo, cogió a los dos niños y alcanzó a subirlos a otro árbol antes de la segunda oleada, que fue la más fuerte. Al otro día, al amanecer, no sabíamos a dónde ir. Ya de día, llegó un policía preguntando por las personas más heridas y se llevó a Jaime –señala–. Al poco tiempo apareció otro, que se llevó a los niños y a Ana». Solo ya, a José Luis le tocó caminar hasta un helicóptero –«había zonas con lodos muy calientes imposibles de pasar»– donde se reencontró con su novia. «Entonces nos subieron a un camioncito que nos llevó a Lérida, a 95 kilómetros de Armero, y en la escuelita nos lavaron con agua y un poquito de yodo». Entre las imágenes que emergen de ese día, está la de una montaña grande de ropa de la que cada uno cogía lo que necesitaba. «Como llevé la billetera, pudimos tomar un transporte hasta Ibagué y de allí a Bogotá». José Luis no supo más de los niños.
José Luis Albornoz fue testigo y sobrevivió a la tragedia
p. martínez
El relato, con sus detalles, es aterrador, aún más justo en el lugar donde los sorprendió el volcán, que está a 45 kilómetros de distancia en línea recta y al que le bastaron cinco horas para sepultar a Armero, junto con los establos con techos de más de seis metros. Los potreros (terrenos de pasto donde se alimenta al ganado) que antes eran planos hoy están inclinados debido a los más de tres metros de lodo que llegaron hasta allí, junto con piedras inmensas que lucen solitarias entre los árboles que han crecido.
La casa blanca y grande quedó milagrosamente en pie. Y es allí donde hoy queda Armero para cientos de víctimas que la visitan por estos días.
El ‘León dormido’
Y mientras algunas personas son acosadas por el pasado, otras se preguntan por el futuro de esta región y las zonas de influencia del famoso ‘León dormido’, como se le conoce coloquialmente al Nevado del Ruiz. ¿Es posible que vuelva a suceder la tragedia de Armero? ¿Dentro de cuánto tiempo? Da un poco de pudor, pero es inevitable plantearle estas preguntas, con sabor a consulta de Tarot, a Natalia Pardo Villaveces, doctora en vulcanología y directora del departamento de Geociencias de la Universidad de los Andes.
Pardo Villaveces ve la historia del Nevado del Ruiz y de otros volcanes activos con el telescopio de eras geológicas, dejando en perspectiva lo que sucede y ha sucedido en el planeta, y que igual puede pasar pues este tipo de volcanes «son muy grandes porque han hecho erupciones muchísimas veces y se han construido con las erupciones; la montaña se hace a sí misma. Y de vez en cuando incluso se destruyen y vuelven y se arman, cosa que puede pasar repetidamente hasta que se agotan», explica.
Así sucedió la tragedia
Erupción del 13 de noviembre
de 1985 (9:45 p.m)
5.321 m de altura.
Cráter activo de 870 x 830 m de diámetro y profundidad de 247 m
Situada a 48 kilómetros del cráter, en línea recta. Fue destruida en un 90% en el lapso de tan solo cinco horas
Riesgo ante una erupción
Amenaza de cenizas y lapili
Corrientes piroclásticas, lava, lahares, gases, proyectiles y escombros
Recorrido de las avalanchas de lahares
Toneladas de material
expulsado (incluyendo magma)
Hectáreas quedaron cubiertas de lodo o impactadas por cenizas
Fuente: Servicio Geológico Colombiano,
OSM y elaboración propia / ABC / JdV, MJA y JTS
Así sucedió la tragedia
Erupción del 13 de noviembre de 1985 (9:45 p.m)
5.321 m de altura. Cráter activo de 870 x 830 m de diámetro y profundidad de 247 m
Situada a 48 kilómetros del cráter, en línea recta. Fue destruida en un 90% en el lapso de tan solo cinco horas
Riesgo ante
una erupción
Recorrido de las avalanchas de lahares
Corrientes piroclásticas, lava, lahares, gases, proyectiles y escombros
Toneladas de material
expulsado (incluyendo magma)
Amenaza de
cenizas y lapili
Hectáreas quedaron cubiertas de lodo o impactadas por cenizas
Fuente: Servicio Geológico Colombiano, OSM y elaboración propia / ABC / JdV, MJA y JTS
Ahí hay un pedacito de respuesta, pero nadie puede poner sus manos sobre el volcán y aseverar nada. En todo caso, son preguntas sustanciales planteadas en retrospectiva si se busca un patrón de comportamiento del Ruiz. Es importante recordar que hubo dos explosiones previas de las que se tiene registro: una en 1595, la primera documentada y que causó 636 muertes; y la segunda, en 1845, que al paso del lahar dejó más de mil muertos. Pero ninguno, como la tragedia de 1985, hizo tan evidente la precariedad del sistema de alertas en un país donde los desastres son muy naturales y ha habido poco rigor en la planificación temprana, a lo que se le atribuye parte del horror de Armero.
Primeras alertas
Pero sí se dieron algunas alertas tempranas. «En noviembre de 1984, los montañistas que visitaban el Nevado del Ruiz empiezan a detectar un olor a podrido mayor a lo normal –azufre–; y en diciembre, en la Universidad Javeriana, se detecta un enjambre sísmico que localizan en la zona, lo que ayuda a subir un poquito las alertas. A estos mensajes se suman los de geólogos que realizaban exploración geotérmica en el Ruiz y reportan que hay algo anormal. Por eso llegan expertos internacionales a Colombia e inician una tarea de entender al volcán y cuál podría ser el camino, de darse una explosión», indica.
Pardo Villaveces recuerda que las universidades Nacional y Javeriana e Ingeominas «trataron de armar una triangulación con al menos tres o cuatro sismómetros para localizar mejor el origen y caracterizarlo. Eso fue en julio del 85».
Las primeras emisiones de ceniza se dieron en septiembre, actividad que provocó el deshielo local y flujos muy espesos que llegaron a la carretera a Murillo. «Ese mes los geólogos entregaron el mapa de riesgo, después de caminar como locos midiendo hasta las cuencas de los ríos para entender la personalidad del Ruiz. Lo interesante es que el mapa sí mostró por dónde se canalizarían los flujos hacia el valle del Magdalena y marcaron las zonas más peligrosas». Allí estaba Armero.
Los Steelers demostraron su valía la semana pasada al vencer 27-20 a los Colts, el equipo más caliente de la NFL. Cortaron una racha de dos derrotas y mantienen una ventaja de dos juegos en la AFC Norte antes de enfrentar a los resurgentes Chargers en Sunday Night Football.
Mike Tomlin sigue sacando provecho de una ofensiva limitada con pases rápidos. Jaylen Warren se ha beneficiado de estos pases cortos, capturando tres recepciones por juego para un máximo personal de 9.1 yardas.
Aunque los Steelers son últimos en yardas terrestres, Warren mantiene volumen premium con 226 acarreos proyectados en siete juegos. Esto rindió frutos contra Indianapolis, anotando dos touchdowns terrestres, ambos en zona roja, donde los Chargers permiten 1.5 touchdowns por juego.
La ofensiva de Pittsburgh es la séptima más eficiente en zona roja (68%), y Tomlin confía en su corredor en situaciones de yardas cortas. Los Chargers han permitido ocho touchdowns a corredores y 5.2 yardas por acarreo.
La línea ofensiva lesionada de los Chargers permite la tasa de presión más alta de la NFL, lo que T.J. Watt podría explotar para forzar turnovers y dar más posesiones donde Warren será clave para el manejo del reloj.
Después de una carrera al sprint en la que Fernando Alonso logró sumar unos buenos puntos, el piloto español no pudo replicar su buen ritmo en la clasificación y carrera principal, por lo que acabó finalmente fuera de la zona de puntos en una lejana 14ª posición en Interlagos. Resumen y resultados de la carrera: Fórmula 1A Norris se le pone cara de campeón en Brasil F1; …Sigue leyendo
El director del equipo McLaren F1, Andrea Stella, ha explicado las razones por las que Oscar Piastri ha tenido problemas para igualar a su compañero de equipo Lando Norris en el Gran Premio de Brasil de Fórmula 1.
Después de haber carecido de ritmo en las últimas rondas, Piastri fue superado por Norris en todos los segmentos de clasificación – la sprint y la normal – en el Autódromo José Carlos Pace de Interlagos, con un déficit que osciló entre 0.043s en la Q2 y 0.390s en la Q1; y de media estuvo 0.247s por debajo en las seis fases.
Stella insistió en que Piastri había sido “muy competitivo, muy rápido” desde el principio del fin de semana, sintiéndose mejor con el coche que en Texas y México, pero argumentó que las condiciones de poco agarre inducidas por los chubascos le complicaron la vida al piloto de 24 años.
“Este sábado, en todo caso, las condiciones dejaron mucho menos agarre en pista en comparación con el día anterior”, dijo el italiano tras la clasificación.
“”Algunas de las técnicas requeridas para pilotar rápido el coche, se parecen un poco a las técnicas que se necesitaron en Austin y México, así que es como que Oscar está aprendiendo esa técnica, incrustando esta técnica, pero puede que le lleve un poco más de tiempo explotarlas completamente de forma natural – especialmente cuando en condiciones como las de este sábado tienes además el hecho de que en cada curva no sabes exactamente cuánto agarre vas a encontrar debido al viento, y eso pilló por sorpresa incluso a Lando en el primer intento en la Q3.”
Lando Norris, McLaren, Oscar Piastri, McLaren, Andrea Stella, McLaren
Foto: Andy Hone/ LAT Images via Getty Images
Piastri sí admitió haber experimentado con su estilo de conducción en la carrera de México, y Stella cree que las recientes condiciones de la pista simplemente se adaptan mejor a Norris.
“Creo que para Lando, en este régimen de baja adherencia, es un poco más natural hacer las cosas que son normales para él y realmente producir algo de tiempo por vuelta”, añadió. “Por algunas razones, en los últimos tres eventos hemos tenido condiciones de baja adherencia. Tienes que conseguir que el coche haga lo que quieres mientras desliza”.
“Para el propio Oscar esto es un poco un proceso de aprendizaje, pero sabemos que Oscar aprende a la velocidad de la luz y espero que mañana tengamos una carrera muy fuerte por parte de Oscar”.
Preguntado por qué no se había abordado antes el problema de baja adherencia de Piastri, Stella respondió: “No sólo no se ha encontrado nunca con esta secuencia de condiciones similares, sino que es bastante anómalo que los neumáticos y el agarre se comporten como lo han hecho en las tres últimas carreras, no el primer día aquí en Brasil, pero sí el segundo, en el que no hay mucho agarre, en el que tienes que hacer que el coche derrape y gestionar el pilotaje mientras el coche derrapa. Son condiciones extrañas”.
Oscar Piastri, McLaren
Foto: Steven Tee / LAT Images via Getty Images
“Al mismo tiempo, el deporte es tan competitivo que la diferencia está en el último uno por ciento. E incluso si decimos, ‘oh Oscar ya ha corrido aquí en Brasil’, pero es la tercera vez que conduce en Brasil, y cada año las condiciones son sutilmente diferentes”.
Stella también se refirió a los problemas de Norris con el comportamiento de su nuevo coche a principios de temporada, cuando Piastri llevaba la delantera.
“Si pensamos en Lando, le llevó tiempo adaptarse a cómo se comportaba el MCL39”, dijo. “Hablábamos incluso con los medios y algunas de las preguntas al principio de la temporada sobre la comprensión de lo que hacían los neumáticos delanteros, dónde estaba el límite del agarre, entender cuándo el coche pasaba a sobrevirar. Llevó bastante tiempo y mucho trabajo con Lando, y cuando Lando tenía esa falta de feeling con el coche, era él el que estaba ahora en la parte de atrás. Es mínimo”.
Norris saldrá en el GP de Brasil desde la pole position, con Piastri cuarto en la parrilla.
Moverse tras comer suele generar dudas. El cuerpo necesita iniciar la digestión, y en ese arranque la sangre se concentra en el estómago y el intestino. Si se entrena fuerte de inmediato, pueden aparecer molestias y bajo rendimiento. Una caminata ligera después de la comida sí puede ayudar, y un esfuerzo intenso requiere espera.
¿Se puede hacer ejercicio después de comer? Qué pasa en el cuerpo y qué sí conviene
El cuerpo prioriza la digestión tras una comida. Aumenta el flujo de sangre hacia el sistema digestivo para descomponer y absorber los nutrientes. Si se intenta entrenar fuerte en ese momento, se resta sangre a los músculos, baja la potencia y sube el riesgo de náuseas, gases, diarrea, vómito y mareo. Esto no solo afecta el bienestar, también reduce el rendimiento y complica la recuperación.
Existe una diferencia clara entre moverse suave y exigir al cuerpo. La actividad ligera poco después de comer se tolera bien en la mayoría de las personas. Caminar a ritmo cómodo por 10 a 15 minutos apoya la digestión y ayuda a estabilizar la glucosa. En cambio, correr con intensidad, hacer sprints o levantar pesado justo después de comer, suele salir mal. La mezcla de estómago activo y esfuerzo alto compite por recursos que, a esa hora, el cuerpo ya asignó a otra tarea.
Algunas personas entrenan en ayunas y se sienten ligeras si la sesión es moderada. Con control y experiencia puede funcionar. No es un requisito ni una fórmula superior para todos. Cada cuerpo responde de forma única según el horario, el tipo de comida y el nivel de estrés. Conviene observar sensaciones y ajustar con calma.
Lo que ocurre tras comer: digestión y flujo sanguíneo
Después de comer, la digestión demanda más flujo sanguíneo hacia estómago e intestino para procesar y absorber nutrientes. Si en ese periodo se hace un esfuerzo intenso, los músculos y el aparato digestivo compiten por esa sangre. El resultado suele ser malestar y menor desempeño. Lo razonable es permitir que el proceso arranque con calma antes de pedirle al cuerpo que rinda al máximo.
Actividad ligera sí, intensa no (al inicio)
Una caminata suave de 10 a 15 minutos tras la comida puede bajar la pesadez, apoyar el control de glucosa y evitar la somnolencia de la tarde. Suave significa un paso cómodo, respiración tranquila y conversación sin esfuerzo. Saltos, sprints o pesas pesadas nada más terminar de comer no son buena idea si se busca sentirse bien y rendir.
Entrenar en ayunas, ¿para quién funciona?
Entrenar con el estómago vacío puede sentirse ligero y algunas personas lo usan para sesiones moderadas, pero requiere ayunas planificadas, adaptación y buena hidratación. No es obligatorio ni mejor para todos. Si aparece debilidad o mareo, es mejor parar y reprogramar.
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¿Cuánto tiempo esperar? Tiempos reales según comida e intensidad
La espera ideal depende del tamaño y la composición de la comida, y del tipo de esfuerzo. Tras un refrigerio o una comida ligera, muchas personas toleran actividad moderada desde los 30 a 60 minutos. Para una comida completa y balanceada, la recomendación estándar es esperar cerca de 2 horas antes de entrenar fuerte. Este margen permite que la digestión avance, que la absorción de nutrientes inicie y que la energía esté disponible para los músculos sin castigar al estómago.
Cuando la comida fue pesada, con muchas grasas, azúcares, picantes o muy abundante, conviene ampliar la ventana a 3 a 4 horas. La digestión será más lenta y la circulación seguirá comprometida por más tiempo. Para esfuerzos muy intensos, muchas personas rinden mejor con un margen de 2 a 3 horas incluso si la comida fue balanceada. Cuanto más grande o pesada la comida, más tiempo se necesita. Este enfoque reduce molestias gastrointestinales, evita picos de fatiga y sostiene un desempeño más estable.
Si no puedes esperar, baja la intensidad y respira
Cuando el horario aprieta, se puede optar por baja intensidad con pausas largas para respetar la digestión. Movilidad suave, estiramientos cómodos o una caminata fácil ayudan sin exigir al estómago. Conviene hidratarse con agua y evitar movimientos que compriman demasiado el abdomen, como retorcimientos bruscos o esfuerzos que suben mucho la presión intraabdominal.
Señales de alerta: cuándo parar y posponer
Hay síntomas que piden freno. Náuseas, dolor abdominal, reflujo, gases, diarrea, vómito o mareo indican que es mejor detenerse y esperar más. Insistir con un entrenamiento fuerte puede empeorar el malestar y tirar por la borda la sesión. En esos casos, conviene cambiar a movimiento suave o reprogramar el trabajo intenso para otra hora.
¿Qué comer alrededor del entrenamiento para sentirte ligero?
Antes de entrenar, funciona elegir porciones moderadas y combinar carbohidratos fáciles de digerir con proteína magra. Si se entrenará pronto, es mejor limitar grasas y picantes para evitar pesadez. Para sesiones intensas, planear con más anticipación ayuda, así la comida tiene tiempo de iniciar su proceso. Un plato balanceado cerca del esfuerzo fuerte suele pedir unas 2 horas de margen para rendir sin molestias.
Después del entrenamiento, el foco es recuperar líquidos y energía sin sobrecargar el estómago. Primero, hidratación. Luego, una comida que reponga glucógeno y aporte proteína para los músculos. Elegir alimentos que el cuerpo tolere bien marca la diferencia. La meta es salir de la sesión sin pesadez y con sensación de recarga, no de empacho.
Personaliza según tu cuerpo y tus metas
Cada persona responde de forma distinta. Conviene practicar la escucha del cuerpo, notar cómo cambian el estómago, la energía y el rendimiento con diferentes tiempos de espera y tipos de comida. Si hay condiciones como diabetes o reflujo, caminar suave tras la comida puede ser útil, y el consejo médico añade claridad para ajustar dosis, horarios y objetivos.
Moverse suave tras comer puede sentar bien y ayudar al control de glucosa, y para entrenar fuerte conviene respetar tiempos de espera según lo ingerido. La invitación es a probar, ajustar y priorizar un estómago cómodo con un rendimiento estable. La mejor rutina es la que se sostiene con constancia y cuida el cuerpo.
La fiscalía de Brooklyn, en Estados Unidos, presentó acusaciones formales contra los lanzadores dominicanos Emmanuel Clase y Luis Ortiz, ambos pertenecientes a los Cleveland Guardians, por su presunta participación en una trama de amaño de apuestas relacionada con partidos de las Grandes Ligas (MLB). (Sigue leyendo…)
Charles Leclerc tenía muchas opciones de subir de nuevo al podio en el Gran Premio de Brasil 2025 de la Fórmula 1 después de su buena clasificación el sábado, pero tras un coche de seguridad, el monegasco entró en la primera curva de Interlagos en paralelo con Andrea Kimi Antonelli y Oscar Piastri, en plena lucha por la segunda posición en carrera, y hubo un triple toque. Resumen y …Sigue leyendo
Después de un fin de semana perfecto, Lando Norris se escapa al frente del mundial, y se le empieza a poner cara de campeón. El inglés, que hace apenas dos meses parecía descartado, ha dado la vuelta a la situación y ahora es el claro favorito.
Tras imponerse en el Autódromo José Carlos Pace de Interlagos, dedicó su victoria a Gil de Ferrán, y luego le preguntaron cómo había conseguido tal cambio de mentalidad.
“¡Una carrera de locos! Me alegra ganar aquí en Brasil. Es un circuito increíble, unos aficionados increíbles. Esta fue para uno de mis mentores, Gil [de Ferran]. Un fin de semana perfecto”, dijo en primer lugar.
Y luego se refirió a cómo ha pasado de estar más de 30 puntos por detrás de su compañero Oscar Piastri a sacarle ahora, a falta de tres rondas, 24. Y es que el liderato que recuperó en México lo ha aumentado a lo grande este fin de semana con sendos triunfos al sprint y en la ronda principal.
Cuando se le preguntó qué había hecho para dar la vuelta a la temporada y mostrar su mejor versión, el piloto británico explicó: “¡Ignora a todos los que hablan mal de ti! Concéntrate en ti mismo. El equipo está haciendo un trabajo increíble, dándome un gran coche. Estamos apretando duro cada fin de semana y yo estoy apretando duro fuera de la pista”.
“Es gratificante. No es fácil. Para ser sincero, no creo que hayamos sido los más rápidos hoy, pero me alegro de llevarme la victoria a casa”.
Lando Norris, McLaren
Foto de: Sam Bagnall / Sutton Images vía Getty Images
Sin embargo, y pese a su ventaja, no quiere aún pensar en el título, y pide no descartar a un Max Verstappen que sin embargo está a 49 puntos de él y que ya en la próxima carrera podría quedarse matemáticamente sin opciopnes: “Es una gran victoria. Pero viendo lo rápido que ha sido Max, es decepcionante que nosotros no hayamos sido más rápidos. Eso es lo que pienso en este momento. Veré al equipo, les felicitaré y veré por qué no fuimos lo suficientemente rápidos”.
“Queda mucho camino por recorrer. Todo puede cambiar muy deprisa. Me centraré en mí mismo, mantendré la cabeza baja, ignoraré a todo el mundo y seguiré empujando”.
Tras el paso de la tormenta Melissa, que evidenció las debilidades estructurales del país, el Centro de Análisis y Estudio de la Comunicación (CAESCO) anunció que realizará este martes 11 de noviembre un diálogo entre líderes de la política, la gestión pública y la sociedad civil organizada sobre cómo transformar la respuesta ante emergencias en soluciones sostenibles.
El encuentro, titulado “De la tormenta a la estructura: cómo transformar la emergencia en política pública”, busca trascender el asistencialismo reactivo y abrir una conversación nacional sobre la arquitectura social que necesita República Dominicana para garantizar dignidad, prevención y bienestar.
Miguel Otáñez, presidente de CAESCO, destacó la responsabilidad compartida entre todos los sectores en exigir y construir un cambio de enfoque ante las crisis.
“Cada tormenta no solo destruye infraestructura; también expone lo que hemos fallado en construir como sociedad. Este panel es un llamado a convertir el dolor de la emergencia en un punto de inflexión. Buscamos transformar la reflexión en políticas públicas sostenibles y la improvisación en visión de futuro”, afirmó Otáñez.
Este Escenario CAESCO se realizará este martes 11 de noviembre a las 9:00 de la mañana en el hotel Catalonia y reunirá a voces de distintos sectores para ofrecer una mirada amplia y complementaria sobre el tema.
El panel estará integrado por:
• Joel Díaz, excandidato a la Vicepresidencia de la República Dominicana.
• Samuel Sena, presidente del Consejo de Desarrollo Económico y Social de Santo Domingo (CODESSD).
• Francis Jorge, secretaria de Asuntos Municipales del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
• Giancarlo Vega, regidor de la Circunscripción 1 del Distrito Nacional por el Partido Revolucionario Moderno (PRM).
El debate abordará la urgencia de pasar de un esquema reactivo a un modelo preventivo y estructural, analizando el papel de cada sector en la construcción de un Estado de bienestar sostenible, donde la vivienda, la cohesión territorial y la dignidad sean derechos garantizados.
El Centro de Análisis y Estudio de la Comunicación en República Dominicana (CAESCO) tiene como objetivo aportar al debate y a la calidad de la comunicación, fomentar actividades educativas relacionadas con el sector y contribuir al fortalecimiento del clima democrático, la libertad de expresión y el desarrollo socioeconómico sostenible.