Ucrania y Siria: ¿puede Rusia luchar en dos frentes? #FVDigital

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Durante mucho tiempo, Alepo fue considerada un símbolo del poder de Rusia. Con ayuda del Ejército ruso, el gobernante sirio Bashar al Asad tomó el control de la ciudad a finales de 2016, tras cuatro años de combates contra rebeldes. Ahora, Alepo ha caído en manos de los rebeldes en menos de cuatro días, un duro golpe para el Kremlin.

“Rusia ya no tiene la capacidad de apoyar al régimen de Asad como hace diez años”, afirma Ruslan Suleimanov, orientalista ruso de la Universidad ADA de Bakú, en Azerbaiyán.

En la actualidad, los ataques aéreos rusos no logran detener a los rebeldes, dice el experto a DW. Desde febrero de 2022, Rusia está concentrada sobre todo en su guerra de invasión contra Ucrania. Desde entonces, la presencia rusa en Siria ha disminuido, explica Suleimanov.

Rusia se limita a ataques aéreos

El contingente de tropas rusas en Siria siempre ha sido relativamente pequeño. Cuando Vladimir Putin decidió reforzar militarmente a Bashar al Asad en la guerra civil en 2015, desplegó principalmente su fuerza aérea.

Según estimaciones, solo fueron estacionados adicionalmente entre 2,000 y 4,000 soldados. Es probable que esta cifra se haya mantenido más o menos igual; nunca se han facilitado datos oficiales. No obstante, en aquella época, también había allí casi el mismo número de mercenarios, como los del Grupo Wagner. Hoy, luchan en Ucrania.

La estrategia del Kremlin consistía en dejar que las milicias sirias, iraníes y chiíes lucharan, mientras que las fuerzas rusas las apoyaban. No al revés”, escribieron los analistas estadounidenses Michael Kofman y Matthew Rojansky sobre la intervención rusa.

Ahora, sin embargo, Irán y sus milicias aliadas, como Hezbolá, han sido debilitadas en el conflicto con Israel. Los rebeldes islamistas del grupo Hayat Tahrir al-Sham (HTS) aprovecharon la oportunidad para avanzar.

Fuerzas se habrían retirado de Siria

¿Puede Rusia llenar este vacío de tropas terrestres? “Será muy difícil aumentar la ayuda a Asad sin debilitar a sus propias tropas en Ucrania”, dice a DW Pavel Luzin, experto en las Fuerzas Armadas rusas.

Tras la invasión a Ucrania en 2022, Rusia negó la intención de retirar tropas de Siria. Sin embargo, al parecer, trasladó algunos aviones de combate a sus puertos de origen. El sistema de misiles de defensa antiaérea S-300 también fue enviado a un puerto ruso cerca de Crimea.

Asimismo, los soldados en Siria fueron reagrupados y trasladados de puestos más pequeños a bases más grandes. Y el traslado de mercenarios con experiencia de combate a Ucrania ha debilitado la posición rusa. Actualmente, los mercenarios del Kremlin en Siria “no están especializados en operaciones de combate, sino en la vigilancia de algunas instalaciones de producción de petróleo, por ejemplo”, apunta Ruslan Suleimanov.

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Moscú no quiere prescindir de Siria

Si bien la guerra en Ucrania es una clara prioridad, Rusia no renunciará a Siria, prevén los expertos. “El Kremlin no abandonará a Asad”, asegura Suleimanov. Para Moscú, están en juego dos importantes emplazamientos: la base naval de Tartús asegura el acceso al Mediterráneo. Y la base aérea de Jmeimim permite llevar a cabo operaciones en toda la región.

Siria también contribuye a cultivar la imagen de superpotencia del Kremlin. Tras el fracaso de las intervenciones occidentales en Irak y Libia, Rusia ha intentado presentarse como un factor estabilizador en la región, estableciéndose con éxito como actor en el Medio Oriente.

Mejor negociar que enviar tropas

De acuerdo con las primeras reacciones rusas a la ofensiva rebelde, el Kremlin preferiría no desplegar recursos militares adicionales en Siria. Sin embargo, está intensificando los ataques aéreos. Según el canal ruso de Telegram Rybar, también llegó a Siria el general Alexander Chaiko, que dirigió tropas rusas en el país en el pasado.

Paralelamente, Moscú busca dialogar con otras potencias implicadas en el conflicto, sobre todo con Turquía, el actor más beneficiado por el avance de los rebeldes. Putin habló por teléfono con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y está previsto que representantes de Rusia, Irán y Turquía se reúnan el próximo fin de semana.

“Al Kremlin, que ya dedica tantos nervios, energía y recursos a Ucrania, le esperan negociaciones muy difíciles y agotadoras”, augura el orientalista Ruslan Suleimanov. Ahora, el Gobierno en Moscú tendrá que desviar parte de esos recursos a Siria.

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