Título: Ucrania derribó un dron Shahed ruso y lo abrió. Un mensaje oculto ha revelado la ventaja de Moscú en la guerra electrónica

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Miguel Jorge
En Ucrania, la captura de artillería enemiga se ha convertido en una fuente de sorpresas. En noviembre del año pasado, un dron Parody reveló la implicación indirecta de Estados Unidos en el conflicto, a pesar de no estar presente físicamente. Recientemente, la intercepción de un misil de crucero ruso por parte de Ucrania resultó impactante, ya que el proyectil había sido fabricado por los “aliados”. La última novedad en este contexto es la captura de un dron Shahed, que contenía una nota sorprendente.
La guerra aérea se intensifica. La ofensiva aérea rusa sobre Ucrania ha alcanzado un nuevo nivel de brutalidad. En un ataque masivo sin precedentes, Rusia lanzó 298 drones y 69 misiles en una sola noche, una cifra récord que ha puesto en jaque las defensas antiaéreas ucranianas. Ante el previsible fracaso de las conversaciones de alto el fuego, Ucrania se ve forzada a racionar sus interceptores, lo que significa que cada vez más proyectiles rusos logran su objetivo, golpeando ciudades, industrias y civiles con creciente intensidad.
Misiles norcoreanos y drones iraníes. Desde comienzos de este año, Rusia ha transformado su campaña aérea, enfocándose en misiles balísticos, muchos de los cuales proceden de Corea del Norte, así como en una nueva generación de drones Shahed de origen iraní. Estos drones, ahora en su sexta versión, emplean aprendizaje automático para atacar zonas altamente defendidas como Kiev, lo que ha resultado en impactos recientes en centros comerciales, áreas residenciales y campos de entrenamiento militar. La velocidad de los misiles balísticos los hace prácticamente imposibles de interceptar sin los escasos y costosos misiles PAC-3 del sistema Patriot, de los cuales Ucrania tiene un número insuficiente. Además, la producción de drones Shahed en Rusia ha incrementado exponencialmente: si antes se producían 300 al mes, ahora esa misma cantidad se genera en menos de tres días. Documentos filtrados sugieren que el Kremlin planea aumentar la producción hasta 500 drones diarios, lo que podría resultar en enjambres de 1.000 drones en una sola operación.
Telegram y drones. Un hallazgo dentro de un dron Shahed derribado en Ucrania ha revelado una evolución preocupante en la estrategia tecnológica de Moscú: una nota, presuntamente dejada por un ingeniero ruso simpatizante, indicaba que Rusia controla sus drones de ataque mediante bots en Telegram. Este método permite enviar datos de vuelo y transmisiones en vivo directamente a operadores humanos, eliminando la dependencia del GPS y haciéndolos más resistentes a las interferencias electrónicas ucranianas. La implementación de inteligencia artificial, junto con el uso de redes móviles ucranianas y posiblemente conexiones vía Starlink, marca un salto cualitativo en la letalidad y autonomía de los drones rusos, especialmente los modelos más recientes de Shahed.
Una amenaza que no cede. La respuesta de Occidente ha sido eliminar la línea roja de las armas de largo alcance para que Ucrania se defienda. Las tripulaciones ucranianas continúan derribando cerca del 95% de los drones lanzados contra Kiev, pero el 5% restante es suficiente para causar daños devastadores. Las tácticas rusas han evolucionado: los drones vuelan a baja altura para evitar ser detectados y luego ascienden bruscamente a altitudes que superan el alcance de las armas de corto alcance. Para contrarrestar esto, Ucrania ha recurrido
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