Menos de 48 horas después de que el Gobierno de Estados Unidos aprobara el uso por parte de Ucrania de misiles de largo alcance contra territorio de la Federación Rusia, un ataque de Kiev con ATACMS ha golpeado este martes un arsenal del centro logístico militar ruso en la región fronteriza de Briansk. Pese a que el Ejército ucraniano no ha querido especificar con qué ha bombardeado, el Ministerio de Defensa de Rusia ha confirmado que se ha producido con misiles de largo alcance.
El Kremlin ha informado del disparo en torno a las 3.25 (hora local) de al menos seis misiles, cinco de los cuales fueron derribados por los sistemas de defensa antiaérea rusos. El ataque no ha dejado daños personales, si bien restos de uno de los misiles cayó en una instalación militar y provocaron un incendio que ya ha sido extinguido, según la versión oficial de Moscú.
Por su parte, el Ejército ucraniano asegura que el objetivo fue atacado exitosamente, aunque tanto las horas como el número de explosiones es diferente al ofrecido por Moscú. “A partir de las 02.30 horas de esta noche se registraron 12 explosiones y detonaciones secundarias en la zona del objetivo. Continuará la destrucción de depósitos de municiones del ejército de los ocupantes rusos para detener la agresión armada de Rusia contra Ucrania”, reza el comunicado del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania sobre el ataque a la localidad de Karachev, a más de 100 kilómetros de la frontera ucraniana.
Este domingo varios medios estadounidenses informaron de que Washington había permitido a Ucrania utilizar sus misiles ATACMS contra objetivos militares situados dentro de Rusia. Estos medios aclaraban que la Casa Blanca solo daba luz verde para atacar objetivos situados en la región de Kursk, ocupada parcialmente por las fuerzas ucranianas y donde Rusia ha desplegado a militares norcoreanos para reforzar a sus tropas en su esfuerzo por expulsar de allí a los ucranianos.
Este ataque aéreo desmentiría que el rango de acción de los bombardeos con ATACMS sería únicamente Kursk y abre la puerta a que se ataque cualquier región rusa a que esté al alcance. Estos misiles tierra-tierra de alta precisión son fabricados por la empresa estadounidense Lockheed Martin y pueden ser lanzados desde una plataforma de lanzamiento múltiple M270 o desde el sistema móvil HIMARS con un alcance de unos 300 kilómetros.
El Kremlin advirtió este lunes de que esto implicaba inevitablemente un aumento de las tensiones y supondría un paso más en la “implicación directa” de EEUU, al que acusó de echar “leña al fuego”. El principal portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, que recordó también que Putin ya había advertido que esto sería una implicación directa de la OTAN, ya que solo los países de la Alianza pueden manejar los ATACMS.
En medio de la escalada, este martes el presidente ruso, Vladímir Putin, ha aprobado la doctrina nuclear anunciada en septiembre que permite respuestas con armamento nuclear ante ataques convencionales que amenacen la soberanía de Rusia y Bielorrusia. La doctrina autoriza un ataque nuclear en caso de que el ataque convencional enemigo suponga “una amenaza crítica para la soberanía y (o) integridad territorial” de ambos países, que integran la Unión Estatal Rusia-Bielorrusia. El documento también considerará “ataque conjunto” la agresión de un país que carezca de armamento atómico, pero que tenga el respaldo de una potencia nuclear.