Trump y Xi Jinping refuerzan tendencia hacia orden internacional bipolar

0
130

El reciente encuentro diplomático entre los presidentes Donald Trump y Xi Jinping, líderes de Estados Unidos y China, celebrado en Busan, Corea del Sur, en el marco de la Cumbre de APEC, refuerza la tendencia hacia la consolidación de un sistema internacional marcado por la primacía de ambas superpotencias.

Tras la reunión, el presidente Trump difundió en Truth Social: “Mi reunión del G2 con el presidente Xi de China fue altamente productiva para ambas naciones. Este encuentro marca un paso importante hacia una etapa de paz y prosperidad duraderas. ¡Dios bendiga a China y a los Estados Unidos!”.

El South China Morning Post publicó un análisis titulado “Why Donald Trump’s ‘G2’ label prompts tepid response from China”, en el que Dominic Chiu, analista sénior del Eurasia Group, sostiene que las declaraciones de Trump fueron interpretadas en Pekín como un reconocimiento implícito del estatus de superpotencia china. No obstante, indicó que la respuesta oficial del gobierno chino se mantuvo prudente y fue calificada como “tibia”.

Asimismo, sostuvo que este comportamiento de China responde a la narrativa que ha mantenido durante décadas frente a los países del Sur Global, basada en la defensa de un sistema internacional multipolar. Agregó que aceptar explícitamente la noción de un sistema bipolar implicaría admitir un liderazgo compartido con Estados Unidos, algo que Pekín evita promover por razones estratégicas.

La idea del G-2 fue planteada en los primeros años del siglo XXI por el economista estadounidense C. Fred Bergsten, asesor de Henry Kissinger durante la administración Nixon, quien proponía que Washington y Pekín asumieran conjuntamente la conducción de los grandes temas internacionales.

Te podría interesar:

En la actualidad, diversos expertos en relaciones internacionales coinciden en que el sistema internacional avanza hacia una configuración esencialmente bipolar. Estos analistas argumentan que Estados Unidos y China poseen ventajas estructurales decisivas en los ámbitos económico, tecnológico, militar y diplomático, situándose por encima de otras potencias relevantes.

En este contexto de creciente rivalidad, China y Estados Unidos intensificarán la presión sobre los Estados que gravitan en sus respectivas áreas de influencia. Muchos de estos países se verán obligados a ajustar cuidadosamente sus estrategias de política exterior para evitar choques innecesarios con ambas superpotencias y preservar el interés nacional.

**REDACCIÓN FV MEDIOS**