El Tribunal de Apelaciones del Undécimo Circuito, con sede en Atlanta, decidió este martes aceptar el pedido del fiscal especial Jack Smith para desestimar el caso contra Donald Trump por el manejo indebido de documentos clasificados en su residencia de Mar-a-Lago, Florida.
La decisión se suma al cierre de otro proceso por presunta interferencia electoral aceptado el lunes por una jueza federal en Washington, D.C.
En un breve comunicado, el tribunal anunció que “concede” la solicitud presentada por Smith, quien argumentó que la normativa del Departamento de Justicia (DOJ) impide procesar penalmente a un presidente en ejercicio.
Trump, electo presidente el pasado 5 de noviembre, asumirá el cargo en enero de 2025.
El fallo del Undécimo Circuito no afecta a los coacusados en este caso: Waltine Nauta, asistente personal de Trump, y Carlos de Oliveira, administrador de Mar-a-Lago, quienes aún enfrentan cargos relacionados con la retención de documentos confidenciales y obstrucción.
El lunes, Smith también solicitó la desestimación del caso por interferencia en los resultados de las elecciones de 2020 y el asalto al Capitolio en enero de 2021. La jueza Tanya Chutkan aceptó esta petición horas después, marcando otro revés para el equipo fiscal.
Smith justificó su decisión señalando que el contexto legal y político hacía inviable continuar con los casos, especialmente tras el fallo del Tribunal Supremo en julio, que reafirmó la amplia inmunidad judicial de los expresidentes.
Victorias para Trump
En respuesta, Trump calificó el cierre de los procesos como una victoria para su administración y para el país. “Esto fue un secuestro político. Perseveré y, contra todo pronóstico, GANÉ”, declaró el republicano el lunes, reafirmando su postura de que los casos en su contra eran una persecución política.
Durante la campaña, Trump prometió despedir a Smith y ordenar el cierre de las investigaciones en su contra al asumir el cargo. Este desenlace judicial refuerza esa narrativa y fortalece su posición frente a los desafíos legales que enfrentó durante su campaña.
El abandono de los casos por parte de Smith también refleja las dificultades para avanzar en un panorama político y judicial dominado por un Tribunal Supremo de mayoría conservadora, lo que pone en entredicho la capacidad del DOJ para procesar a líderes de alto perfil.
Con esta decisión, Trump pone fin a una serie de cuatro imputaciones penales que enfrentó tras dejar la presidencia en 2021, consolidando una posición política reforzada de cara a su segundo mandato.
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