El presidente Donald Trump y la primera dama Melania Trump entregaron dulces a cientos de niños disfrazados durante la celebración de Halloween en la Casa Blanca este jueves, apenas horas después de que el mandatario regresara de una exhaustiva gira de cinco días por Asia.
Trump demostró su energía característica a pesar de las 41 horas de viaje en el Air Force One que lo llevaron por Malasia, Japón y Corea del Sur. Según informó el piloto de la aeronave presidencial, el jefe de Estado recorrió 20.027 millas aéreas durante el viaje, que concluyó con su llegada a la Casa Blanca apenas dos horas y media antes del inicio del evento.

El ambiente festivo estuvo marcado por la interpretación de ‘Thriller’ por parte de la banda Strolling Strings de la Fuerza Aérea, mientras los Trump aparecían bajo el Pórtico Sur de la residencia presidencial, decorado con calabazas talladas y hojas de otoño.
Entre los asistentes se encontraban familias militares, de cuerpos de seguridad, de acogida y adopción, así como funcionarios de la administración Trump con sus hijos, todos esperando recibir los dulces conmemorativos. Los disfraces más populares incluyeron superhéroes, princesas, fantasmas y esqueletos.
Un momento destacado ocurrió cuando la primera pareja mostró especial simpatía por tres hermanos vestidos como agente del Servicio Secreto, presidente y primera dama. Trump intercambió un ‘high-five’ con su joven doble antes de solicitar al trío que posara para las fotografías. Los periodistas presentes captaron cuando el presidente señaló a la niña y aparentemente pronunció ‘Melania’.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, y el subjefe de personal Stephen Miller estuvieron entre los funcionarios que participaron activamente en las festividades. Leavitt y su esposo, Nicholas Riccio, llevaron a su hijo de un año vestido con un adorable disfraz de calabaza, mientras Miller fue visto intentando controlar a su pequeño hijo vestido de fantasma.
La creatividad de los disfraces brilló con ejemplos como el de un niño caracterizado como un inodoro sucio -completo con un letrero de ‘carga ancha’ en la espalda- que despertó la visible diversión de Trump, quien personalmente le entregó una barra de chocolate. Otro conjunto ingenioso fue el de una familia que transformó su carriola en un autoservicio de McDonald’s.
Este evento forma parte de la tradición anual de Halloween en la Casa Blanca, que el año pasado tuvo como protagonista al expresidente Joe Biden fingiendo morder a varios bebés en la fila, incluido uno vestido como pollo. Para Trump, el momento más recordado probablemente ocurrió en 2019, cuando colocó una barra de chocolate sobre la cabeza de un niño con disfraz de Minion durante su primer mandato -gesto que repitió este año con un joven cuyo tocado plano resultó perfecto para la broma.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**


