El presidente Donald Trump emitió una orden ejecutiva para crear una Junta Presidencial de Emergencia con el fin de resolver una disputa contractual que casi desencadenó una huelga en el Ferrocarril de Long Island (LIRR) esta semana.
La Coalición de Negociación del LIRR votó el lunes a favor de autorizar una huelga, pero también aprobó solicitar la intervención federal. Esta medida prolongó la posibilidad de una huelga al menos hasta enero.
“Una vez más, el presidente Trump está dando un paso al frente cuando los demócratas han fracasado”, declaró Kush Desai, portavoz de la Casa Blanca, en una aparente indirecta a la gobernadora demócrata Kathy Hochul.
Hochul se había opuesto a los llamados a la huelga. Respondiendo a preguntas fuera de tema en una conferencia de prensa no relacionada el lunes, la gobernadora dijo: “No queremos una huelga en absoluto”.
“Si observamos lo que este sindicato está pidiendo, en comparación con lo que otros sindicatos han acordado, y estas amenazas de desestabilizar la economía local debido a sus codiciosas peticiones, es profundamente preocupante”, dijo. Desafortunadamente, fue la Casa Blanca la que primero autorizó la posibilidad de amenazar con esta huelga y quizás llevarla a cabo. Por eso he pedido a la Casa Blanca, así como a los congresistas republicanos de Long Island, que intervengan y tomen medidas.
La coalición, por su parte, afirma que Hochul no debería centrar la situación en Washington, D.C., sino en Nueva York y en los trabajadores y pasajeros del LIRR.
La coalición, que representa a cinco sindicatos que representan el 55,8% de la fuerza laboral sindicalizada del LIRR, o unos 3.000 trabajadores, afirmó que la creación de la junta permitiría la continuidad del servicio del LIRR, pero no impediría una huelga en el futuro.
La coalición indicó que sus miembros han aceptado un aumento del 3% para los dos primeros años y un aumento del 3,5% para el tercer año, pero piden un aumento del 6,5% para el cuarto año para que los trabajadores puedan adaptarse al aumento del coste de la vida. Añadieron que sus miembros llevan tres años sin recibir un aumento.
La semana pasada, la MTA anunció que había comenzado a preparar medidas de contingencia en caso de que no se pudiera llegar a un acuerdo, incluyendo la oferta de un servicio limitado de autobús de transbordo para conectar estaciones seleccionadas del LIRR con el sistema de metro.
La agencia de transporte indicó que el servicio del LIRR se vería obligado a suspenderse por completo si se produjera una huelga.
Una interrupción habría marcado la primera huelga en el ferrocarril de suburbano más transitado del país en décadas.
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