El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó este sábado que el espacio aéreo sobre y alrededor de Venezuela debe considerarse como completamente cerrado, en el marco de una escalada con el mandatario chavista Nicolás Maduro.

«A todas las aerolíneas, … pilotos, narcotraficantes y traficantes de personas, por favor consideren que el espacio aéreo sobre y alrededor de Venezuela está cerrado en su totalidad», escribió Trump en su red Truth Social.
Desde inicios de septiembre, el Gobierno de Trump ha aumentado la presión sobre Venezuela con el despliegue de una flota militar en el mar Caribe como parte, según dice, de su lucha contra el narcotráfico, incluido el mayor portaaviones del mundo, el Gerald R. Ford.
Tras el último anuncio de Trump, una acción parece inminente y mantiene a los venezolanos a la expectativa. La orden de cerrar el espacio aéreo llega apenas un día después de que ‘The New York Times’ revelara que Trump y Maduro sostuvieron una llamada telefónica a finales de la semana pasada.
A esto se suma que, el jueves, Trump advirtió que los operativos terrestres contra el narcotráfico comenzarán «muy pronto». Esta cronología de hechos sugiere que la conversación no tuvo un resultado positivo, ya que la escalada militar de EE. UU. no ha dejado de aumentar.
«Situación potencialmente peligrosa»
Estados Unidos alertó la semana pasada a las aerolíneas de una «situación potencialmente peligrosa» al sobrevolar Venezuela, citando el «empeoramiento de la seguridad y la intensificación de la actividad militar» en la zona. Como represalia a esta advertencia de la Administración Federal de Aviación (FAA), Venezuela revocó los derechos operativos a seis grandes compañías internacionales que habían suspendido sus vuelos.
El trasfondo de esta tensión es político; la Administración Trump acusa a Nicolás Maduro de estar vinculado al narcotráfico. Maduro, en el poder desde 2013, sostiene que Trump busca derrocarlo y asegura que tanto la ciudadanía como el Ejército venezolano resistirán cualquier intento de intervención.
Mientras tanto, las fuerzas estadounidenses en la región afirman centrarse en operaciones antinarcóticos, aunque la potencia de fuego desplegada supera con creces lo necesario para tales misiones. Desde septiembre han ejecutado al menos 21 ataques contra supuestos narcos en el Caribe y el Pacífico, dejando un saldo de 83 fallecidos.
Estos ataques, en el marco de la denominada operación ‘Lanza del Sur’, se suman al incremento de la presencia militar estadounidense en la zona, que ha incluido el despliegue de los portaaviones ‘USS Gerald Ford’, el más grande de la Armada estadounidense, informa Ep.
El despliegue fue confirmado a las pocas horas de que el portaaviones entrara el 11 de noviembre al área de responsabilidad del Mando Sur (SouthCom), después de que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, ordenó «apoyar la directiva» de Trump para «desmantelar las organizaciones criminales transnacionales y combatir el narcoterrorismo».
«La mayor presencia de fuerzas estadounidenses en el área de responsabilidad del SouthCom reforzará la capacidad de Estados Unidos para detectar, monitorear e interrumpir las actividades y actores ilícitos que comprometen la seguridad y la prosperidad de Estados Unidos y nuestra seguridad en el Hemisferio Occidental», ha declarado el portavoz del Pentágono, Sean Parnell.
Para Washington, este despliegue de fuerzas –que incluye a 4.000 uniformados y decenas de aeronaves a bordo– «mejorará y reforzará las capacidades existentes para desarticular el narcotráfico y debilitar y desmantelar las organizaciones criminales transnacionales», añadiendo que «proporciona» una «mayor capacidad para proyectar poder mediante operaciones sostenidas en el mar».

