Trucos para evitar que la miel se cristalice

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La miel es un producto natural elaborado por las abejas, delicioso, lleno de nutrientes que puede durar años con un almacenaje correcto y aplicando algunos trucos para que no se cristalice o se vuelva pegajosa.

La miel pura se ha convertido en un alimento presente en la dieta de millones de personas que se emplea como endulzante y para realzar el sabor de bebidas, ensaladas, comidas y más.

Este producto tienen a compactarse con el paso del tiempo, debido a tres factores como lo son: la glucosa, la temperatura y por las partículas que tiene en suspensión, como granos de polen.

Por esta razón, en la industria alimentaria incorporan algunos ingredientes para mantenerla en su estado líquido.

Consejos para evitar que la miel se endurezca

Para evitar que la miel cristalice y se dificulte su consumo, hay varios trucos que se pueden aplicar

Utilice frascos de vidrio o de cristal, ya que permitirá que conserve su textura líquida de la miel. Los envases de polietileno de baja densidad, puede ocasionar que se escape la humedad y contribuir al proceso de cristalización

En caso de que la miel se cristalice se puede ablandar poniéndola al baño maría.

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Usar una zanahoria, para mantener la textura líquida de la miel por más tiempo. Esto se debe a que la zanahoria está compuesta en un 90% de agua, lo que contribuye a que la miel mantenga su humedad y sin perder sus propiedades naturales. Lo que debes hacer es lavar una zanahoria, secarla e introducirla de la miel.

Otros consejos útiles

Miel pura
Para saber si la miel es pura o no, puedes hacer una prueba rápida en casa.
Crédito: Shutterstock

La temperatura es un factor clave para evitar que se solidifique, por lo que se recomienda evitar refrigerarla. La temperatura ideal para conservar la miel es entre 15 y 27 grados, si se pasa de los 27 grados puede perder parte de sus propiedades, mientras que si se mantiene entre 10 y 21 grados, se puede cristalizar más rápidamente.

Guardar a la sombra para preservar su estado líquido, ya que la miel no debe recibir luz directa del sol, por lo que se recomienda guardarla en la despensa o un lugar de la cocina donde permanezca alejada de la luz.

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