Revelaciones posteriores a la masacre en la Escuela Católica de la Anunciación describen a Robin Westman como un joven con profundos trastornos psicológicos, lo que genera interrogantes sobre cómo fueron ignoradas las múltiples señales de alerta. Westman, de 23 años, manifestó desde edad temprana una fascinación preocupante por tiroteos escolares y la figura de Adolf Hitler, además de transitar por varias instituciones educativas mientras experimentaba pensamientos suicidas y afirmaba creer que ‘la vida es dolor’.
En su manifiesto, programado para publicarse en YouTube simultáneamente a los asesinatos, Westman expresó admiración por asesinos en masa, particularmente Adam Lanza, autor de la masacre en la Escuela Primaria Sandy Hook en 2012. ‘Sandy Hook fue mi exposición favorita, creo, de tiroteos escolares’, escribió sobre el peor tiroteo en una escuela primaria en la historia de Estados Unidos, ocurrido cuando cursaba cuarto grado.
Esta macabra afinidad persistió durante su adolescencia, donde Westman era conocido por aterrorizar a compañeros de clase proclamando ‘alabado sea Hitler’, según relató Josefina Sánchez, excompañera, al medio local KTSP. Sánchez manifestó sentirse aún perturbada por el comportamiento ‘errático’ de Westman durante su breve amistad en séptimo grado en St. Paul.
La joven contuvo las lágrimas al reflexionar sobre si podría haber alertado a las autoridades y prevenido el tiroteo del miércoles, que dejó dos niños fallecidos y 18 personas heridas, calificando la conducta de Westman como ‘demoníaca’.
En una aparente nota de suicidio dirigida a ‘mi familia y amigos’, Westman, quien era transgénero, se describió como ‘corrompido por este mundo’ y admitió haber ‘aprendido a odiar lo que es la vida. La vida es amor, la vida es dolor’. El escrito continúa: ‘No estoy bien. No estoy bien. Soy una persona triste, atormentada por estos pensamientos que no desaparecen. Sé que esto está mal, pero no puedo evitarlo. Estoy severamente deprimido y he sido suicida durante años’.
Exalumno de la Anunciación, Westman asistió al menos a tres escuelas secundarias diferentes, incluyendo una preparatoria católica masculina de $25,000 anuales, una academia militar y una escuela pública, donde se graduó en 2021. Un video de la ceremonia de graduación lo muestra, pero no aparece recibiendo personalmente su diploma. The Post contactó a MTS Secondary School, St. Thomas Academy y Southwest High School para consultar sobre posible consejería o apoyo conductual recibido. Solo MTS respondió, confirmando únicamente las fechas de asistencia durante dos meses en 2017.
Tom Emmer, Whip de la Mayoría de la Cámara cuyo distrito cubre suburbios de las Ciudades Gemelas, expresó perplejidad porque Westman pasara desapercibido durante años: ‘Alguien tenía que saber… alguien en su vecindario, familia o red debía conocer sus graves problemas de salud mental. ¿Por qué nadie habló? ¿Por qué nadie le ofreció ayuda?’.
Los padres de Westman, James y Mary Grace, se divorciaron en 2013 cuando él tenía 11 años. Westman residió en una vivienda en Minneapolis, a menos de una milla de la Anunciación. Mary Grace Westman, quien trabajó como secretaria en la escuela durante cinco años antes de jubilarse en 2021 y actualmente reside en Florida, no ha respondido a los intentos de contacto policial, según el Jefe de Policía Brian O’Hara.
Ella había solicitado el cambio de nombre de Robert a Robin en 2020, cuando su hijo tenía 17 años, indicando en documentos judiciales que ‘el menor se identifica como mujer’. James Westman, quien aún reside en la propiedad familiar, ha mantenido contacto con las autoridades, aunque no se divulgaron detalles de estas comunicaciones.
‘Solo recientemente he perdido toda esperanza y decidido realizar mi acción final contra este mundo’, escribió Westman en su nota, indicando que creía ‘estar muriendo de cáncer’. ‘No quiero arrodillarme ante las injusticias de este mundo. Quiero morir. Prefiero morir de pie que vivir de rodillas, constantemente con dolor’.
**REDACCIÓN FV MEDIOS**