Nacer de la tragedia de una Europa antisemita que buscaba reparar el daño causado por el Holocausto, marcó la historia del Estado de Israel para siempre. Aquel histórico 1947, las Naciones Unidas aprobaban la partición de Palestina y solo un año después, el 14 de mayo de 1948, David Ben-Gurion declaraba el Estado independiente de Israel, dando lugar a un conflicto que encadenaría más de setenta años de guerras, hasta nuestros días.
El origen del conflicto, ¿por qué Palestina?
Con la Segunda Guerra Mundial finiquitada, Europa buscaba una solución al antisemitismo, que, al contrario de lo que se suele pensar, había nacido mucho antes de la llegada de Hitler al poder: las manifestaciones de rechazo hacia los fieles de la Torá se remontan a la Edad Media, cuando fueron perseguidos y expulsados de reinos como Inglaterra (1290), Francia (1394) o España(1492).
Como respuesta al clima de aversión, se fue generando en todo el continente un movimiento que abogada por el establecimiento de un Estado judío en un territorio donde pudiesen vivir y practicar su religión libremente. Pero, ¿por qué Palestina? Aunque se barajaron distintas opciones como Argentina, Uganda, Chipre, Kenia o Mozambique, la elección de esta región de Oriente Medio se remonta al Antiguo Testamento, que indica que es la Tierra Prometida por Dios al primer patriarca, Abraham, y a sus descendientes: “Yo soy Jehová, el Dios de Abraham, tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia” (Génesis 28:13).
Así, ya en 1922, la Liga de Naciones oficializó el Mandato Británico sobre Palestina y anunció el apoyo del gobierno sobre la causa abanderada por los sionistas: “El Gobierno de Su Majestad contempla favorablemente el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío”.
Por su parte, con la llegada de los judíos, comenzó a instalarse en la población palestina un sentimiento nacionalista que alcanzó su apogeo durante la Gran Revuelta Árabe, que se extendió desde 1936 hasta 1939.
1948 | Guerra árabe-israelí
‘El Gran Desastre’ (‘Al Nakba’), conocido así por los palestinos y árabes, o lo que los israelíes denominan la Guerra de Independencia, fue el primer gran conflicto armado entre el Estado de Israel y sus vecinos árabes tras la partición del territorio del entonces Mandato Británico de Palestina en dos estados: uno judío, con el 55% por ciento del territorio, y otro árabe, con el resto del territorio, a excepción de un régimen internacional especial para Jerusalén.
Así, el mismo día de la proclamación de la nueva nación, el 14 de mayo de 1948, que había sido rápidamente reconocida por Estados Unidos, la Unión Soviética y otros muchos países, y tras la retirada británica de la región, tropas egipcias, iraquíes, libanesas, sirias y transjordanas, apoyadas por voluntarios libios, saudíes y yemeníes, comenzaron la invasión del recién proclamado Estado judío.
La guerra, que se prolongó un año y dos meses, hasta el 20 de julio de 1949, acabó con los judíos viendo su territorio aumentado cerca de un 23% más de lo asignado inicialmente, y la franja de Gaza y Cisjordania ocupadas por Egipto y Transjordania. Se evidenciaba así la ventaja del recién formado ejército israelí frente a un Ejército de Liberación Árabe anticuado y descoordinado.
1956 | Guerra de Suez
La crisis de Suez fue una contienda militar librada sobre territorio egipcio en 1956, que implicó a la alianza militar formada por el Reino Unido, Francia e Israel en contra de Egipto, que contó con el apoyo de lo que hoy se conoce como Liga Árabe.
El desencadenante del conflicto fue la nacionalización de la Compañía del Canal de Suez por parte del presidente egipcio, Gamal Abdel Nasser, en beneficio de la economía egipcia y en perjuicio de los intereses extranjeros de empresas privadas británicas y francesas.
Ante esta decisión, Reino Unido, Francia y el Estado de Israel coordinaron la invasión a Egipto, desatando la Guerra del Sinaí. El ataque sorpresa, y la ayuda militar europea, supusieron una rápida victoria israelí, que logró que Egipto detuviera sus envíos de armamento a las guerrillas palestinas que luchaban contra Israel.
Finalmente, el canal fue reabierto bajo el control de una fuerza de cascos azules de la ONU y, pocos días después, la comunidad internacional repudió el ataque y, bajo la fuerte presión de Estados Unidos, los atacantes debieron retirar sus tropas.
1967 | Guerra de los Seis Días
En apenas una semana, Israel se impuso militarmente a una alianza de varias naciones musulmanas, cuadruplicando su territorio, haciéndose con el control de la simbólica Jerusalén y destruyendo casi por completo la maquinaria bélica enemiga.
Hablamos de la conocida como Guerra de los Seis Días del 5 de junio de 1967, que se originó cuando el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser anunció que los Estrechos de Tirán volverían a estar cerrados a los buques israelíes y desplegó a su Ejército en la península del Sinaí, exigiendo la retirada de los cascos azules de la ONU interpuestos entre Egipto e Israel.
Fue una victoria fulminante en la que los cazas y bombarderos judíos destruyeron siete de cada diez aviones egipcios, la mayoría en tierra. Finalmente, Israel arrebató el control de Gaza a Egipto y ocupó Cisjordania y Jerusalén Oriental, zonas que siguen bajo su control.
1973 | Guerra del Yom Kipur
En el marco de un periodo doblemente sagrado -el Yom Kippur para los judíos y el Ramadán para los musulmanes- comenzó la cuarta guerra entre Israel y sus vecinos árabes, que acabaría para siempre con la imagen de invencibilidad del Estado judío.
Casi como respuesta a la Guerra de los Seis Días, en torno a las 2 de la tarde del 6 de octubre de 1973, mientras los judíos celebraban su festividad, las fuerzas de Egipto iniciaron un ataque sorpresa: el ejército egipcio cruzó rápidamente el canal de Suez, superando las defensas israelíes, mientras que las fuerzas sirias avanzaron en los Altos del Golán.
A pesar de los avisos de las fuerzas de inteligencia israelíes, Golda Meir estaba tan convencida de su superioridad militar que, cuando quiso darse cuenta, Siria había lanzado ya su exitosa ofensiva. Finalmente, el 22 de octubre, los árabes se vieron obligados a aceptar el alto el fuego del Consejo de Seguridad de la ONU y a emprender negociaciones para alcanzar una paz justa y duradera, aunque la resolución no hizo ninguna mención a la retirada de Israel a las fronteras anteriores a 1967.
Un breve acuerdo de paz
El 17 de septiembre de 1978, el presidente egipcio El Sadat y el primer ministro israelí Menachem Begin firmaron los Acuerdos de Paz de Camp David en presencia del presidente de los Estados Unidos, Jimmy Carter que supuso el primer tratado de paz de Israel con un país árabe y la aplicación por primera vez en la historia de Israel de la doctrina de paz por territorios, establecida en la resolución 242 de la ONU en 1967.
Sin embargo, esto fue considerado una traición en el mundo árabe y motivaría, en 1981, el asesinato del presidente egipcio El Sadat en un desfile militar.