tipos y cómo afecta tu salud

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La grasa abdominal no es solo un asunto estético. Según su tipo
y cantidad, puede tener distintos impactos en nuestra salud. Pero,
¿sabías que no toda la grasa abdominal se comporta de la misma
manera? Hoy veremos los tipos de grasa abdominal,
cómo afectan nuestra salud y qué hacer para mantener los niveles
adecuados.

¿Qué tipos de
grasa abdominal existen?

Grasa subcutánea: la más común

La grasa
subcutánea
es el tipo de grasa que se encuentra justo bajo la
piel. Es esa capa que puedes pellizcar en tu abdomen. Aunque es más
visible y molesta para algunas personas, no siempre representa un
peligro significativo para la salud.

Por otro lado, cuando esta grasa excede ciertos límites,
especialmente en personas con un índice de masa corporal (IMC)
superior a 30, puede aumentar el riesgo de enfermedades metabólicas
como la diabetes tipo 2, la
hipertensión y algunas formas de cáncer. Sin
embargo, en niveles normales, actúa como una capa protectora para
órganos internos y huesos, además de proporcionar aislamiento y
almacenamiento de energía.

Grasa visceral: el enemigo silencioso

La grasa visceral es, probablemente, la más peligrosa. Este tipo
rodea órganos vitales como el hígado, el páncreas y los intestinos.
Aunque representa solo un pequeño porcentaje del total de grasa
corporal, su impacto puede ser severo.

Un exceso de grasa visceral está relacionado con una mayor
probabilidad de desarrollar
enfermedades cardíacas
, hígado graso,
colesterol alto e incluso
Alzhéimer. Además, es metabólicamente activa, lo
que significa que puede liberar proteínas y sustancias químicas que
favorecen la inflamación en el organismo.

Lo peor es que no puedes medirla ni identificarla tan fácilmente
como la grasa subcutánea. Solo puede detectarse con estudios como
resonancias magnéticas o tomografías computarizadas. Sin embargo,
un cuerpo con forma de manzana (acúmulo de grasa en la parte
superior) suele indicar mayor cantidad de grasa visceral.

¿Cómo
saber si tengo demasiada grasa abdominal?

Para evaluar la grasa abdominal, no necesitas tecnología
avanzada. Una medida práctica es el perímetro de cintura:
menos de 35 pulgadas (88 cm) para mujeres y menos de 40
pulgadas (102 cm) para hombres
suele considerarse
saludable. Sin embargo, este número puede variar según factores
individuales como la genética y el historial médico.

Además, incluso con un aumento leve en la circunferencia
abdominal, se pueden observar cambios en la presión
arterial
o en los niveles de azúcar en sangre. Es
importante monitorear regularmente estos indicadores y hablar con
un médico si notas cambios constantes.

¿Por qué
acumulamos grasa abdominal?

El aumento de grasa abdominal puede deberse a varios factores.
Algunos de los más comunes incluyen:

Envejecimiento: a medida que pasa el tiempo, el
metabolismo se ralentiza y la redistribución de grasa es más
evidente, especialmente en las mujeres.

Dieta alta en calorías vacías: alimentos
procesados, bebidas azucaradas y grasas trans son aliados del
aumento de grasa visceral.

Falta de actividad física: un estilo de vida
sedentario fomenta la acumulación de grasa en todo el cuerpo,
especialmente en el abdomen.

Estrés: el cortisol, una hormona relacionada
con el estrés, puede desencadenar el almacenamiento de grasa
visceral.

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noche contribuye al aumento de peso, incluyendo grasa
abdominal.

Foto Freepik

¿Cómo reducir la
grasa abdominal?

Reducir la grasa abdominal requiere compromiso y cambios en el
estilo de vida, no soluciones rápidas. A continuación, compartimos
algunas estrategias claves para combatir el exceso de grasa en esta
área.

Hacer ejercicio regularmente

El ejercicio es una de las formas más efectivas de reducir tanto
la grasa subcutánea como la visceral. Actividades como caminar,
correr o nadar ayudan a quemar calorías. Combina esto con
entrenamiento de fuerza para tonificar músculos y
mejorar la composición corporal. Se recomienda al menos 150
minutos de ejercicio moderado a la semana
.

Seguir una dieta equilibrada

El consumo excesivo de azúcar, grasas saturadas y alimentos
procesados debe evitarse. En su lugar, opta por una dieta rica en
frutas, vegetales, granos
enteros
y proteínas magras. Beber suficiente agua también
es esencial, ya que ayuda a controlar el apetito y mejorar la
función metabólica.

Además, el modelo de dieta mediterránea es ideal: incluye

grasas saludables
como el aceite de oliva, aguacate y nueces,
que contribuyen a reducir niveles de grasa visceral.

Controlar el estrés

El estrés prolongado no solo afecta tu salud mental, sino que
también fomenta la acumulación de grasa abdominal. Practicar
técnicas de relajación como la meditación o el yoga puede disminuir
los niveles de cortisol. Así, es menos probable que el cuerpo
acumule grasa visceral.

Dormir lo suficiente

Dormir entre 7 y 9 horas por noche es
fundamental para el bienestar general. La falta de sueño afecta las
hormonas que regulan el hambre y puede dar lugar a un mayor
almacenamiento de grasa.

La
grasa abdominal
no es igual en todos los casos ni tiene el
mismo impacto en nuestra salud. Mientras que la grasa subcutánea
cumple funciones protectoras, el exceso de grasa visceral puede ser
un grave enemigo para tu cuerpo. Llevar un estilo de vida
saludable, compuesto por una dieta balanceada, ejercicio constante,
buen manejo del estrés y suficiente descanso, es la mejor manera de
mantener el equilibrio.

Así que no se trata solo de verse bien, sino de sentirse bien y
proteger nuestra salud a largo plazo. Después de todo, cuidar tu
abdomen también es cuidar tu corazón, tu cerebro y todo tu cuerpo.
¡Empieza hoy!

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