De repente, alguien había presionado el botón de rebobinar y todos habían sido transportados siete meses atrás. Era principios de primavera en lugar de finales de otoño, hacía un calor abrasador fuera de las paredes del estadio y no un frío helado. Todos estaban de vuelta en el TD Garden. Había 19.156 fanáticos frenéticos de pie, rogando por sangre y listos para el remate. Una vez más, los Knicks estaban siendo expulsados de la cancha. Una vez más, era el cuarto periodo y los Celtics se preparaban para su remontada. Y luego, nuevamente, los Knicks hicieron que el marcador jugara una mala pasada a los locales. Primero, el público se calmó. Luego, guardó silencio. Finalmente, los espectadores se retiraron a sus asientos. **REDACCIÓN FV MEDIOS**



