Ana Karina Ramos Corniel, quien semanas atrás fue encontrada gravemente herida en un terreno baldío de Pedro Brand y casi dada por muerta, decidió convertir el trágico suceso en una oportunidad para una nueva vida.
El equipo N Investiga realizó un reportaje que expone el testimonio de la víctima y narra el fatídico día que cambió la vida de la joven.
Ramos Corniel, de 27 años, tenía el sueño de ser cantante, es la mayor de seis hermanos, llegó a cursar el octavo grado de básica a falta de un acta de nacimiento que logró obtener hace unas dos semanas.
Ante esta situación, Ana Karina valoró su niñez como “una infancia dura”, agregando a la vez que fue criada por sus abuelos y que, si no hubiera tenido la situación de sus documentos, a lo mejor ya hubiera sido profesional.
Ana Karina describe su hogar como humilde, siendo esta una casa de madera, zinc, piso de cemento, con goteras y hoyos en el suelo.
Trágico suceso
El 10 de junio Ana Karina Ramos Corniel se encontraba en un colmado y su agresor, Eduardo Antonio Guerra García, un vigilante privado de 41 años, se le acercó y le echó algo a la bebida para poder aprovecharse de la misma.
Según establece el Ministerio Público (MP), ambos se dirigieron al sótano de una casa que era utilizada por el hombre para dormir y guardar sus pertenencias.
Momento después, Guerra García notó que se le perdieron RD$20,000 que llevaba consigo y le reclamó a la joven por el efectivo, lo que de acuerdo al MP fue el detonante del trágico suceso.
Eduardo le disparó en el costado izquierdo con una escopeta que estaba asignada para realizar su trabajo, además de propinarle múltiples heridas cortantes y golpes que le produjeron fracturas en brazos y piernas.
Ana confirma que su agresor la movía con los pies para asegurarse de que no se moviera, afirmando que ella fingía estar muerta.
“Él me hacía así, con los pies, a ver si me movía, yo me hacía la muerta”, dijo ante las cámaras.
Tras darla por muerta, de acuerdo al Ministerio Público, el victimario escondió la escopeta y se trasladó hacia Villa Mella, Santo Domingo Norte.
En ese momento, Ana indica que se arrastró por los montes, hasta que calló en la cañada, donde tres días después, Aníbal Guzmán Gómez, pasaba por el lugar y dio con ella en un estado crítico de salud.
Ana Karina fue encontrada semidesnuda, en estado agónico y solo le salió decir “no puedo caminar”, a lo que su rescatista respondió “tranquila que si Dios quiere te vamos a salvar la vida”.
Tres días después el victimario fue apresado por la Policía Nacional.
Proceso médico
Guzmán Gómez llamó de inmediato al Sistema de Emergencias 911 y fue trasladada al Hospital Dr. Vinicio Calventi, en Los Alcarrizos, donde llegó en estado casi de inconsciencia.
Además del balazo en el costado, sus heridas cortantes en todo el cuerpo estaban contaminadas, ya que estuvieron abiertas durante tres días en contacto con aguas negras, desarrollando miasis, una enfermedad parasitaria ocasionada por larvas de mosca que afecta los tejidos a un grado tan preocupante que era casi incompatible con la vida de un ser humano.
El director del centro médico, doctor José Alfaro, aseguró que a Ana Karina se le retiró aproximadamente 2,000 larvas cuando llego, sin embargo, se procedió a ducharla y a quitarle otra cantidad innumerable.
“Cuando llegó, se quitaron mal contados 2000 larvas. Se bañó, como dicen, con una manguera para quitar el lodo y las larvas y luego pasa a quirófano donde se vuelve a volver a degradar y a quitar otra cantidad innumerable. Durante los siguientes días, bajo tratamiento médico, se fueron eliminando cientos y cientos de larvas”, expresó el doctor.
Ante esto, Ana Karina afirma se sintió aliviada cuando fue bañada, explicando a la vez que nunca perdió el conocimiento.
En el proceso intervino un equipo multidisciplinario integrado por oftalmólogos, ginecólogos, otorrinolaringólogos, médicos internos, cirujanos generales, psiquiatras, entre otros especialistas que iniciarían una titánica lucha para su recuperación, ya que el pronóstico era reservado.
De alta Médica; Gobierno le construirá una casa en Santiago
Ana Karina se encuentra en un 90% de recuperación y fue dada de alta médica el 26 de junio.
Sin embargo, fue el 2 de julio que regresó a su hogar, ya que en su casa no contaba con las condiciones sanitarias mínimas para continuar el tratamiento ambulatorio.
“Ya la madre consiguió una zona cerca y donde casualmente Karina hoy se va a ese lugar y va a estar en contacto con nosotros y al mismo tiempo con la compañía de que les va a estar supervisando la evolución del VAC que tiene ella”, explicó el doctor Alfaro.
El Sistema VAC es una terapia no invasiva, controlada que funciona como una especie de aspiradora de la infección y promueve la cicatrización, lo que ayudará a que la herida esté curada aproximadamente en un mes, periodo en que se mudará a Santiago, donde reside su madre, quien se dedicará a cuidarla y donde el Gobierno, a través del Ministerio de Vivienda y Edificaciones, le entregará una casa.
“Ella ha pedido y manifestó que no tenía vivienda. Hicimos algunos contactos y sí, y el Gobierno la va a ayudar a la madre con una vivienda en Santiago”, expuso el director del Calventi.
Después de que le retiren el VAC y se mude a Santiago, Ana Karina solo va a estar pendiente de la evolución de las fracturas de brazos y piernas, cuya movilidad, afortunada y milagrosamente, no están comprometidas.
Apresamiento del agresor
El 13 de junio, tres días después de lo ocurrido, el vocero de la Policía Nacional informó a la población que el vigilante Eduardo Antonio Guerra García habría sido apresado.
“La Policía Nacional notó que este señor había desaparecido de su lugar de trabajo, y ahí se iniciaron las pesquisas. Posteriormente, lugareños, gracias a Dios, pudieron encontrar a esta joven herida y dieron parte a las autoridades, lo cual hizo enlazar el proceso investigativo a Eduardo Antonio Guerra García, quien ha admitido los hechos”, explicó Pesqueira.
El pasado 15 de junio, le dictaron tres meses de prisión preventiva en el Centro Correccional La Victoria.
Guerra García está acusado de violación a los artículos 295, 303 y 304 del Código Penal Dominicano y 66 y 67, de la Ley 631-16, tipificados como intento de homicidio y actos de tortura y barbarie.
Una lección de vida
La víctima manifestó que tiene el propósito de agradar a Dios, ya que considera que sin él no hubiera superado esa situación.
Corniel dijo que anhela “cambiar de ambiente de todo entorno, tratar de limpiarse del bajo mundo como le llama la gente y dales un ejemplo a mis hijas”.
Ana Karina teme que su victimario salga en libertad y pueda hacerle daño
Aunque una condena en prisión no borrará las secuelas del daño cometido, le dará la paz y la tranquilidad necesaria para retomar sus estudios e iniciar una nueva vida junto a su madre y sus hijas, por quienes ahora se convertirá en un ejemplo de supervivencia y resiliencia.
“Verdaderamente que estoy agredida, herida física y emocionalmente, es un daño irremediable. Pero, realmente, si uno es positivo, inteligentemente, uno lo logra con la fuerza de Dios”, finalizó Ana Karina Corniel.