En un seguimiento a los hechos ocurridos el miércoles en el residencial Naco Dorado IV, emergen nuevos testimonios que revelan detalles adicionales sobre los momentos de pánico vividos por los residentes durante el episodio protagonizado por Jean Andrés Pumarol Fernández.
Uno de los empleados de mantenimiento del residencial, quien presenció parte del hecho, ofreció su testimonio sobre los angustiantes momentos que se vivieron esa tarde. El trabajador relató con evidente nerviosismo los instantes de caos que se desataron en el edificio.
“Fue una pesadilla. El señor subía y bajaba tocando puertas y, de repente, comenzó a atacar a la gente. Nadie sabía qué estaba pasando. Todo fue muy rápido y horrible”, narró el empleado que fue testigo directo de los acontecimientos.
Según los testimonios recabados, el atacante irrumpió de forma violenta en varios apartamentos del edificio. Durante su recorrido por las instalaciones, hirió con un objeto afilado a cinco personas, entre las cuales se encontraban adultos mayores y vecinos con quienes había tenido contacto previo.
Los testigos describieron escenas de caos absoluto que se extendieron por todo el residencial. Los residentes experimentaron momentos de terror mientras el episodio se desarrollaba en diferentes niveles del edificio, afectando la tranquilidad de toda la comunidad habitacional.
Como se informó anteriormente, el suceso dejó sin vida a Yolanda Ivonne Handal Abugabir, de 70 años, quien era una figura conocida con vínculos familiares con personalidades públicas. La señora Handal tenía conexiones familiares con el expresidente Hipólito Mejía.
Las cinco personas lesionadas continúan bajo atención médica en condición de observación. Entre los heridos se encuentran Teresa Fabián Heredia, cuidadora de la señora Handal, Francisco Texano de 68 años, Griselda Ozuna de 48 años, Victoria Heredia de 36 años, y el padre del agresor, Guillermo Pumarol.
La familia Pumarol Fernández había informado previamente que Jean Andrés vivía desde hace más de diez años con un diagnóstico psiquiátrico bajo tratamiento continuo. Hasta el momento de los hechos había mantenido una vida estable dentro de su condición médica.
Los nuevos testimonios confirman la naturaleza súbita y violenta del episodio que alteró completamente la rutina normal del residencial. Los testigos coinciden en describir la rapidez con que se desarrollaron los acontecimientos y el impacto que generó en toda la comunidad.
La familia del agresor había expresado su consternación por lo sucedido en un comunicado oficial. “Vivimos una situación profundamente desgarradora, que nos afecta desde múltiples dimensiones”, manifestaron los familiares tras conocerse los hechos.
Las autoridades continúan con las investigaciones correspondientes para esclarecer todos los aspectos del suceso. Jean Andrés Pumarol Fernández permanece bajo custodia mientras se realizan las evaluaciones necesarias para determinar el contexto completo de los acontecimientos.
Los residentes del Naco Dorado IV intentan recuperar la normalidad después de vivir esta experiencia traumática. La comunidad busca procesar el impacto emocional que dejó este episodio inesperado que transformó una tarde ordinaria en una situación de emergencia.
El caso continúa siendo investigado por las autoridades competentes, quienes trabajan para comprender completamente las circunstancias que rodearon este episodio que conmocionó a las seis familias directamente afectadas y a toda la comunidad del residencial.