En los últimos años, el mercado automotriz europeo ha experimentado una transformación significativa, marcada por el rápido ascenso de los vehículos eléctricos (EV) chinos.
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Este cambio ha despertado preocupación en Bruselas, ya que la cuota de mercado de estos vehículos ha pasado de un modesto 4% en 2022 a un impresionante 25% a finales de 2023.
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Este crecimiento, alimentado por precios que la Unión Europea considera “artificialmente bajos”, ha llevado a la Comisión Europea a tomar medidas drásticas para proteger a los fabricantes locales.
Con la mirada puesta en equilibrar el mercado, la Comisión Europea ha decidido seguir adelante con la implementación de aranceles definitivos sobre los vehículos eléctricos chinos durante los próximos cinco años.
Este paso busca reducir la ventaja competitiva que los fabricantes chinos han ganado gracias a sus bajos precios. Según Bruselas, la decisión está dirigida a mitigar lo que se percibe como prácticas desleales por parte del gigante asiático.
En los resultados preliminares de la investigación de la Comisión, se ha confirmado una revisión a la baja de los aranceles inicialmente propuestos. Fabricantes como BYD y Geely, quienes habían impugnado las tarifas, han visto una leve reducción en las tasas que se les impondrán.
Por ejemplo, BYD verá una reducción del arancel del 17,4% al 17%, mientras que Geely experimentará una disminución del 19,9% al 19,3%. Sin embargo, la situación es más compleja para otros fabricantes como SAIC, que debido a su falta de cooperación, enfrenta un arancel revisado pero aún alto, del 36,3%.
Un caso que ha llamado especialmente la atención es el de Tesla. A diferencia de otros fabricantes, Tesla ha cooperado plenamente con la Comisión Europea, proporcionando un nivel de transparencia que ha resultado en una considerable reducción de su arancel.
Inicialmente, Tesla enfrentaba una tasa del 20,8%, pero tras revisar los subsidios que recibe del gobierno chino y evaluar la capacidad de producción de la empresa, Bruselas ha decidido reducir su arancel al 9%.
Según la Comisión, no se espera que las importaciones de Tesla desde China aumenten significativamente en el corto plazo, debido a la limitada capacidad de producción de la compañía en dicho país.
El informe de Bruselas subraya que los precios de los vehículos eléctricos en la Unión Europea son significativamente más altos que en China, lo que permite a los productores chinos obtener beneficios considerablemente mayores al exportar sus productos a Europa.
A modo de ejemplo, el popular BYD Atto 3 tenía un precio de venta inicial en China de 15,358 euros en marzo de 2024, mientras que en Alemania, su principal mercado de exportación en Europa, se vendía por 37,990 euros, más del doble de su precio original.
Otro ejemplo citado en el informe es el del Polestar 4 de Geely, que en China se comercializaba a un precio inicial de 38,331 euros, pero en Alemania el precio se elevaba a 63,200 euros.
Además, se ha observado una tendencia a la baja en los precios en China, como lo demuestra la reciente reducción de más de 4,500 dólares en el precio del Tesla Model 3 en ese país.
En cuanto a los fabricantes europeos que producen en China, como BMW con su iX3 y MINI Cooper, Mercedes-Benz con la marca smart, Volkswagen con CUPRA y Renault con el Dacia Spring, la Comisión ha señalado que estos modelos no representan una amenaza significativa debido al bajo volumen de exportación.
El futuro de estas medidas arancelarias aún depende de las respuestas que China pueda ofrecer antes del 30 de agosto de 2024.
La Comisión Europea ha dejado claro que las medidas podrían ser prorrogadas por cinco años adicionales si las circunstancias lo requieren.
Con la publicación de las conclusiones definitivas programada para el 30 de octubre de 2024, el mercado europeo de vehículos eléctricos está en un punto crucial, donde la regulación y la competencia justa jugarán un papel determinante en su evolución.
