Durante el acto sexual, es posible que se presenten situaciones incómodas, como la emisión de gases, algo que puede ser una preocupación para muchas personas y generar dudas sobre si es normal o no.
Gases durante el acto sexual: ¿un invitado inesperado?
El cuerpo humano produce, en promedio, entre 0,5 y 1,5 litros de gases al día, los cuales se manifiestan a través de los conocidos «gases», los cuales pueden ser más o menos ruidosos y tener o no un olor desagradable.
El aire que se traga durante las comidas es una de las principales causas de las flatulencias. Otra causa es la fermentación de los alimentos en el intestino, realizada por el microbiota intestinal que producen gases al descomponer los alimentos que hemos ingerido. Estos gases se acumulan en el intestino o el estómago y pueden ser expulsados de manera voluntaria o involuntaria a través del ano.
Los gases están compuestos principalmente por cinco gases: nitrógeno, hidrógeno, dióxido de carbono, oxígeno y metano. En cuanto al olor desagradable de los gases, se debe a la presencia de trazas de gases sulfurosos.
¿Cómo reaccionar ante los gases durante el acto sexual?
Es importante comprender que tener gases es un proceso completamente natural y que pueden presentarse durante el acto sexual. No debemos permitir que esto arruine el momento íntimo. Cada uno se entrega al otro tal como es y, en principio, no debe pensar en otra cosa que en el placer que se brinda y se recibe. No hay que reaccionar de ninguna manera en particular, ya que puede sucederle a uno u otro.
Si ocurre una flatulencia maloliente durante el encuentro íntimo, lo más importante es quitarle importancia y seguir adelante como si nada hubiera pasado. Después de todo, la complicidad es uno de los pilares fundamentales de una relación de pareja.
Sin embargo, si los gases se vuelven demasiado molestos, existen algunos trucos que pueden ayudar a controlarlos.
Alimentación: una influencia importante en los gases durante el acto sexual
Algunos alimentos pueden aumentar la producción de gases, lo que puede llevar a situaciones incómodas durante el acto sexual. A continuación, enumeramos algunos consejos para evitar la acumulación excesiva de gases:
- Evitar alimentos flatulentos: algunos alimentos, como los frijoles, la coliflor, el brócoli, las cebollas y las legumbres, pueden causar una mayor producción de gases. Reducir su consumo puede ayudar a controlar los gases durante el acto sexual.
- Masticar bien los alimentos: la masticación adecuada de los alimentos ayuda a reducir la cantidad de aire que se traga durante las comidas, lo que a su vez disminuye la producción de gases.
- Evitar las bebidas carbonatadas: las bebidas gaseosas, como los refrescos y las aguas con gas, pueden aumentar la acumulación de gases en el sistema digestivo. Optar por agua u otras bebidas sin gas puede ser una buena alternativa.
- Moderar el consumo de alimentos grasos: los alimentos grasos pueden ralentizar la digestión y favorecer la acumulación de gases. Es recomendable moderar su consumo para evitar molestias durante el acto sexual.
Posiciones sexuales y su influencia en los gases
Algunas posiciones sexuales pueden favorecer la liberación de gases durante el acto sexual y esto se debe a la presión ejercida sobre el abdomen y el sistema digestivo. A continuación, mencionamos algunas posiciones que pueden ser más propensas a generar gases:
Posición de perrito: esta posición puede ejercer presión sobre el abdomen, lo que puede favorecer la liberación de gases.
Posiciones en las que se comprime el abdomen: algunas posiciones en las que se comprime el abdomen, como la posición del misionero con las piernas levantadas, pueden favorecer la liberación de gases.
Es importante tener en cuenta que cada persona es diferente y puede experimentar los gases de manera distinta durante el acto sexual. Lo más importante es comunicarse con la pareja y encontrar las posiciones que sean más cómodas para ambos.
Gases durante el acto sexual y enfermedades digestivas
En algunos casos, los gases durante el acto sexual pueden ser un signo de alguna enfermedad digestiva subyacente. Algunas enfermedades que pueden causar un aumento en la producción de gases incluyen:
Síndrome del intestino irritable: esta enfermedad puede causar síntomas como dolor abdominal, distensión abdominal y gases excesivos.
Enfermedad inflamatoria intestinal: la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa pueden causar síntomas gastrointestinales, incluyendo la producción excesiva de gases.
Intolerancia a la lactosa: las personas con intolerancia a la lactosa pueden experimentar gases y otros síntomas digestivos después de consumir productos lácteos.
Si experimentas gases excesivos o molestias digestivas durante el acto sexual de manera recurrente, es recomendable consultar a un médico para descartar cualquier enfermedad subyacente.