Técnico del INCART dice apagón pudo evitarse

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Tres días antes del apagón que dejó sin energía al Instituto Nacional del Cáncer Rosa Emilia Sánchez Pérez de Tavares (INCART), el área de Mantenimiento del hospital había alertado sobre el riesgo inminente de un fallo eléctrico general, pero la advertencia no fue atendida a tiempo.

Según el reportaje de investigación de N Investiga, el 31 de octubre de 2025, la Sección de Mantenimiento remitió una carta dirigida a la encargada administrativa del centro, Deysi Siri, en la que solicitaba con carácter de urgencia la contratación de un servicio técnico valorado en RD$2.9 millones para desmontar, adecuar e interconectar el circuito de alimentación eléctrica de dos UPS de 500 kilovatios.

En el documento se advertía que los cables principales estaban sobrecalentándose, lo que estaba provocando bloqueos en el “breaker” general y representaba un alto riesgo de corto circuito en todo el hospital.

“Fue un descuido. Se había notificado con antelación, se habían hecho presupuestos para evitar esa situación”, declaró un técnico del INCART, cuya identidad fue reservada por el equipo de investigación.

La carta, a la que tuvo acceso el programa, señala explícitamente que si la falla no era atendida de inmediato, podría ocasionar una interrupción eléctrica total, tal como finalmente ocurrió el 3 de noviembre, cuando el hospital quedó a oscuras por cinco días, afectando consultas, tratamientos oncológicos y cirugías.

Un apagón que paralizó durante cinco días al Instituto Nacional del Cáncer Rosa Emilia Sánchez Pérez de Tavares (INCART) ha revelado serias fallas en la gestión y mantenimiento del hospital oncológico más importante del país.

Según un reportaje de investigación de N Investiga, el corte de energía que afectó quirófanos, áreas de consulta y laboratorios, pudo haberse evitado si las advertencias técnicas realizadas días antes hubieran sido atendidas por las autoridades administrativas.

El fallo eléctrico, ocurrido el domingo pasado a las tres de la tarde, obligó a suspender tratamientos y estudios a cientos de pacientes con cáncer, incluyendo niños, lo que generó ansiedad, indignación y preocupación entre los familiares.

“Tuve un diagnóstico de cáncer de colon y estuve retrasado cinco días sin quimioterapia”, relató uno de los afectados.

Otra familiar expresó: “Mi madre tenía que revisarse una biopsia, pero sin luz fue imposible. Ha sufrido fuertes dolores por no conocer los resultados”.

La investigación reveló que el 31 de octubre de 2025, apenas tres días antes del apagón, el departamento de Mantenimiento del INCART remitió una carta a la encargada administrativa del hospital, Deysi Siri, advirtiendo sobre un sobrecalentamiento en los cables principales del sistema eléctrico y la urgencia de ejecutar trabajos valorados en RD$2.9 millones para evitar un corto circuito general.

“Fue un descuido. Se había notificado con antelación, se habían hecho presupuestos para evitar esa situación”, explicó un técnico del hospital.

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“La lluvia no tuvo nada que ver. Ese era un problema que se venía arrastrando porque no se tomó la decisión a tiempo”, añadió.

Pese a la advertencia, la directora del INCART, doctora Bianny Rodríguez Valdez, atribuyó la avería a las lluvias recientes y a la antigüedad del edificio, aunque reconoció que los “breakers” del sistema se quemaron y que los equipos eléctricos tuvieron que ser desconectados para evitar daños mayores.

Durante el apagón, áreas sensibles como emergencia, quirófanos, consultas oncológicas y el data center quedaron fuera de servicio. Los equipos de refrigeración se detuvieron, generando riesgo de contaminación en las salas quirúrgicas, y los pacientes tuvieron que ser reagendados o trasladados a otros centros.

“Cuando uno asiste a un centro y más con su madre enferma, uno quiere recibir atención. Ver todo detenido fue muy difícil”, expresó entre lágrimas una joven entrevistada por el equipo de investigación.

El incidente ocurrió mientras el presidente de la Cámara de Diputados, Alfredo Pacheco, celebraba públicamente haber superado un cáncer de próstata tras recibir tratamiento en la Clínica Cleveland, en Estados Unidos, contraste que provocó reacciones en redes sociales por la desigualdad en el acceso a servicios médicos.

Aunque el servicio eléctrico fue restablecido el viernes, el apagón dejó expuestas las debilidades estructurales del sistema hospitalario público: mantenimiento insuficiente, lentitud en las compras, falta de supervisión y ausencia de protocolos preventivos.

El caso del INCART, según N Investiga, no es un hecho aislado sino parte de un patrón que se repite en varios hospitales estatales donde las emergencias técnicas se enfrentan con improvisación y la burocracia retrasa soluciones que comprometen vidas.

“Cuando un hospital oncológico queda sin luz, no se trata de un problema técnico, sino de un síntoma de un sistema enfermo”, concluye el reportaje.





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