Donald Trump ha aterrizado en Asia con la vanidad característica. Por eso el presidente estadounidense ha dedicado su primera jornada en Kuala Lumpur a presidir la firma de una tregua entre Tailandia y Camboya.

Poco importa que ambos países hubiesen oficializado ya el … pasado mes de julio, y también en la capital malasia, un alto el fuego «incondicional» tras los choques en la disputada frontera que en semanas previas habían dejado más de 35 fallecidos y 300.000 desplazados.
«Estos dos países estaban dándose, había mucha muerte», ha relatado en su peculiar estilo Trump, quien, según su propio relato, interrumpió una partida de golf para llamar a ambos mandatarios. «Les dije que escogieran el camino de la paz y la prosperidad sobre la guerra. En este caso logramos detenerlo muy rápido».
El choque entre Tailandia y Camboya se suma a una larga lista de conflictos –ocho, según su propio recuento– que el presidente estadounidense supuestamente ha frenado con su intermediación personal, a modo de méritos para el Premio Nobel de la Paz que tan explícitamente ansía, por más que algunos de los países involucrados, como India –que el pasado mes de mayo intercambió golpes con Pakistán– hayan desmentido dicha participación.
«No recuerdo ningún otro presidente que haya solucionado alguna guerra. Empiezan guerras y no las solucionan […]. Nunca en la historia se ha hecho algo como esto», celebraba Trump durante el acto. «Me encanta hacerlos [acuerdos de paz], es algo que me encanta y que se me da muy bien».
El presidente ha estado acompañado por el primer ministro de Tailandia, Anutin Charnvirakul, su contraparte de Camboya, Hun Manet, y el malasio Anwar Ibrahim a modo de anfitrión, quien ya organizó la tregua original.
El tailandés –investido la semana pasada– ha ensalzado el acuerdo como «un paso concreto hacia la paz» que continuará el proceso de «arreglar los lazos» entre los países vecinos. «La paz siempre es posible cuando las naciones tienen el coraje y la sabiduría para perseguila juntos», ha añadido el camboyano, quien ha destacado el «liderazgo decisivo» de Trump y ha proclamado su apoyo a que sea nominado al Nobel.
Agenda apretada
Halagüeñas palabras que quizá hayan contribuido a suavizar los términos del acuerdo comercial oficializado hoy entre Camboya y EE.UU., quien también ha anunciado un pacto con Tailandia para la explotación de minerales críticos, antesala de su propio acuerdo comercial.
Trump ha bailado a su llegada al aeropuerto de Kuala Lumpur, punto de partida de su gira asiática. El presidente ha asistido este domingo a la reunión de la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN), con quien ha dicho «estar al 100%».
Mañana lunes acudirá a Japón y al día siguiente a Corea del Sur, donde participará en la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), celebrada en la ciudad de Gyeongju. Allí mantendrá el jueves un encuentro presencial con el líder chino Xi Jinping, el primero desde su regreso a la Casa Blanca, con quien espera llegar a otro acuerdo que ponga fin a la guerra comercial entre ambas potencias.


