Subway de NYC “paralizado en el tiempo”, esperando una inyección de $68 mil millones para no seguir colapsando

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Ante los ojos de muchos neoyorquinos y miles turistas del mundo, que tienen el Subway como opción de movilización, este icónico sistema de transporte es hoy sinónimo de caos, retrasos cada vez más recurrentes, inseguridad y estaciones que parecieran caerse en pedazos.

Mientras para miles de encuestados se trata de un ecosistema que se deteriora a gran velocidad, para las organizaciones que conocen de cerca sus deterioradas finanzas, se trata de un servicio que le falta muy poco para entrar en los “andenes” del colapso. Por ello, este martes varias coaliciones exigieron a los legisladores estatales y a la gobernadora Kathy Hochul, que incluyan en el próximo presupuesto estatal, $68 mil millones en inversiones, para mantener el sistema en funcionamiento.

En este instante, el metro neoyorquino tiene un menú de prioridades que deben ser atendidas inmediatamente reflejadas en el Plan Capital 2025 de la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA). Hasta ahora ese plan solo existe en el papel, porque no tiene financiación.

Ante lo que se considera un punto de quiebre, en un servicio vital para los neoyorquinos de la clase trabajadora, el senador estatal Andrew Gounardes ponderó que en este momento político “Washington está jugando con desfinanciar servicios vitales de los que dependen los trabajadores neoyorquinos: primero fue Medicaid, luego nuestras escuelas y ahora nuestro metro. Es hora de que tomemos las riendas”.

Se prevé que la mayor parte de estos fondos, es decir más de 11,000 millones de dólares, se destine a financiar 1,500 nuevos vagones de metro y 500 nuevos vagones de tren, para reemplazar los que han estado en funcionamiento desde la década de 1980.

El plan también contempla invertir 5,400 millones de dólares en mejoras de las señales del llamado Control de Trenes Basado en la Comunicación (CBTC), que permite que los trenes circulen más rápido y más cerca entre sí.

Un plan para levantar el servicio

Con la financiación federal en el limbo y el número de pasajeros aún recuperándose de la pandemia, los defensores de los pasajeros afirman que los legisladores estatales tienen la responsabilidad de intensificar sus esfuerzos y asegurar el futuro del sistema de transporte público de Nueva York.

Este plan de capital, asignaría fondos para modernizar la infraestructura que está “por el suelo”, prevenir fallas del sistema y fortalecerlo para protegerlo de condiciones climáticas extremas. 

Además, impulsaría el crecimiento económico, generando $106 mil millones en producción económica y creando 72,000 empleos en los próximos cinco años.

Como bien saben los pasajeros, este proyecto destaca que se hace necesario mejorar estaciones y vías, incorporar nuevas flotas de trenes y autobuses, mejorar la accesibilidad de personas discapacitadas y otros proyectos de expansión que evitaría, por ejemplo, la interrupción del servicio, cada vez que se registre una tormenta.

Tarifas más altas

Asimismo, Yudelka Tapia, asambleísta representante de El Bronx, se sumó a los líderes electos que apuestan a la inyección de todos los recursos posibles para evitar el descalabro absoluto del sistema. 

“Como representante de un condado, en donde la clase trabajadora depende del transporte público, sé que esta lucha va más allá de trenes y vías: se trata de asequibilidad, equidad y desarrollo económico. Sin una inversión sostenida, corremos el riesgo de tarifas más altas y un servicio más deficiente”, destacó la legisladora dominicana.

El sistema de transporte público de Nueva York moviliza a más de 5,5 millones de pasajeros cada día laborable. Sin embargo, décadas de falta de inversión lo han dejado vulnerable a averías, retrasos e interrupciones.

A partir de agosto se espera un aumento de la tarifa por viaje en el sistema de trenes y buses. Pasará de $2,90 a $3.

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El último aumento por parte de la MTA fue en agosto de 2023, cuando las tarifas subieron de $2,75 a $2,90.

Prioridades en el tren:

  • Entre las prioridades se encuentra instalar al menos 120 kilómetros de señales modernas en la línea Broadway (NRQW), las líneas Liberty Av y Rockaway (AS), y la línea Nassau St (JZ) para mejorar la confiabilidad y la frecuencia del servicio.
  • También se propone solicitar vagones nuevos para reducir las demoras. Los nuevos carros proyectados son seis veces más confiables que los antiguos.
  • La estrategia proyecta modernizar los talleres y patios de trenes, incluyendo el taller Livonia, de 100 años de antigüedad, para acomodar el nuevo material rodante y acelerar los tiempos de reparación.



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