Parte de la colección privada de Paul Allen, cofundador de Microsoft, se vendió en una subasta este martes por 10 millones de dólares, que incluía una carta de Albert Einstein a Franklin D. Roosevelt (que recaudó 3,9 millones) y una supercomputadora Cray-1 (más de un millón) entre sus objetos más valorados.
La puja sobre este repertorio personal, bautizado como Superando los límites: la ingeniosa colección de Paul Allen, se desarrolló en la sede de Christie’s en Nueva York e incluyó 36 artículos de distinta índole: desde aparatos informáticos hasta documentos y cartas del empresario tecnológico fallecido hace seis años.
La mayor atención la ha acaparado la misiva que Einstein remitió en 1939 al presidente Roosevelt (1933-1945) donde advertía al mandatario estadounidense de la capacidad de la Alemania de Adolf Hitler para desarrollar una bomba nuclear.
En el caso de la Cray-1, este martes fue la primera vez que este superodenador se subastaba, consiguiendo que su comprador definitivo desembolsara más de un millón de dólares. Se trata de un aparato lanzado a finales de los setenta que abrió camino a nuevas computadoras que podían ejecutar tareas más complejas, como diseñar patrones climáticos. Además, también se vendió un ordenador personal Apple-1 de Allen por 945.000 dólares.
Un menú del Titanic
Por otra parte, una carta con el menú de almuerzo del Titanic se vendió por 340.000 dólares, muy por encima de la estimación previa de 50.000 dólares. La carta de Einstein, el Apple-1 y este menú establecieron récords para cualquier artículo de este tipo vendido en una subasta, según Christie’s.
Entre los deslumbrantes objetos que atesoraba Allen y que fueron subastados también figuran una máquina Enigma -para la transmisión de mensajes encriptados- de 1941 (718.000 dólares); un archivo de cartas de Jane Goodall, Louis Leakey y Dian Fossey sobre su trabajo sobre los primates en los años 1950 y 1960 (40.320 dólares); o el folleto original de la serie documental de televisión El mundo submarino de Jacques Cousteau (37.800 dólares).
Christie’s, que ya trabajó con los herederos de Allen hace dos años en la que fue la subasta de un solo propietario más lucrativa nunca registrada (recuadó 1.620 millones de dólares), afirmó en un comunicado que estas colecciones “ayudan a contar la historia de la ciencia y la tecnología desde la prehistoria hasta la actualidad“. Los herederos del también filántropo se han comprometido a donar las ganancias a diversas causas benéficas para cumplir así con los deseos de su padre.