A falta de cuatro carreras para el final de la temporada, si uno se pregunta qué debutante ha convencido más este año, las respuestas serían probablemente muy diferentes. Cada novato ha tenido algunos momentos en los que ha conseguido brillar, teniendo en cuenta, evidentemente, el contexto.
Pero quizá, por encima de todos, Isack Hadjar ha realizado una excelente temporada hasta el momento, demostrando un talento que, siendo realistas, debería garantizarle el ascenso a Red Bull en 2026 junto a Max Verstappen, tras solo un año en la F1. Un paso adelante en su carrera construido no sólo a base de resultados, sino también de cualidades que le han permitido marcar la diferencia.

Antes del inicio de la temporada, Helmut Marko, asesor de Red Bull, había dedicado algunas palabras muy positivas para el talento francés, destacando no sólo su velocidad pura. Declaraciones que quedaron en un segundo plano después de Australia tras su accidente en la vuelta de formación.
Pero a partir de ahí, Hadjar ha tenido una temporada sólida en muchos aspectos, más de lo que los resultados, a menudo volátiles, podrían sugerir. De hecho, en su opinión, la clasificación no da la imagen completa. Ya desde la segunda carrera, el francés estuvo en la lucha por los puntos constantemente y sabiendo llevarlo con un talante que no encaja con un novato.
Los primeros puntos llegaron directamente en Japón, en su tercera carrera en la Fórmula 1, en lo que sigue siendo uno de sus mejores fines de semana, ya que fue capaz de liderar la zona media. Por supuesto, no se puede ignorar el hecho de que el Racing Bulls demostró ser desde el principio un monoplaza versátil y fácil de pilotar, pero tampoco cabe duda de que, a lo largo de esta campaña, el francés ha mostrado suficiente solidez y madurez como para convencer incluso a Red Bull.
Quienes le han seguido en las categorías inferiores conocen bien la velocidad de Hadjar, pero también su tendencia a dejarse llevar por arrebatos emocionales, especialmente por la radio, donde no ocultaba sus emociones. Ha trabajado mucho este aspecto y ahora, de hecho, sus radios son decididamente más tranquilas, algo que el propio Marko ya había señalado como fundamental a principios de año.
Isack Hadjar, equipo Racing Bulls
Foto de: Andy Hone/ LAT Images vía Getty Images
Sin embargo, para un piloto que se fija más en el fondo que en la forma, lo que realmente cuenta es el paquete global: lo que puede hacer en pista y, sobre todo, la capacidad de ser rápido y constante. Esto es aún más complejo para un debutante, que inevitablemente puede tener sus altibajos al no tener aún plena confianza con el coche ni conocer a fondo todos los circuitos del mundial.
No en vano, Hadjar siempre ha sido un piloto muy crítico consigo mismo y rara vez se deja llevar por el entusiasmo. Una excepción llegó en Zandvoort, con su primer podio en un fin de semana en el que había conseguido situarse en las primeras posiciones gracias a su propia velocidad más que a sucesos afortunados, sin contar el abandono de Lando Norris.
Un tipo crítico pero, en cierto modo, también muy transparente, que, a pocas carreras del final del mundial, hizo balance de su temporada de debut. Hadjar subrayó que estaba satisfecho no tanto con los resultados, a menudo fluctuantes, como con el rendimiento global mostrado, especialmente en términos de velocidad y regularidad.
También pesaron en los resultados los problemas con el motor Honda, que en algunas circunstancias complicaron el fin de semana y le privaron de puntuar, como en Singapur. Un problema que ha pasado desapercibido, pero que en realidad ha afectado a sus fines de semana en varias ocasiones: “Es un buen punto, porque creo que he hecho un buen trabajo en lo que va de año. Pero sinceramente, creo que los resultados no reflejan lo rápido que he sido. No hablo de la clasificación ni de la carrera”, dijo.
“Estoy hablando de cada sesión de entrenamientos, en cada temporada y en cada circuito en el que he estado. Nunca he tenido la sensación de ser tres décimas más lento sin una explicación. Nunca me ha pasado. Así que, en cierto modo, estoy muy contento con eso, y si yo estoy contento con mi temporada, entonces ellos [Red Bull] también deberían estarlo”, añadió.
No es casualidad que, durante la temporada, también cambiara su opinión sobre la posibilidad de ascender a Red Bull. De la idea de que tardaría dos años porque aún no se sentía preparado, poco a poco fue cambiando la perspectiva, hasta el punto de que no oculta que el objetivo para 2026 es dar el gran paso, con la esperanza de poder probar el RB21 ya a final de temporada en los test de Abu Dhabi.
Es un tema interesante que enlaza con otra característica destacada por Helmut Marko tras Singapur: la capacidad de Hadjar para recordar a Verstappen por su habilidad para ser inmediatamente rápido nada más salir a pista. No en vano, el francés se ha colocado a menudo entre los 10 primeros desde los primeros entrenamientos, un dato que dice mucho tanto de la competitividad del coche como de su capacidad de adaptación, que es lo que Red Bull espera que le convierta en un piloto en el que confiar de cara al futuro.
Una cualidad que el asesor del equipo de Milton Keynes, a menudo guiado por su instinto, aprecia mucho, más allá de la velocidad pura. Hadjar se mantiene así en la pole position para un ascenso a Red Bull en 2026, aunque el equipo no tiene prisa: si el paso se materializara, como parece probable, el francés se enfrentaría a un reto mucho más complejo, pero al mismo tiempo extremadamente fascinante para él.
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