En la vida moderna, el acto de relajarse puede ser paradójicamente estresante. En una sociedad donde la mente está siempre activa, incluso los momentos designados para el descanso están llenos de pensamientos sobre tareas pendientes y responsabilidades. Este fenómeno se llama “estrés relajante”, donde la ansiedad persiste incluso durante los intentos de relajarse.
La psicóloga Sheena Sood explica a Health Shots que este tipo de estrés surge cuando uno se toma un tiempo libre para descansar, pero no puede dejar de pensar en las obligaciones no cumplidas. En lugar de ser una forma de autocuidado, el tiempo de descanso se convierte en otra fuente de ansiedad.
El estrés relajante se basa en la incomodidad y la ansiedad que se siente al intentar relajarse. Actividades como caminar por la playa o descansar con los ojos cerrados, que deberían ser relajantes, pueden generar nerviosismo.
Un estudio de Penn State Research revela que las personas con ansiedad tienden a resistirse a la relajación y continúan preocupándose durante este tiempo. De hecho, las técnicas de relajación pueden ser contraproducentes y provocar ansiedad e incluso miedo en algunas personas.
Las demandas sociales juegan un papel crucial en este fenómeno. Según Sood, la relajación se percibe como un lujo que solo se puede permitir después de haber cumplido con todas las obligaciones. Esta mentalidad, combinada con una cultura de productividad continua, hace que tanto la mente como el cuerpo tengan dificultades para relajarse.
Un estudio de la Asociación Estadounidense de Psicología sugiere que el esfuerzo constante se glorifica, independientemente del resultado, lo que contribuye a la incapacidad de muchos para relajarse.
El agotamiento es otro factor importante. Muchos solo se permiten relajarse cuando están completamente agotados, física o mentalmente. En estos casos, no se trata realmente de relajarse, sino de intentar recuperarse del desgaste.
Sentimiento de culpa por descansar
Sood señala que esta situación a menudo lleva a un sentimiento de culpa por no haberse cuidado antes, creando un círculo vicioso de estrés y agotamiento. Intentar relajarse en estas condiciones puede ser perjudicial, ya que la mente y el cuerpo están demasiado cansados para beneficiarse del descanso. Un estudio publicado en Nature Human Behaviour sugiere que la meditación y otras técnicas de relajación pueden aumentar el estrés en personas mentalmente agotadas.
El insomnio es otra consecuencia del estrés relajante. La duda sobre si uno merece relajarse o si está siendo perezoso puede afectar significativamente el sueño. Un estudio publicado por Scientific Reports examinó la actividad cerebral de personas con insomnio y encontró un aumento de la actividad en la corteza prefrontal, responsable de la planificación. Este incremento de actividad cerebral puede dificultar el descanso, haciendo que las noches sean más largas y estresantes.
La percepción de la relajación como un lujo en lugar de una necesidad contribuye a este problema. Sood comenta que el descanso se ve como algo que hay que ganarse, en lugar de ser un componente esencial del bienestar.
Muchas personas no consideran la relajación como una forma de autocuidado, sino como un acto de egoísmo. Preguntas como “¿Cómo puede un padre relajarse cuando tiene que cuidar de sus hijos?” o “¿Cómo puede un empleado ser bueno si no trabaja horas interminables?” alimentan estas dudas y dificultan la capacidad de relajarse.
Hay múltiples razones por las que las personas no pueden relajarse, incluyendo el estrés, la depresión y la ansiedad. Para algunos, la relajación tiene connotaciones negativas. Un estudio publicado en Computers in Human Behavior explora el miedo a perderse algo (FOMO). Este estudio revela que las personas con FOMO son reacias a relajarse y desconectarse de las redes sociales, perpetuando un ciclo de ansiedad y sobreestimulación.
Para romper este ciclo, es crucial cambiar la percepción de la relajación y entenderla como una necesidad, no un lujo. Aprender a desconectar de las obligaciones y disfrutar del momento presente puede ser la clave para una vida más equilibrada y menos estresante.
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